En los últimos diez años, Nestlé Venezuela ha desatado un impacto revolucionario en la industria del cacao venezolano con su programa emblemático: Plan Cacao. Desde su inicio en 2013, este proyecto ha transformado la vida de los productores en estados clave como Zulia, Mérida, Miranda, Monagas y Sucre, marcando un hito en la filosofía de Creación de Valor Compartido de Nestlé.
Con una inversión que supera los 5 millones de dólares hasta la fecha, Plan Cacao no es solo un programa, es un compromiso firme. Más de 30 profesionales altamente capacitados están en terreno, dedicados a tiempo completo a potenciar el cultivo del Cacao Nacional. Julio Molina, el apasionado Vicepresidente de Confites en Nestlé Venezuela y el cerebro detrás de este programa, afirma con convicción: “Tenemos un plan estructurado que impulsa, acompaña y forma a los productores, promoviendo la mejora continua de sus procesos y la adopción de técnicas sustentables de agricultura regenerativa”.
Este viaje de una década ha rendido frutos tangibles. Con más de 2.000 agricultores beneficiados y 1 millón de nuevas plantas de cacao sembradas, el Plan Cacao va más allá de una simple iniciativa agrícola. Además de asegurar la materia prima para futuras generaciones, contribuye al objetivo ambicioso de Nestlé de “Cero Emisiones” para 2030 al capturar CO2.
Julio Molina añade con orgullo: “Gracias a Plan Cacao, podemos afirmar que detrás de cada chocolate Savoy ®, reside el esfuerzo incansable de miles de productores que han colaborado con Nestlé para garantizar la perdurabilidad y trascendencia del Sabor Venezolano”.
En 2023, los productores del estado Sucre están cosechando los primeros frutos del programa, representados por más de 70.000 plantas, y esta es solo una fracción del impacto anual que Plan Cacao genera. Con más de 12.000 capacitaciones, 60.000 visitas técnicas, y 3.000.000 de plantas podadas, este programa es un faro de esperanza para el futuro del cacao venezolano, asegurando su sabor único para las generaciones venideras.
La reciente actualización del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis refuerza la fe en Cristo resucitado y optimiza los rituales tras el fallecimiento de un Pontífice. El Vaticano presentó en noviembre de 2024 una edición revisada del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el documento que regula el rito fúnebre de un Papa. Con esta modificación, se busca simplificar ciertos pasajes de la ceremonia y expresar con mayor claridad la esperanza cristiana en la resurrección. Entre los cambios más destacados, desaparece el tradicional golpe de martillo de plata por parte del camarlengo, quien dejará de llamar al Pontífice por su nombre de bautismo. En su lugar, la confirmación del fallecimiento se hará en la capilla privada del Palacio Apostólico. Asimismo, el cuerpo del Papa ya no se encierra en tres ataúdes (ciprés, plomo y roble), sino en un único ataúd de madera con interior de zinc. Se elimina también el velatorio privado en el palacio, de modo que el féretro será trasladado directamente a la Basílica de San Pedro, donde permanecerá en un catafalco abierto, sin mostrar el báculo papal. La misa exequial, presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio, tendrá lugar en la Plaza de San Pedro, usando expresiones sencillas como “Obispo de Roma” o “Pastor” en lugar de títulos ligados al poder temporal. Al concluir, el féretro se depositará en su lugar de sepultura; aunque la tradición marca las grutas vaticanas, Francisco expresó su deseo de descansar en la Basílica de Santa María la Mayor. Durante la Sede Vacante, el camarlengo asume la administración temporal de la Iglesia hasta el cónclave en la Capilla Sixtina, donde los cardenales votan en secreto. El humo gris anuncia el empate, mientras que la fumata blanca señala la elección de un nuevo Papa, anunciado luego con el “Habemus Papam” desde el balcón central de San Pedro. Finalmente, el nuevo Pontífice se distingue por tres símbolos: la sotana blanca, la férula papal y el anillo del pescador, emblemas que reflejan su autoridad y misión pastoral. Fuentes: Vatican News. https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es
Con más de 13.000 años extinto, el lobo gigante renace en laboratorio como el primer caso exitoso de desextinción, gracias a la edición genética avanzada de Colossal Biosciences. Colossal Biosciences ha alcanzado un hito sin precedentes al presentar tres cachorros que combinan el ADN del lobo gris moderno con variantes genéticas del lobo gigante, especie desaparecida hace más de 13 000 años. Tras recuperar ADN fósil en 2021, el equipo identificó 20 genes clave asociados a mayor tamaño, densidad de pelaje y robustez ósea. Utilizando CRISPR, editaron células de lobo gris para crear embriones implantados en madres sustitutas caninas, dando lugar a Rómulo, Remo y Khaleesi, dos machos de seis meses y una hembra de dos meses, respectivamente. La directora científica de Colossal, Beth Shapiro, calificó a estas crías como “el primer caso de éxito de desextinción. Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, declaró en una reciente entrevista. Aunque los ejemplares permanecerán en cautiverio, este avance tecnológico podría aplicarse para proteger especies aún vivas, como el lobo rojo, en peligro crítico y limitado a Carolina del Norte. Este proyecto no solo desafía los límites de la biología sintética, sino que también plantea preguntas éticas sobre el bienestar animal y la conservación. Mientras algunos expertos abogan por protocolos rigurosos y marcos regulatorios que garanticen la responsabilidad ecológica, otros ven en la desextinción una herramienta para restaurar dinámicas de ecosistemas perdidos. De prosperar, la reintroducción de estos lobos podría revitalizar hábitats y equilibrar poblaciones de presas. Sin embargo, su éxito dependerá de evaluaciones de comportamiento en semilibertad y de la capacidad de estos animales para adaptarse a entornos naturales. Fuentes consultadas: Colossal Biosciences (2025). Press Release: First Giant Wolf Cubs. https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es