Los nómadas digitales son personas que utilizan la tecnología y la conectividad en línea para llevar a cabo su trabajo y estilo de vida mientras se desplazan de un lugar a otro de manera constante. En lugar de estar atados a una ubicación fija, como una oficina o un hogar, estos individuos aprovechan las herramientas digitales y la flexibilidad laboral para trabajar y vivir en diferentes lugares, ya sean ciudades, países o continentes.
Los nómadas digitales suelen realizar trabajos que se pueden llevar a cabo en línea, como la programación, el diseño gráfico, la redacción, el marketing digital, la consultoría, la enseñanza en línea, entre otros. Utilizan dispositivos como laptops, tabletas y teléfonos inteligentes para mantenerse conectados y realizar sus tareas laborales desde cualquier lugar con acceso a internet.
Esta forma de vida permite a los nómadas digitales experimentar diferentes culturas, conocer nuevos lugares y tener una mayor flexibilidad en cuanto a cómo y dónde trabajan. Sin embargo, también puede presentar desafíos, como la gestión del equilibrio entre el trabajo y la vida personal, la adaptación a diferentes husos horarios y la búsqueda de conexiones estables a internet en lugares cambiantes.
En general, el término “nómadas digitales” refleja la creciente interconexión global y la capacidad de aprovechar la tecnología para liberarse de las restricciones geográficas tradicionales en el trabajo y el estilo de vida.
La Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) es una organización internacional creada en el año 1978 que agrupa a organizaciones no gubernamentales, sociedades científicas y profesionales en el área de la sexualidad humana, cuyo objetivo principal es promover los derechos sexuales, fundamentados en los derechos humanos universales para una adecuada salud sexual. Promueve la salud sexual a través de campañas, eventos y actividades educativas en diferentes regiones del mundo. A continuación mencionamos los derechos sexuales contemplados en los derechos humanos: El derecho a la igualdad y a la no-discriminación. El derecho a la vida, libertad y seguridad de las personas. El derecho a la autonomía e integridad del cuerpo. El derecho a una vida libre de tortura, trato o pena crueles, inhumanos o degradantes. El derecho a una vida libre de todas las formas de violencia y de coerción. El derecho a la privacidad. El derecho al grado máximo alcanzable de salud, incluyendo la salud sexual que comprende experiencias sexuales placenteras, satisfactorias y seguras. El derecho a gozar de los adelantos científicos y de los beneficios que de ellos resulten. El derecho a la información. El derecho a la educación y el derecho a la educación integral de la sexualidad. El derecho a contraer, formar o disolver el matrimonio y otras formas similares de relaciones basadas en la equidad y el pleno y libre consentimiento. El derecho a decidir tener hijos, el número y espaciamiento de los mismos, y a tener acceso a la información y los medios para lograrlo. El derecho a la libertad de pensamiento, opinión y expresión. El derecho a la libre asociación y reunión pacíficas. El derecho a participar en la vida pública y política. El derecho al acceso a la justicia y a la retribución y la indemnización.
En el seno del Congreso mexicano, el enigma de las Momias de Nazca se convirtió en el epicentro de una encendida discusión. El destacado ufólogo Jaime Maussan tomó la escena para presentar dos cuerpos que, según él, desafían la clasificación humana y pertenecen a “seres no humanos”. Imagen de uno de los cuerpos “no humanos” mostrados en MéxicoReuters Los cuerpos, con más de 1.000 años según estudios respaldados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), han desatado un debate en torno a su autenticidad y origen. Maussan, firme en su posición, destaca que estos cuerpos no son momias convencionales, sino auténticos cuerpos completos con características singulares que los hacen excepcionales. Sin embargo, la comunidad científica no está completamente convencida y plantea serias dudas sobre la autenticidad de estos cuerpos. La Universidad mexicana, a partir de sus propios estudios, desmiente la afirmación de Maussan sobre la procedencia extraterrestre de los cuerpos disecados. El Instituto de Física de la UNAM sostiene que no hay pruebas concluyentes que los cataloguen como “seres no humanos” o extraterrestres, desafiando así la narrativa presentada en el Congreso. Fuente para la redacción de la noticia: Antena 3