Maya Takagi, Oficial de Políticas de la FAO
La salud nunca ha sido tan valorada como hoy.
No sólo la individual sino también la de nuestros sistemas de salud, exigidos como nunca antes. Solemos decir que la salud está primero, pero nunca le dimos la atención necesaria. Esto cambió: ahora es nuestra preocupación número uno. Pero la salud, sea individual o sistémica, no llega de un momento para el otro: es el resultado de una serie de factores, que incluyen la genética, los hábitos y medios de vida, los ingresos, la sanidad, la alimentación, y el acceso y calidad del sistema de salud del país en que vivimos. Esto último depende,fundamentalmente,de cómo el sistema fue diseñado y las inversiones que se hayan hecho en las últimas décadas.
Esta es la primera lección que nos ha dado el COVID-19.
El Estado, el actuar del poder público, está siendo constantemente evaluado por la opinión pública. La efectividad y velocidad con que saldremos de esta crisis depende más que nunca de las respuestas de nuestros gobernantes. Esa es la segunda lección importante que hemos aprendido.
La tercera lección es que las decisiones de un país afectan a los demás. Las medidas con que los gobiernos están intentando detener el avance del virus pueden afectar a su población de muchas maneras, pero también afectanlas tasas de cambio entre las monedas, el comercio internacional, los precios de los combustibles y de los bienes en general, el acceso y el precio de los alimentos, y la oferta de equipamientos esenciales para la salud.
Por ende, la cuarta lección –tal vez la más importante–, es que no podemos enfrentar esto si no es trabajando juntos. La colaboración entre países jamás ha sido tan crucial como lo es ahora. Esta colaboración se da en múltiples aspectos: uno de ellos es el intercambio de experiencias y respuestas, y en ello los organismos internacionales tienen un rol muy importante que cumplir.
Desde el inicio de la crisis, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura rápidamente elaboró un estudio sobre los impactos del COVID-19 en la agricultura y alimentación, además de una serie de notas de orientación sobre la repercusión de la pandemia sobre el hambre, los migrantes, el acceso de los pequeños agricultores a los mercados, y muchas otras temáticas más.
La FAO, en colaboración con varias otras agencias, también ha ayudado a que los países de las Américas coordinen sus medidas para proteger los sistemas alimentarios, garantizar la oferta de alimentos y la capacidad de compra de las personas. Para ello es clave la cooperación entre países,ya que requiere medidas comunes para garantizar el comercio, medidas sanitarias alineadas y coordinadas para el flujo de mercancías, y el apoyo en conocimientos y tecnologías.
Una quinta lección es que enfrentar esta crisis también requerirá financiamiento externo. Los países en desarrollo cuentan con escasa capacidad fiscal.Solamente 4 países de América Latina y el Caribe tienen bajos niveles de deuda, de alrededor del 25% del PIB: Chile, Guatemala, Paraguay y Perú. Los demás están en niveles intermedios o muy altos. Esto les dificulta acceder a flujos financieros esenciales para construir las respuestas necesarias.
Los bancos de desarrollo y el Fondo Monetario Internacional tienen un rol extraordinario en este momento en garantizar mecanismos ágiles y aptos para brindar apoyo a los países con baja capacidad de endeudamiento.
A esta altura, ya sabemos que no hay solución mágica. Ningún país saldrá ileso de esta crisis. Mientras aguardamos por una vacuna que puede tardar meses o años, las lecciones que ya hemos aprendido pueden ayudarnos a salir de la mejor manera posible.O, si es posible, mejor de cuando entramos en ella.
Desde los cimientos del activismo ambiental hasta la urgente llamada a la acción de hoy, el Día de la Tierra ha evolucionado desde su modesto comienzo en 1968 hasta convertirse en un movimiento global que busca la preservación de nuestro planeta. En aquel entonces, el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, un punto de partida crucial donde los estudiantes escucharon a científicos destacados hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana. Dos años más tarde, en 1970, el senador y activista ambiental Gaylord Nelson propuso la creación de una agencia ambiental, desencadenando una manifestación masiva que atrajo a miles de estudiantes y comunidades de todo Estados Unidos. Esta presión social culminó en la creación de la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinadas a proteger nuestro medio ambiente, sentando así las bases para el movimiento ambiental moderno. En 1972, la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo reunió a líderes mundiales para abordar los problemas ambientales a escala global, marcando un hito en la conciencia ambiental mundial. El lema del Día Internacional de la Madre Tierra para el año 2024, “Planeta vs plásticos”, subraya la urgencia de abordar la crisis de los plásticos. La necesidad de reducir la producción de plásticos en un 60% para el año 2040 es imperativa, ya que estos contaminantes afectan directamente la salud humana y la salud del planeta. Es fundamental y urgente la necesidad de acabar con los plásticos por el bien de la salud humana y del planeta. Desde sus modestos inicios hasta su papel actual como plataforma para la conciencia ambiental global, el Día de la Tierra continúa inspirando a personas de todo el mundo a unirse en la lucha por un futuro sostenible. ¡Cada gesto cuenta en esta batalla por nuestro hogar compartido! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias