PRENSA CFC.-
Caracas Fútbol Club cayó derrotado 2-1 este domingo, 24 de septiembre, frente a Atlético Socopó, en un compromiso válido por la jornada 11 del Torneo Clausura 2017 de la Primera División del fútbol venezolano, que tuvo como escenario en el Estadio Rogelio Matos. El tanto de los Rojos del Ávila estuvo a cargo de Fernando Aristeguieta.
El careo iniciaría con el equipo de la capital dominando la esférica, sin embargo, el clima y el estado del terreno dificultaría la generación de ocasiones claras de gol en los primeros minutos. En la fracción 11 Reiner Castro iba a intentarlo pero no iba a poder conectar de lleno la esférica y la misma se iría por la raya final. Cuatro minutos más tarde, al 15′, la oportunidad iba a ser para Fernando Aristeguieta, sin embargo el disparo del 9 avileño se iba al saque de meta.
Sobre el minuto 20 el mismo Aristeguieta aparecería, esta vez para ahogar el grito de gol de los locales, luego de un cabezazo que “El Colorado” iba a despejar sobre la línea de gol. Al 35′ Wuilker Fariñez, con una brillante atajada, iba a ser quien le negara la ventaja al cuadro barinés.
En lo últimos compases de la primera mitad, el once veces campeón de Venezuela lo intentaría e iría con todo al ataque. No obstante, los dirigidos por Noel Sanvicente se iban a encontrar con una defensa verde infranqueable y con el empate parcial sin goles ambas escuadras se iban a ir al descanso.
Para el complemento ambas escuadras adelantarían líneas en busca de la ventaja en el marcador. Al 54′ Daniel Saggiomo iba a estar cerca de inaugurar el marcador con un remate desde larga distancia, pero la esférica se iba a ir a un lado del palo del arco local.
Diez minutos más tarde, sobre la fracción 64′, se rompería la paridad, luego de un entrevero en el área que aprovecharía Johan Mina para mandar el balón al fondo de las redes con un zapatazo. Pero un minuto más tarde llegaría la igualdad del Rojo, tras una mano en el área, que Fernando Aristeguieta convertiría en gol desde el punto penal.
Con el pasar de los minutos el cotejo ganó en vértigo y rapidez, por lo que los espacios en el campo empezaron a aparecer. Los Rojos del Ávila se acercarían pero no lograrían concretar, mientras que el cuadro barinés buscaba hacer daño con la pelota parada y el contragolpe.
Sobre el final del compromiso los capitalinos lo intentarían, yendo al ataque y buscando generar peligro en el arco rival, sin embargo no lograrían anotar el tanto de la ventaja. Ya en los últimos minutos el cuadro lograría quedarse con la victoria luego de que Mina rematara un rebote al borde del área y la mandara al fin del arco rojo.
Así, con el 2-1 favorable a Atlético Socopó, finalizaría el compromiso y el Caracas Fútbol Club terminaría con las manos vacías. Ahora, los dirigidos por Noel Sanvicente deberán pasar la página rápidamente y mentalizarse en el próximo compromiso, ante Deportivo Táchira, a disputarse el venidero domingo a las 4:00P.M. en el Estadio Olímpico de la UCV.
FICHA TÉCNICA
ATLÉTICO SOCOPÓ (2): Diego Valdés, Moisés Galezo, Humberto Lara, Ángel González (Juanky Ramírez 77’), Yorwin Lobo, Jhoan Mina, Eduardo Castro, Ángelo García, José Soto, Gennis Garrido, Edgar Castellano | DT: Fernando Capobianco.
CARACAS FÚTBOL CLUB (1): Wuilker Fariñez, Eduardo Fereira*, Moises Acuña, Gilber Guerra, José Hernández, Daniel Saggiomo (Diomar Díaz 58′), Evelio Hernández (Miguel Mea Vitali 55′), Ricardo Martins, Robert Hernández, Reiner Castro (Néstor Canelón 86’), Fernando Aristeguieta | DT: Noel Sanvicente.
GOLES: Jhoan Mina 64’, 90+4’ (SOC). Fernando Aristeguieta 65’ –P- (CFC).
AMONESTADOS: Robert Hernández 30′; Ricardo Martins 74′; Reiner Castro 83′ (CFC). Humberto Lara 87’ (SOC).
PRINCIPAL: Freddy Briceño (Trujillo).
Estadio Rogelio Matos, Barinas | Domingo, 24 de septiembre del 2017.
El araguaney es un árbol emblemático de Venezuela y es conocido por su hermosa floración amarilla que cubre sus ramas. Su nombre científico es Tabebuia chrysantha y pertenece a la familia Bignoniaceae. El araguaney es considerado el árbol nacional de Venezuela debido a su belleza y prominencia en el paisaje venezolano. El Día del Araguaney se celebra el 29 de mayo de cada año en Venezuela. Esta fecha fue establecida en honor al araguaney como un símbolo de la belleza natural del país. El araguaney se encuentra principalmente en la región central de Venezuela, pero también se puede encontrar en otras áreas del país. La elección del araguaney como árbol nacional y la celebración de su día se basa en su importancia cultural y estética para los venezolanos. La floración del araguaney marca el inicio de la temporada de lluvias en Venezuela y se considera un signo de renacimiento y esperanza. La exuberante floración amarilla del araguaney se ha convertido en un símbolo de la identidad nacional y se representa en el arte, la literatura y la música venezolana. El Día del Araguaney se celebra con actividades y eventos que destacan la belleza del árbol y promueven la conservación de la flora y fauna venezolana. Es una ocasión para resaltar la importancia de proteger y preservar el patrimonio natural del país.
En un pequeño pueblo llamado Güigüe, al sur del Lago de Valencia en Venezuela, se encuentra un antiguo reloj que cautiva la atención de propios y extraños. Este fascinante artefacto, creado por hábiles artesanos españoles en el siglo XIX, va más allá de la simple medición del tiempo. Además de ser un reloj, alberga un termómetro, un barómetro y una elegante veleta en su parte superior. El reloj, conocido como “El Reloj de Güigüe”, ostenta dos placas que revelan parte de su historia. Una de ellas lleva grabado el nombre “Hacienda El Trompillo, General J.V. Gómez”, mientras que la otra muestra con orgullo los datos “El Trompillo, altura sobre el nivel del mar 472 metros, distancia a Maracay 58 Kms”. Estas inscripciones revelan sus vínculos con figuras prominentes del pasado. En aquel entonces, el ilustre presidente venezolano, Antonio Guzmán Blanco, trajo consigo este reloj hasta el pueblo para llevar un control preciso de las jornadas laborales de sus trabajadores en las extensas tierras que atendían. Sin embargo, la historia adquiere un giro sorprendente cuando el reloj cambia de dueño y pasa a manos del dictador que gobernaba Venezuela, el General Juan Vicente Gómez. Se cuenta que, poco antes de su muerte, consciente de que sus posesiones iban a pasar a otras manos, maldijo el reloj. Según los cuentos que se transmiten de generación en generación en el pueblo, el reloj se detuvo exactamente en el momento de su fallecimiento. Después de aquel suceso, el reloj fue trasladado al pueblo en un estado de deterioro total, ya que anteriormente se encontraba en el patio central de la Hacienda El Trompillo. Actualmente, reposa en la plaza Ávila de Guigue, junto a la imponente iglesia local. Aunque fue reparado en su momento para marcar las horas parroquiales del pueblo, el destino parece jugarle malas pasadas. Se dice que cada vez que el reloj es reparado, una serie de acontecimientos trágicos se desencadenan. Un operario italiano, encargado de su mantenimiento, logró ponerlo en funcionamiento nuevamente, pero pagó un alto precio por ello, pues el día de su regreso a su tierra natal, encontró la muerte de manera súbita. La leyenda cobra aún más fuerza cuando Andrés Mijares, gran amigo del italiano, decide honrar su memoria reparando el reloj. Con valentía y determinación, logra que el mecanismo vuelva a funcionar, pero solo por un día. Al día siguiente, el reloj se detiene nuevamente, marcando la hora exacta de la muerte de Mijares. A partir de ese momento, nadie se atrevió a tocar el reloj por temor a la supuesta maldición que lo rodea. Después de muchos años un relojero se ofreció para arreglarlo y después de un poco de dificultad logro ponerlo en marcha por unas semanas antes de detenerse abruptamente, a la misma hora en que este relojero perdió a vida en una ciudad cercana. Desde entonces se corrió la Leyenda en toda la región central de Venezuela, de que aquel que repara “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida. Fuente de la Información: Steemit