Valencia, 19 de agosto del 2017 (Prensa Deportivo Táchira).- Atractivo y de buen fútbol, resultó el duelo entre el Carabobo F.C. y Deportivo Táchira F.C., disputado este sábado 19 de agosto, en el Estadio Misael Delgado de Valencia.
El parejo compromiso hasta el minuto 80′, lo destrabó Samuel Sosa, con un zapatazo, de esos certeros a los que tiene acostumbrado al balompié nacional. Al ángulo derecho de Edixson González, cayó el tiro libre del subcampeón del mundo.
Brillante anotación que bastó para llevarse los honores, consolidándose en la primera posición en la tabla acumulada con 49 puntos y seguir en los puestos de vanguardia del Clausura, con 13 unidades.
La planificación de ambos experimentados estrategas se notó claramente sobre el sintético carabobeño. Por el lado tachirense, la plantilla no cedió espacios, manejando un esquema de mucho orden en defensa; los intentos del cuadro anfitrión, fueron despejados con autoridad por el guardameta José Contreras.
El cuidavallas valenciano también tuvo sus importantes reacciones, despejando un cabezazo con clara dirección a gol de Darwin Gómez, en la primera mitad.
Sosa anunció desde muy temprano que quería el protagonismo en el compromiso, respaldado por su familia en las gradas. Las avanzadas por las bandas fueron de bastante exigencia para los defensores con casaca vinotinto, generándose duelos competitivos que fueron superados por el mundialista Sub-20.
Los dueños de casa también tuvieron su pieza que se proyectaba por los costados, Eduard Bello tomó la iniciativa en ataque, siendo el más incisivo de la escuadra local.
En el complemento, cuando la oncena anfitriona se aproximaba, el director técnico Escobar daba ingreso a efectivos rápidos; Joel Infante y Pedro Ramírez contribuyeron a la consecución del triunfo.
Con tres puntos claves en carretera, el Deportivo Táchira F.C. sigue apuntando a cristalizar los objetivos del semestre. El próximo reto está enmarcado en la Copa Venezuela 2017, debiendo medirse en Pueblo Nuevo, a mitad de semana ante Ureña S.C., en llave que marcha a favor de los azucareros por 1-0. FIN: Pedro Capacho / Fotos: Cortesía Kleidy Guillén
Ficha técnica:
Carabobo F.C. (0): Edixson González, Carlos Rivero, Josua Mejías, Alejandro Fuenmayor, Richard Badillo (Robín Gutiérrez 83′), Carlos Ramos, Juan Colina, Marlon Fernández (Jeysen Núñez 62′), Eduard Bello, Cristian Novoa, Tommy Tobar. DT: Julio Baldivieso.
Suplentes sin jugar: Daniel Valdés, Luis Mago, Diego Osio, Federico Silvestre, Christopher Montaña.
Deportivo Táchira F.C. (1): José Contreras, Pablo Camacho, Giovanny Romero, Yuber Mosquera (C), Héctor Noguera, Víctor Córdoba, Juan Carlos Mora (Luis Vargas 80′), Josmar Zambrano (Pedro Ramírez 63′), Darwin Gómez (Joel Infante 63′), Samuel Sosa, V´citor Aquino. DT: Santiago Escobar.
Suplentes sin jugar: Cristopher Varela, Daniel Benítez, Franklin González, José Rafael Reyes.
Goles: Samuel Sosa 80′ (Táchira).
Amonestados: Marlon Fernández 41′ (Carabobo); Yuber Mosquera 41′, Joel Infante 73′, Víctor Córdoba 86′, Pablo Camacho 90+3′ (Táchira).
Árbitro principal: Anderson Tovar (Distrito Metropolitano Caracas).
Árbitros asistentes: Ceus Bernal, José Jiménez, Maikol Gómez (Distrito Metropolitano Caracas).
Hora: 7:00pm.
Estadio: Misael Delgado, Valencia, estado Carabobo.
Incidencias: Jornada 6, Torneo Clausura 2017, Primera División de Venezuela.
El araguaney es un árbol emblemático de Venezuela y es conocido por su hermosa floración amarilla que cubre sus ramas. Su nombre científico es Tabebuia chrysantha y pertenece a la familia Bignoniaceae. El araguaney es considerado el árbol nacional de Venezuela debido a su belleza y prominencia en el paisaje venezolano. El Día del Araguaney se celebra el 29 de mayo de cada año en Venezuela. Esta fecha fue establecida en honor al araguaney como un símbolo de la belleza natural del país. El araguaney se encuentra principalmente en la región central de Venezuela, pero también se puede encontrar en otras áreas del país. La elección del araguaney como árbol nacional y la celebración de su día se basa en su importancia cultural y estética para los venezolanos. La floración del araguaney marca el inicio de la temporada de lluvias en Venezuela y se considera un signo de renacimiento y esperanza. La exuberante floración amarilla del araguaney se ha convertido en un símbolo de la identidad nacional y se representa en el arte, la literatura y la música venezolana. El Día del Araguaney se celebra con actividades y eventos que destacan la belleza del árbol y promueven la conservación de la flora y fauna venezolana. Es una ocasión para resaltar la importancia de proteger y preservar el patrimonio natural del país.
En un pequeño pueblo llamado Güigüe, al sur del Lago de Valencia en Venezuela, se encuentra un antiguo reloj que cautiva la atención de propios y extraños. Este fascinante artefacto, creado por hábiles artesanos españoles en el siglo XIX, va más allá de la simple medición del tiempo. Además de ser un reloj, alberga un termómetro, un barómetro y una elegante veleta en su parte superior. El reloj, conocido como “El Reloj de Güigüe”, ostenta dos placas que revelan parte de su historia. Una de ellas lleva grabado el nombre “Hacienda El Trompillo, General J.V. Gómez”, mientras que la otra muestra con orgullo los datos “El Trompillo, altura sobre el nivel del mar 472 metros, distancia a Maracay 58 Kms”. Estas inscripciones revelan sus vínculos con figuras prominentes del pasado. En aquel entonces, el ilustre presidente venezolano, Antonio Guzmán Blanco, trajo consigo este reloj hasta el pueblo para llevar un control preciso de las jornadas laborales de sus trabajadores en las extensas tierras que atendían. Sin embargo, la historia adquiere un giro sorprendente cuando el reloj cambia de dueño y pasa a manos del dictador que gobernaba Venezuela, el General Juan Vicente Gómez. Se cuenta que, poco antes de su muerte, consciente de que sus posesiones iban a pasar a otras manos, maldijo el reloj. Según los cuentos que se transmiten de generación en generación en el pueblo, el reloj se detuvo exactamente en el momento de su fallecimiento. Después de aquel suceso, el reloj fue trasladado al pueblo en un estado de deterioro total, ya que anteriormente se encontraba en el patio central de la Hacienda El Trompillo. Actualmente, reposa en la plaza Ávila de Guigue, junto a la imponente iglesia local. Aunque fue reparado en su momento para marcar las horas parroquiales del pueblo, el destino parece jugarle malas pasadas. Se dice que cada vez que el reloj es reparado, una serie de acontecimientos trágicos se desencadenan. Un operario italiano, encargado de su mantenimiento, logró ponerlo en funcionamiento nuevamente, pero pagó un alto precio por ello, pues el día de su regreso a su tierra natal, encontró la muerte de manera súbita. La leyenda cobra aún más fuerza cuando Andrés Mijares, gran amigo del italiano, decide honrar su memoria reparando el reloj. Con valentía y determinación, logra que el mecanismo vuelva a funcionar, pero solo por un día. Al día siguiente, el reloj se detiene nuevamente, marcando la hora exacta de la muerte de Mijares. A partir de ese momento, nadie se atrevió a tocar el reloj por temor a la supuesta maldición que lo rodea. Después de muchos años un relojero se ofreció para arreglarlo y después de un poco de dificultad logro ponerlo en marcha por unas semanas antes de detenerse abruptamente, a la misma hora en que este relojero perdió a vida en una ciudad cercana. Desde entonces se corrió la Leyenda en toda la región central de Venezuela, de que aquel que repara “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida. Fuente de la Información: Steemit