Hace pocos meses, los dispositivos de Apple sufrieron un ciberataque a gran escala, el mayor de la historia de la compañía. La empresa tuvo que retirar de la App Store más de 50 aplicaciones para iPhone, iPad y Mac que instalaban un software malicioso que permitía a los criminales controlar los dispositivos de forma remota y robar datos personales de sus dueños.
Ni siquiera Apple, que presume de las medidas de seguridad que aplica en su tecnología, está a salvo de las telarañas del cibercrimen. Con los ataques a dispositivos móviles, su seguridad y la información de sus propietarios corren peligro, pero cuando estos dispositivos se utilizan también en el ámbito laboral, los riesgos aumentan.
Según un reciente informe del Instituto Ponemon de investigación en seguridad y privacidad, el acceso de los empleados a los datos corporativos desde sus dispositivos ha aumentado en 43% durante los últimos años y el 56% de la información de las empresas está disponible para consultarse desde el celular o tablet.
Las consecuencias también vienen representadas en cifras, esta vez económicas. Solo un smartphone infectado con malware puede costar a una compañía más de ocho mil euros de media. El cómputo global para todo el año y todos los ciberataques asciende hasta los quince millones de euros.
Los investigadores consultaron a 588 profesionales de tecnologías de la información empleados en organizaciones de la Global 2000 (la lista de las mayores empresas cotizadas del mundo) para conocer su visión sobre la seguridad móvil. El 67% de ellos aseguraba que era muy probable que su compañía hubiera sufrido ya una filtración porque los trabajadores acceden a la información confidencial y sensible de la empresa desde su dispositivo móvil.
Al comparar la opinión de estos profesionales con las del resto de empleados (que no tenían nada que ver con el departamento tecnológico) encontraron aún más motivos de preocupación.
Cuando les preguntaban a qué tipo de datos tenían acceso los trabajadores, su conocimiento resultó ser limitado. La plantilla de las empresas podía consultar desde su dispositivo móvil más información de la que pensaban los responsables de mantener la seguridad de esta, incluidos los datos de identificación de los propios trabajadores, documentos confidenciales y contactos e información sobre los clientes.
Afortunadamente, también hay buenas noticias. Según el estudio, el 16% del presupuesto de las organizaciones se destina a la seguridad móvil, un porcentaje que esperan ascienda al 37%.
Además, más de la mitad de las empresas que participaron en el estudio aplicaban algún tipo de medida para gestionar los datos a los que podían acceder sus trabajadores desde un smartphone y medidas de seguridad como listas de aplicaciones maliciosas, sistemas de identificación y plataformas para gestionar el acceso y las cuentas de usuario.
Los investigadores no creen que volver al pasado o prohibir el uso del móvil con fines laborales sean las medidas más acertadas, ya que cada vez trabajamos más en la Nube y en entornos virtuales. Por eso sugieren que la solución pasa por establecer unos límites claros a la información accesible desde los dispositivos y concienciar a los trabajadores sobre los riesgos y las herramientas, como los antivirus para dispositivos móviles, que deben utilizar para evitarlos.
Antes de que se inventaran las gomas de borrar (en el siglo XVIII), se usaba miga de pan húmeda, y por eso hoy en día todavía hay gomas que conservan ese nombre. En caso de necesidad, un trozo de tu almuerzo puede hacer un gran arreglo en tus apuntes. El lápiz aportaba la posibilidad de corrección, borrándose hasta la aparición de la goma de borrar con gomas de migajón. Estas gomas utilizaban migas de pan con dos inconvenientes: necesitaban pan fresco y eran poco precisas. Cuando los españoles exploraban América observaron como los aztecas jugaban con unas pelotas que botaban de forma endiablada y que, según el soldado de Hernán Cortés llamado Bernán Díaz del Castillo, parecían movidas por espíritus malignos. Efectivamente, al igual que en otras civilizaciones, los aztecas se divertían con juegos de pelota, utilizando para ello una pelota muy elástica. Sin embargo, no fue en España donde se plantearía su uso como goma de borrar. En Inglaterra el científico Joseph Priestley observó como al frotar un trozo de caucho sobre un trazo de lápiz este se borraba del papel. A pesar de su descubrimiento, el científico inglés no comercializó el producto, siendo el ingeniero Edwar Nairne quien empezó a comercializar en su tienda de Londres bloques de caucho como borradores, era el año 1770 y según Nairne, descubrió este uso cuando confundió un bloque de caucho con una goma demigajón.
La piedra de Rosetta es un fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del faraón Ptolomeo V. La piedra fue descubierta en Port Saint Julien, el-Rashid (Rosetta), en el delta del Nilo en Egipto en 1799 EC por Pierre François Xabier Bouchard. Bouchard era un oficial de ingenieros del ejército de Napoleón, y extrajo la piedra de una vieja pared que estaban demoliendo como parte de los trabajos de construcción del fuerte Julien. El comandante de Bouchard, un tal General Menou, cuando se dió cuenta de su importancia, hizo mandar la piedra a Alejandría. Se hicieron moldes y copias, pero más tarde el general británico Tomkins Turner se hizo con la piedra, con lo que el artefacto acabó por encontrar un hogar permanente en el Museo Británico de Londres. La piedra mide 112,3 por 75,7 cm y tiene 28,4 cm de espesor. El texto de la piedra consta de un texto jeroglífico de 14 líneas, uno demótico de 32 líneas y uno griego de 54 líneas.
Reinaldo Pulido, vicepresidente del Consejo Superior de Turismo (Conseturismo), abogó por incrementar la conectividad del país hacia distintos destinos turísticos, en especial hacia Estados Unidos por su importancia para el desarrollo del sector. “Ese es el logro que hemos visto este año, que hemos podido conectarnos con Colombia, poco a poco; pero falta conectarte con Brasil, con Suramérica, México y Estados Unidos (EE. UU). La conexión con EE. UU. era realmente importante, era un intercambio cultural, generacional y económico”, aseveró Pulido. Además, el especialista enfatizó en que “creemos que hay que sacar de esta diatriba política a todos estos temas. Las operaciones aéreas no son nada más para las cosas bonitas, es una necesidad importante, un derecho que tenemos nosotros de movilizarnos”, reseñó Unión Radio en su página web. En cuanto a los números de ocupación en el ramo hotelero en el presente año, el vicepresidente de Conseturismo argumentó que se mantuvo entre el 30 % y el 35 % en todo el país, aclarando que hubo hoteles y sitios de hospedajes que tuvieron más cobertura que otros dependiendo de las fechas. Sin embargo, se mostró preocupado por ese otro 65 % que sigue siendo casi las dos terceras partes del total de ocupación que no se está aprovechando. “No es que va mal, venimos de cero porque venimos de 2 años de pandemia (…) en este año empezamos a ver cierto crecimiento, es lento, pero es sostenido”, dijo. También reveló que ninguno de los feriados alcanzó lo esperado por Conseturismo, refiriéndose a las festividades de Carnaval, Semana Santa, vacaciones escolares y muchas otros celebraciones en las regiones en todo el país, como lo es la Feria de La Chinita en Maracaibo y el día de la Divina Pastora en Barquisimeto. Pulido apostó por promover la buena atención en los hoteles, las reparaciones a las posadas, aeropuertos, terminales y la promoción de los espacios públicos naturales. Forma parte de nuestros canales y mantente informado del acontecer Empresarial de Venezuela y Latinoamérica Telegram: https://t.me/mscnoticias Linkedin: https://www.linkedin.com/groups/8278559/