Prensa Trujillanos FC.-
Fotos CLBA
Los guerreros de la montaña lograron rescatar un punto valioso en el marco de la jornada número cinco del Torneo Apertura del futbol nacional, cuando este domingo enfrentaron al Deportivo Lara en la ciudad de Cabudare.
El partido comenzó con un cuadro local volcado sobre el arco de Leandro Díaz, y solo al minuto 4’ Edgar Pérez Greco envió un zapatazo a media altura que el cancerbero Díaz desvió al córner. Trujillanos no se desesperaba y con mucho orden esperaba el momento necesario para lanzar el ataque.
Mucha presión en la mitad de la cancha no le permitía a ninguno de los conjuntos tomar el control. Sobre el minuto 27 llegaría la más clara del partido, Maurice Cova mete centro al punto penal que Sergio Álvarez logra conectar de cabeza exigiendo al cancerbero David González.
Siete minutos después, Fredys Arrieta cobra un tiro libre a ras de piso que exige nuevamente al portero local quien
envía la bola al córner.
Para la segunda parte ambos conjuntos confiaban es sus titulares. Horacio Matuzsyck le da más libertad a Carlos Castro por derecha quien generó espacios para la aparición de Cova y Arrieta. La primera ocasión del segundo tiempo fue nuevamente para los guerreros, transcurría el minuto 54’ Fredy Arrieta sacó disparo a tres dedos desde el borde del área que contuvo nuevamente González.
Al minuto 66’ el profe Matuszyck mueve sus piezas colocando a James Cabezas y Manuel Granados, dándole más velocidad al ataque guerrero que siempre encontró a un cancerbero rival bien ubicado.
A cuatro para el final Mayker González recibe pase de Carlos Sosa, se quita a dos contrarios y habilita dentro del área a James Cabezas quien dispara de pierna izquierda ajustado al primer palo exigiendo y convirtiendo en figura al cancerbero David González.
Ahora los guerreros deben pasar la página y pensar en su siguiente rival a mitad de semana en el marco de la Copa Venezuela como lo será el conjunto de Estudiantes de Mérida.
Alineaciones:
Trujillanos FC: Leandro Díaz, Carlos Castro, Luiryi Erazo, Edixon Cuevas, Mayker González, Carlos Sosa*, Gerardo Mendoza, Maurice Cova (Manuel Granados 65’), Argenis Gómez (Jarol Herrera 72’), Sergio Álvarez (James Cabezas 65’). DT: Horacio Matuszyck.
Dvo. Lara: David González, José Manuel Rey, Jhon Chancellor, Luis Colmenares, José Caraballo, Vicente Suanno, Juan Guerra (Juan Colina 89’), Oswaldo Chaurant, Edgar Pérez Greco, Ángel Urdaneta (Leiner Pérez 68’), Heiber Díaz (José Romo 77’). DT: Rafael Dudamel.
Arbitro: Hildemaro Lira (Mérida)
Amonestados: Maurice Cova 37’ y Mayker González 41’ (TFC)
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias