“Veinte Años No son Nada” es el nombre de la exposición que de la mano del artista plástico Carlos Gallero es exhibirá desde el próximo sábado 19 de octubre en las instalaciones del Ateneo de El Hatillo, en el horario comprendido entre las 5:00 y 9:00 p.m
La muestra se fundamenta en un concepto de paz que a su vez se transforma en un llamado , una alerta que invita a la reflexión y reformulación del mundo partiendo de una emotiva explosión de colores, a través de la cual se recrea una síntesis de la condición humana que desnuda la Utopía del Ser . De esta forma el espectador se involucra participando de la fuerza de la pintura del artista, que se concibe bajo una propuesta de vuelo.
“20 Años No Son Nada” – que evoca el tango de Gardel- es el fruto del trabajo creativo de veinte años para consolidar 1.200 obras, sin mostrarlas, y que ahora contiene esta exposición y que son un reflejo de la inagotable pasión por el arte de Carlos Gallero, quien además ha incursionado en la dirección de teatro, la escenografía, a la par de haber realizado una ardua labor como diseñador de parques temáticos entre los que se cuenta “Aurora de Venezuela”. Tras una exitosa producción, con más de una veintena de exposiciones individuales y colectivas, en diferentes países como Brasil, Uruguay, Argentina, Bélgica, Israel, Holanda, Alemania, España, Gran Bretaña, Colombia, Guatemala, Ecuador, Bolivia y Chile.
“La creación es algo sublime que esta fuera de todo tema sin el arte en general, la pintura, la música, sería más duro todo, tenemos que hacer cosas todos cada uno desde su ámbito, a cada propuesta yo le agrego un hecho educativo, creativo, incluso en la exposición vamos a tener un área de creación plástica para los niños, en la que ellos jugarán, a través de unos cuadros preparados, especialmente, para que descubran cosas, canalizando sus inquietudes. Y puedan ir expresando y sintiéndose cada vez más sueltos ante la plástica. Las paredes de mi taller están escritas por mi pequeña nieta y me digo, ‘si yo pudiera hacer eso’, tenemos que alimentarles su creatividad, allí hasta van a pintar un cuadro. Mis obras presentan unos colores potentes como protesta a todo aquello que lamentablemente está gris, oscuro, difícil de sortear, en el mundo entero. Es una explosión de vida, se van a ver pinturas en las que juego con cuarenta colores, son los colores de Venezuela, un país fabuloso”- apunto Carlos Gallero quien nació en el barrio negro de Montevideo, Uruguay.
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias