La Alcaldía de EL Hatillo otorgó la máxima orden del municipio, Ana Francisca Pérez de León, al doctor Enrique Tejera París durante el acto por el Día del Abogado que organizó la alcaldía para homenajear a los empleados profesionales de esta carrera.
La condecoración fue dada al doctor Tejera París por su destacada y dilatada trayectoria en el Derecho y las leyes, así como el reconocimiento a su amplia carrera profesional en instituciones del Estado y como docente universitario.
“Mi agradecimiento más profundo al señor alcalde y a sus colaboradores por este honor que con tanta honra recibo como abogado. Respeto y quiero mi profesión”, indicó el doctor Tejera en un breve discurso en el que reivindicó el ejercicio del Derecho. “Debemos reivindicar la fuerza del Derecho por encima de las simples normas administrativas”, dijo a los demás abogados presentes en el acto.
El doctor José Ignacio Hernández, profesor de Derecho en varias universidades del país, fue el orador de orden de la actividad, durante sus palabras enalteció el valor de los “próceres civiles, muchos de ellos abogados, que arduamente trabajaron en la formación de nuestra república liberal, estableciendo las bases de nuestro sistema republicano”. Añadió que “hoy más que nunca necesitamos abogados, pero que apuesten a la defensa del Estado de derecho y, por ende, de la justicia y la paz”.
El alcalde David Smolansky fue el encargado de entregar la condecoración al doctor Tejera París y los reconocimientos a los abogados que son servidores públicos de la alcaldía y las instituciones adscritas. “Desde la Alcaldía de El Hatillo estamos orgullosos de haber podido celebrar este acto. Mi agradecimiento al doctor Tejera París, quien ha recibido muchas condecoraciones nacionales e internacionales pero quizás no una tan cercana como la de su municipio; a todos los servidores públicos que se levantan cada día por vocación y convicción a servir a nuestro municipio, pero también a defender la democracia, la libertad, la justicia y el Estado de derecho que es lo que la mayoría de los venezolanos quiere retomar”.
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias