El futbol venezolano ha vivido de migajas, de pequeñas proezas que en otros países eran simples rutinas, de ilusiones pasajeras desde que en 1965 o igual hace 51 años decidieran sus dirigentes que era tiempo de competir de manera oficial en eliminatorias para el Mundial y Copa América; teniendo que vivir más desilusiones, derrotas y humillaciones para ganarse un poquito de respeto y consideración por su futbol.
Solo algunas anécdotas, como el gol de Rene Torres a Argentina o la histórica noche en Ecuador ante Estados Unidos por Copa América en 1993 que le valió el único título de artillero a un venezolano como Jose Luis Dolgetta son algunas de las pocas cosas (se pueden escapar otras) que se pueden rescatar del siglo XX, donde apenas al final de él, por 1998 los uruguayos se daban cuenta que Venezuela había aprendido a jugar, como me contaba una vez Jesús “El Niño” Rodríguez, quien estaba en cancha por la Vinotinto en esa ocasión y le quedaba ese recuerdo.
Increíble creer que sea cierto, pero a Venezuela le costó aprender tres décadas (tomando la frase del doctor Richard Páez que en el futbol se gana, se empata y se aprende), con lecciones muy dolorosas y con poca alegría, a cuenta gota. De una cosa estaban seguros esos charrúas que estuvieron en ese juego y que ganaron de manera sufrida, estaba comenzando a escribirse otra historia Vinotinto.
Comenzaron a llegar las victorias ya entrado el siglo XXI, el “Si se puede” se hizo bandera y resurgió la figura del que hoy en día es su máximo referente con el permiso de sus antepasados como Luis Mendoza o Stalin Rivas. Su nombre Juan Arango, un futbolista diferente, de poco hablar pero mucho jugar, que fue abriendo puertas con una irreverencia tan impresionante que recuerdo un comentarista colombiano osado que se atrevió a decir hace mucho tiempo “con el permiso de los venezolanos Arango no parece que haya nacido en Venezuela”.
Pero no solo nació aquí y brindó joyas de goles, sino que además se constituyó en el embajador de Venezuela en el exterior, permitiendo cambiar poco a poco el pensamiento del resto del mundo sobre el jugador venezolano, aunque todavía sean tratados con recelos y les cueste más ganarse sus sitios, con algunas excepciones. Atrás de Arango fueron apareciendo otros reclamando su espacio y lo han logrado, caso Rondón, Vizcarrondo, Seijas y otros más que han sido protagonistas fuera de nuestras fronteras.
A Arango le llegó el momento que nadie espera para jugadores como el, como lo es el retiro, mucho se pensó en lo difícil que era sustituirlo, porque tal vez es insuperable, aunque como en Argentina Maradona era el gran genio hasta que apareció Lio Messi, en Venezuela también podría llegar el momento que algunos jóvenes ahora logren hacer más grandes sus leyendas que lleguen a estar por encima en cuanto a logros personales y colectivos de lo que hizo el dueño de la zurda de oro, de la exquisita pegada. Algo si es cierto, el legado de Juan perdurará hasta la eternidad.
Peñaranda y la nueva generación
En momento en que el futbol venezolano vive una situación de tensión por parte de sus jugadores más consolidados, con una crisis de resultados y la ausencia de un líder que marque diferencia, surgen las figuras de algunos chamos que dicen “permiso que nada me detiene”. Uno de ellos es Adalberto Peñaranda, un chico atrevido, con una zancada y regate que son capaces de volver loco hasta al más cuerdo de los defensores y que con solo 18 años y 7 meses se quiere comer el mundo sin ningún temor.
No se trata de un simple sensacionalismo patriótico o tratar de vender humo, es un pequeño resumen de muchas páginas que en España se empiezan a escribir de este joven vigiense, quien aunque no marque un gol su forma de jugar no pasa desapercibida, como ante Real Madrid donde los comentaristas y hasta sus rivales que están cansados de marcar a otros consagrados con similares características le brindaron elogios.
Su irreverencia le muestra el camino de la selección, su mayor sueño y aspiración; y seguramente todo el país -necesitado de un diferente que les invite a soñar de nuevo y a cargar con orgullo la camiseta Vinotinto- le agradecerá y celebrará cada logro tanto con el combinado nacional como con su club fuera de nuestras fronteras.
Arango puede estar tranquilo, aún no tiene reemplazo pero si podrá descansar sabiendo que hay nueva savia que dará sus frutos muy pronto. Porque no es solo Peñaranda, también está un Juanpi Añor que viene en un nivel superior, al igual que Andrés Ponce o el propio Jaime Moreno, quienes jugando en filiales de Italia y España claman con sus goles sus presencias en la selección y en las primeras plantillas de sus clubes.
Desde los cimientos del activismo ambiental hasta la urgente llamada a la acción de hoy, el Día de la Tierra ha evolucionado desde su modesto comienzo en 1968 hasta convertirse en un movimiento global que busca la preservación de nuestro planeta. En aquel entonces, el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, un punto de partida crucial donde los estudiantes escucharon a científicos destacados hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana. Dos años más tarde, en 1970, el senador y activista ambiental Gaylord Nelson propuso la creación de una agencia ambiental, desencadenando una manifestación masiva que atrajo a miles de estudiantes y comunidades de todo Estados Unidos. Esta presión social culminó en la creación de la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinadas a proteger nuestro medio ambiente, sentando así las bases para el movimiento ambiental moderno. En 1972, la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo reunió a líderes mundiales para abordar los problemas ambientales a escala global, marcando un hito en la conciencia ambiental mundial. El lema del Día Internacional de la Madre Tierra para el año 2024, “Planeta vs plásticos”, subraya la urgencia de abordar la crisis de los plásticos. La necesidad de reducir la producción de plásticos en un 60% para el año 2040 es imperativa, ya que estos contaminantes afectan directamente la salud humana y la salud del planeta. Es fundamental y urgente la necesidad de acabar con los plásticos por el bien de la salud humana y del planeta. Desde sus modestos inicios hasta su papel actual como plataforma para la conciencia ambiental global, el Día de la Tierra continúa inspirando a personas de todo el mundo a unirse en la lucha por un futuro sostenible. ¡Cada gesto cuenta en esta batalla por nuestro hogar compartido! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias