Con más de 72 mil km de litoral, América Latina y el Caribe genera el 11 % de la producción pesquera global y el 4% de la acuicultura. El sector emplea a más de 2,4 millones de personas, y es el pilar de la seguridad alimentaria de cientos de comunidades ribereñas.
Los recursos pesqueros serán fundamentales para alimentar a las casi 10 mil millones de personas que poblarán la tierra en el año 2050, y por ello el cuidado sostenible de los océanos es absolutamente fundamental.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y su compromiso político para revertir los efectos negativos del cambio climático, tiene entre sus grandes prioridades el objetivo 14, “Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible“.
La importancia que tienen los océanos en la regulación del clima, la generación de oxígeno y la seguridad alimentaria es indiscutible. Además, su alta biodiversidad acuática brinda enormes oportunidades para la diversificación pesquera y acuícola, para así incrementar la disponibilidad de alimentos y la riqueza derivada de los mares territoriales de los países de la región.
Invertir hoy en las comunidades pesqueras permitirá frenar la sobrepesca e impulsar la gestión de los ecosistemas acuáticos de manera sostenible. Según datos de la FAO, se estima que más del 30% de las pesquerías globales se encuentran sobre explotadas y más del 60% en plena explotación. Además, contribuye a reducir la contaminación, incrementar la superficie marina protegida, mejorar la salud de los ecosistemas críticos y los recursos pesqueros, y evitar la pesca ilegal.
Porque hoy enfrentamos enormes desafíos: existen graves carencias en materia de control y débiles sistemas de monitoreo científico; faltan recursos para la inspección que permitan detener la pesca ilegal, y faltan marcos legales que garanticen un acceso equitativo a los recursos marinos. La pesca y acuicultura regional tampoco cuenta con buenos sistemas de gestión de sus residuos, y se debe avanzar muchísimo en la promoción de sistemas acuícolas sostenibles.
La urgente necesidad de producir más alimentos saludables y aprovechar de forma racional la biodversidad, demandan voltear la vista al mar, para que frenemos prácticas destructivas. Eso nos permitirá continuar generando los alimentos que demanda la humanidad hoy, pero con la sólida convicción de que es nuestra responsabilidad garantizar océanos sostenibles para la humanidad de mañana.
Alejandro Flores, Oficial de Pesca y Acuicultura de la FAO para América Latina y el Caribe
Desde los cimientos del activismo ambiental hasta la urgente llamada a la acción de hoy, el Día de la Tierra ha evolucionado desde su modesto comienzo en 1968 hasta convertirse en un movimiento global que busca la preservación de nuestro planeta. En aquel entonces, el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, un punto de partida crucial donde los estudiantes escucharon a científicos destacados hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana. Dos años más tarde, en 1970, el senador y activista ambiental Gaylord Nelson propuso la creación de una agencia ambiental, desencadenando una manifestación masiva que atrajo a miles de estudiantes y comunidades de todo Estados Unidos. Esta presión social culminó en la creación de la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinadas a proteger nuestro medio ambiente, sentando así las bases para el movimiento ambiental moderno. En 1972, la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo reunió a líderes mundiales para abordar los problemas ambientales a escala global, marcando un hito en la conciencia ambiental mundial. El lema del Día Internacional de la Madre Tierra para el año 2024, “Planeta vs plásticos”, subraya la urgencia de abordar la crisis de los plásticos. La necesidad de reducir la producción de plásticos en un 60% para el año 2040 es imperativa, ya que estos contaminantes afectan directamente la salud humana y la salud del planeta. Es fundamental y urgente la necesidad de acabar con los plásticos por el bien de la salud humana y del planeta. Desde sus modestos inicios hasta su papel actual como plataforma para la conciencia ambiental global, el Día de la Tierra continúa inspirando a personas de todo el mundo a unirse en la lucha por un futuro sostenible. ¡Cada gesto cuenta en esta batalla por nuestro hogar compartido! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias