Personas incompetentes. Las conocemos en todos los niveles, desde altos cargos en empresas o esferas políticas. Por supuesto, también están presentes en esos escenarios cotidianos en los cuales, nos vemos obligados a «lidiar» diariamente con personas que se ven muy competentes cuando no lo son. ¿Las tenemos que considerar también personas tóxicas? Desde luego. Estamos hablando del efecto Dunning-Kruger.
Hay que pensar por ejemplo en esos directivos de empresa que presumen de sus capacidades organizativas, cuando en realidad, no solo atacan los derechos de sus trabajadores, sino que su proyecto de negocio es incapaz de mantenerse por su clara ineptitud como profesional. Buscando ahora otro ejemplo, aún más cercano. La educación de los niños.
Rosaura Torres, profesora y escritora explica “En ocasiones vemos a padres y madres claramente dañinos, personas incompetentes para criar a sus hijos. Sin embargo, no dejan de expresar «lo buenos padres que son». Progenitores que pueden confundir el ofrecer toda clase de caprichos a sus hijos como ejemplo de «ser buen padre». Modelos permisivos que generan una clara inestabilidad e inmadurez en los más pequeños”.
Este comportamiento es en realidad un sesgo cognitivo. Ahí donde la persona tiene una imagen de sí misma completamente errónea. Una persona que no es eficaz en lo que hace, que no tiene conocimientos, que comete errores, o que sencillamente no es apto para lo que quiere «vendernos»… Y sin embargo, gusta de exaltar sus virtudes. A este sesgo se le conoce también como efecto Dunning-Kruger.
El efecto Dunning-Krugger fue acuñado por dos psicólogos de la Universidad de Cornell, de Nueva York, Justin Kruger y David Dunning, tras realizar varios experimentos e investigaciones publicados en el Journal of Personality and Social Psychology de diciembre de 1999. En ellos, vemos por ejemplo la diferencia entre las personas competentes e incompetentes.
Torres explica “Hay muchas personas que gustan de ensalzar aquello de «soy el mejor padre del mundo», «soy el mejor esposo o la mejor esposa del mundo». Si no es verdad, actúa, hazle ver que su comportamiento trae errores e infelicidad. Si no ven sus propios errores, nunca intentarán resolverlos. Y en el ámbito personal y afectivo es muy importante. Vale la pena tenerlo en cuenta”.
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El 24 de enero se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Moebius, una fecha dedicada a crear conciencia sobre esta enfermedad rara descubierta en 1884 por el médico alemán Paul Julius Moebius. Este síndrome, que afecta los nervios craneales responsables del movimiento facial y la capacidad para mover los ojos de lado a lado, continúa siendo un desafío médico tanto para pacientes como para especialistas. El Síndrome de Moebius puede estar acompañado por otras condiciones congénitas, detectadas desde el nacimiento. Entre las más comunes destacan: Síndrome de Pierre Robin, caracterizado por una mandíbula más pequeña de lo normal, lo que puede provocar dificultades para respirar. Síndrome o Anomalía de Poland, una alteración congénita que implica la ausencia parcial o total del músculo pectoral mayor, lo que genera asimetría en el desarrollo muscular del tórax. Aunque el síndrome es poco frecuente, su impacto en la calidad de vida de quienes lo padecen es significativo. Por ello, esta fecha busca fomentar el conocimiento y la empatía hacia las personas afectadas, así como incentivar el avance en investigaciones médicas para su diagnóstico y tratamiento. El Día Mundial del Síndrome de Moebius es también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de apoyar a las familias y comunidades involucradas, promoviendo una sociedad más inclusiva y comprensiva ante las enfermedades raras. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La celebración del Espíritu de la Navidad es una tradición que combina elementos espirituales y culturales, especialmente popular en varios países de América Latina y algunas partes de Europa. Esta festividad ocurre el 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, marcando el día más corto y la noche más larga del año. Se considera un momento de reflexión, renovación y apertura para atraer energías positivas, armonía y prosperidad. Origen y significado Aunque no tiene un origen religioso específico, la celebración está vinculada al simbolismo de la luz que vence a la oscuridad, un concepto presente en muchas culturas. En esta fecha, se invita al Espíritu de la Navidad, una entidad simbólica asociada con la abundancia, el amor y la paz, a llenar los hogares con bendiciones. Rituales comunes Durante la noche del 21 de diciembre, las familias suelen reunirse para realizar rituales que promuevan la armonía y la prosperidad. Algunos de estos incluyen: Escribir deseos: Se escriben en papel los anhelos para el próximo año, tanto personales como colectivos. Limpiezas energéticas: Se realizan limpiezas en el hogar con incienso, velas aromáticas o aceites esenciales para atraer buenas energías. Cena especial: Se comparte una comida sencilla, generalmente vegetariana, en un ambiente de gratitud. Donaciones: Se fomenta el acto de dar, ya sea con regalos simbólicos o ayuda a quienes lo necesitan. Significado actual Hoy en día, el Espíritu de la Navidad es visto como una oportunidad para conectarse con lo esencial, reflexionar sobre el año que termina y proyectar intenciones positivas para el futuro. Más allá de las creencias personales, es una práctica que invita a valorar la gratitud, el amor y la generosidad como pilares para iniciar un nuevo ciclo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias