Unidad con clip compacto para un almacenamiento práctico
Miami, USA – 28 de Septiembre de 2015 – ADATA® Technology, el fabricante líder en módulos DRAM de alto rendimiento y productos NAND Flash, anuncia el lanzamiento del UV140 USB 3.0 USB Flash Drive. Este dispositivo cuenta con una terminación única en forma de ala-clip sin tapa, con luz y un diseño compacto. Con esta innovación, los usuarios podrán ahorrar tiempo en la transferencia de datos gracias a la interfaz de alta velocidad USB 3.0, mientras disfrutan de la comodidad, eficiencia y facilidad de la unidad en acción. El UV140 permite que los usuarios adopten un estilo de vida exitoso y versátil.
Único, compacto y útil
Esta unidad diseñada con un clip marcador en su punta, permite que sea colocado en carpetas, libros o cordones para distintivos, de esta forma el UV140 se destaca por lo portátil y cómodo de usar. Su diseño sin tapa alivia a los usuarios de la posibilidad de extraviarla. El UV140 viene con una correa en su punta, por lo que los compradores pueden ser creativos adquiriendo la que mejor se adapte a su estilo personal. A su vez, el UV140 presenta un material de textura mate, acero, y huella digital resistente, lo cual permite su uso sin problemas en cualquier entorno o medio ambiente.
Velocidad y eficiencia USB 3.0
El UV140 cuenta con una velocidad 3.0 USB, mejorando en gran medida la transferencia de datos y de esta forma reduce los tiempos de espera al sincronizar archivos y documentos multimedia de gran tamaño, aumentando la productividad de la unidad. El UV140 se encuentra disponible en color azul claro y en rojo intenso, además viene en versiones de 16GB, 32GB y 64GB de almacenamiento para las diferentes preferencias estéticas y necesidades de capacidad de los usuarios. Los clientes pueden descargar el software UFDtoGO y OStoGO de forma gratuita desde la página web de ADATA para una mejor utilidad, y como siempre disfrutar de una garantía de por vida con cada compra de unidades flash ADATA®. Con esto la marca demuestra su interés en ofrecer a los consumidores una mayor flexibilidad, seguridad y conveniencia.
El araguaney es un árbol emblemático de Venezuela y es conocido por su hermosa floración amarilla que cubre sus ramas. Su nombre científico es Tabebuia chrysantha y pertenece a la familia Bignoniaceae. El araguaney es considerado el árbol nacional de Venezuela debido a su belleza y prominencia en el paisaje venezolano. El Día del Araguaney se celebra el 29 de mayo de cada año en Venezuela. Esta fecha fue establecida en honor al araguaney como un símbolo de la belleza natural del país. El araguaney se encuentra principalmente en la región central de Venezuela, pero también se puede encontrar en otras áreas del país. La elección del araguaney como árbol nacional y la celebración de su día se basa en su importancia cultural y estética para los venezolanos. La floración del araguaney marca el inicio de la temporada de lluvias en Venezuela y se considera un signo de renacimiento y esperanza. La exuberante floración amarilla del araguaney se ha convertido en un símbolo de la identidad nacional y se representa en el arte, la literatura y la música venezolana. El Día del Araguaney se celebra con actividades y eventos que destacan la belleza del árbol y promueven la conservación de la flora y fauna venezolana. Es una ocasión para resaltar la importancia de proteger y preservar el patrimonio natural del país.
En un pequeño pueblo llamado Güigüe, al sur del Lago de Valencia en Venezuela, se encuentra un antiguo reloj que cautiva la atención de propios y extraños. Este fascinante artefacto, creado por hábiles artesanos españoles en el siglo XIX, va más allá de la simple medición del tiempo. Además de ser un reloj, alberga un termómetro, un barómetro y una elegante veleta en su parte superior. El reloj, conocido como “El Reloj de Güigüe”, ostenta dos placas que revelan parte de su historia. Una de ellas lleva grabado el nombre “Hacienda El Trompillo, General J.V. Gómez”, mientras que la otra muestra con orgullo los datos “El Trompillo, altura sobre el nivel del mar 472 metros, distancia a Maracay 58 Kms”. Estas inscripciones revelan sus vínculos con figuras prominentes del pasado. En aquel entonces, el ilustre presidente venezolano, Antonio Guzmán Blanco, trajo consigo este reloj hasta el pueblo para llevar un control preciso de las jornadas laborales de sus trabajadores en las extensas tierras que atendían. Sin embargo, la historia adquiere un giro sorprendente cuando el reloj cambia de dueño y pasa a manos del dictador que gobernaba Venezuela, el General Juan Vicente Gómez. Se cuenta que, poco antes de su muerte, consciente de que sus posesiones iban a pasar a otras manos, maldijo el reloj. Según los cuentos que se transmiten de generación en generación en el pueblo, el reloj se detuvo exactamente en el momento de su fallecimiento. Después de aquel suceso, el reloj fue trasladado al pueblo en un estado de deterioro total, ya que anteriormente se encontraba en el patio central de la Hacienda El Trompillo. Actualmente, reposa en la plaza Ávila de Guigue, junto a la imponente iglesia local. Aunque fue reparado en su momento para marcar las horas parroquiales del pueblo, el destino parece jugarle malas pasadas. Se dice que cada vez que el reloj es reparado, una serie de acontecimientos trágicos se desencadenan. Un operario italiano, encargado de su mantenimiento, logró ponerlo en funcionamiento nuevamente, pero pagó un alto precio por ello, pues el día de su regreso a su tierra natal, encontró la muerte de manera súbita. La leyenda cobra aún más fuerza cuando Andrés Mijares, gran amigo del italiano, decide honrar su memoria reparando el reloj. Con valentía y determinación, logra que el mecanismo vuelva a funcionar, pero solo por un día. Al día siguiente, el reloj se detiene nuevamente, marcando la hora exacta de la muerte de Mijares. A partir de ese momento, nadie se atrevió a tocar el reloj por temor a la supuesta maldición que lo rodea. Después de muchos años un relojero se ofreció para arreglarlo y después de un poco de dificultad logro ponerlo en marcha por unas semanas antes de detenerse abruptamente, a la misma hora en que este relojero perdió a vida en una ciudad cercana. Desde entonces se corrió la Leyenda en toda la región central de Venezuela, de que aquel que repara “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida. Fuente de la Información: Steemit