La compañía de seguridad Informática, ESET, analizó el escenario que dejó el ransomware en 2020 y la influencia del teletrabajo en los ataques dirigidos a empresa y organismos gubernamentales. Su encuesta reveló que el 61.7% de los usuarios no cree que las empresas estén preparadas para lidiar con una infección de ransomware y el 50,9% opinó lo mismo sobre las entidades gubernamentales.
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advierte que el ransomware fue una de las amenazas más activas durante 2020. La compañía analizó los detalles y explica que esto se debió al incremento del teletrabajo y a que el ransomware evolucionó, haciéndose más efectivo.
Durante 2020, las bandas que operan las distintas familias de ransomware dejaron atrás las campañas masivas y al azar esperando que alguna víctima se infecte y que eventualmente pague el rescate para recuperar su información. En cambio, apuntaron a compañías de varias industrias, así como al sector de la salud y a organismos gubernamentales a nivel global, llevando adelante ataques en los que secuestran mediante cifrado los archivos en los equipos comprometidos, con nuevas estrategias para demandar el pago de un rescate.
El robo de información previo al cifrado de los archivos y la posterior extorsión bajo la amenaza de publicar, vender o subastar los datos confidenciales robados fue una metodología que se observó por primera vez a fines de 2019 y que se consolidó en 2020. El objetivo es agregar un plan B a la estrategia de solo cifrar los archivos y demandar el pago de un rescate para devolver el acceso. Con este nuevo método, adoptado ya por varias familias de ransomware, los criminales aumentan la posibilidad de monetizar los ataques al contar con otro instrumento para presionar a las víctimas y que se decidan a pagar, ya que supuestamente de esta manera evitarán la divulgación de la información robada y recuperarán el acceso a los datos.
Pero “esta técnica requiere que el atacante invierta bastante tiempo, ya que necesita obtener acceso a la red, desplazarse sin ser detectados hasta identificar los datos confidenciales y extraer una copia de información para guardar en su propio entorno”, explicó el especialista de ESET, Tony Anscombe, en el informe Tendencias 2021 en ciberseguridad. Hay un trabajo de persistencia que realizan los atacantes una vez que están dentro de la red con la intención de recolectar información y también credenciales adicionales para asegurarse el acceso a la red en caso de que se cierre la ruta que permitió el acceso inicial. Además, muchos grupos de ransomware dedican tiempo para realizar un trabajo de inteligencia en busca de comprender qué datos son valioso e identificar información sensible que, en caso de ser filtrada o comprometida, de alguna manera provocarán daños a la empresa u organización, agregó el especialista.
El aumento de los ataques dirigidos de ransomware también tiene una explicación en el modelo de negocio del ransomware as-a-service (RaaS), donde algunos actores desarrollan estos códigos maliciosos y los ofrecen en la dark web para asociarse con afiliados que se encargarán de la distribución del ransomware y luego dividirán las ganancias. Estas familias de ransomware muchas veces operan durante algún tiempo y cesan sus actividades, dando lugar a la creación de otros grupos de ransomware que adquieren el código fuente y le añaden en algunos casos variaciones.
Egregor, por ejemplo, es un ransomware que surgió en septiembre de 2020 y que opera bajo este modelo de negocio. Recientemente el FBI publicó un comunicado en el que advierte a compañías de todo el mundo sobre los ataques de este ransomware y su creciente actividad. Egregor comenzó a operar poco después de que el ransomware Maze anunciara el cese de sus actividades. Según dijeron actores de amenazas a BleepingComputer, esto provocó que muchos afiliados a Maze pasaran a trabajar con Egregor como RaaS.
La aceleración de la transformación digital provocada por la pandemia obligó a muchas empresas y organizaciones a trabajar desde el hogar, dejando las oficinas que están preparadas con los mecanismos de seguridad necesarios para proteger el perímetro de una organización, sin capacitar a las personas acerca de las buenas prácticas de seguridad, y sin brindar en muchos casos la infraestructura necesaria para trabajar de manera segura. De hecho, según una encuesta realizada por ESET en plena pandemia, solo el 24% de los usuarios dijo que la organización para la cual trabaja le brindó las herramientas de seguridad necesarias para trabajar remotamente y el 42% de los participantes aseguró que su empleador no estaba preparada en cuanto a equipamiento y conocimientos de seguridad para hacer frente al teletrabajo.
En este sentido, muchas personas teletrabajando equivale a muchos dispositivos, distintas redes, en distintas ubicaciones, y con profesionales —e incluso empresas— que en el apuro o por desconocimiento no lograron implementar un plan para trabajar remotamente de manera segura. Este escenario provocó un aumento en la superficie de ataque. Según datos de una encuesta realizada por ESET en diciembre pasado, el 87,67% de los participantes opinó que los cibercriminales han visto una oportunidad en el incremento del trabajo remoto para lanzar ataques dirigidos a las empresas. Además, consultados acerca de si creen que las empresas y las entidades gubernamentales están preparadas para lidiar con ataques de ransomware, el 67,76% opinó que apenas unas pocas empresas lo están, mientras que el 50,96% considera que solo unas pocas entidades gubernamentales cuentan con las capacidades.
En un ataque informático, si un usuario cae en la trampa y abre un correo de phishing dirigido para luego hacer clic en un enlace o abrir un archivo adjunto, su equipo será comprometido con un malware que puede a su vez descargar otro código malicioso como un ransomware. Si luego accede a la red corporativa conectándose al servicio VPN que la empresa o la entidad gubernamental le brinda, el acatante tendrá acceso a la red y podrá moverse lateralmente para recolectar información y buscar otras credenciales de acceso que le den permiso de administrador para distribuir el ransomware dentro de la red.
El uso del protocolo de escritorio remoto (RDP) ha sido uno de los mecanismos más utilizados para lanzar ataques de ransomware aprovechando también el uso de contraseñas débiles. Si bien los distintos grupos de ransomware utilizan diferentes vectores de ataque para distribuir la amenaza, varios reportes coinciden en decir que el RDP ha sido el vector de intrusión más utilizado por ataques de ransomware durante 2020. De hecho, en el primer trimestre del año pasado ESET reportó el aumento de los intentos de ataque al RDP mediante fuerza bruta a nivel global; un aumento que en América Latina para el mes de noviembre había sido del 141%, con picos que llegaron hasta los 12 mil intentos de ataque diarios al protocolo. Una vez que el atacante logra comprometer la seguridad mediante el RDP puede realizar distintos tipos de actividades maliciosas dentro de los sistemas.
Desde ESET mencionan que esto no impide a las organizaciones a operar de manera remota, sino que deberán dedicar tiempo y recursos para capacitar a los usuarios de manera que cuenten con más herramientas y estén mejor preparados para lidiar con las distintas amenazas y riesgos en Internet. Asimismo, recomiendan como pasos básicos el acompañar la educación de los usuarios con la adecuada tecnología, el uso de una VPN, la realización de backups de forma periódica, una política de actualizaciones para corregir vulnerabilidades, la implementación de la autenticación multifactor y de estrategias de seguridad como el principio del menor privilegio y de la mínima exposición, por nombrar algunas. Por otra parte, es recomendable que las organizaciones evalúen los mecanismos de accesibilidad a la información y cuáles son las formas que puede tener un atacante para llegar a estos datos.
“Pagar el rescate no es la opción recomendada. Por un lado, porque nada asegura que la víctima recuperará los archivos cifrados y tampoco que los criminales no divulgarán los datos robados. Además, de esta manera se está financiando el ciberdelito y colaborando para que continúen los ataques.”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
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El Día Mundial de la Filatelia, celebrado cada 6 de mayo, conmemora un hito trascendental en la historia de las comunicaciones: la emisión del Penny Black, el primer sello postal adhesivo del mundo. Introducido por Gran Bretaña en 1840, este pequeño pedazo de papel no solo revolucionó el sistema postal, sino que sentó las bases para la globalización de la correspondencia. La creación del sello fue impulsada por Rowland Hill, un reformador educativo y empresarial cuya visión transformó la forma en que el mundo se conectaba. Hill propuso un sistema de franqueo prepagado, eliminando las tarifas costosas y complejas de la época. Su innovación, el Penny Black, permitió que millones de personas enviaran cartas a precios accesibles, democratizando la comunicación. Este día también rinde homenaje a Hill como padre de la filatelia, disciplina que estudia los sellos postales como reflejo de la cultura, política y economía de las naciones. El término “Filatelia” fue acuñado en 1864 por el coleccionista francés Georges Herpin, quien lo propuso en el periódico Le Collectionneur de Timbres Poste el 15 de noviembre de ese año. Su legado, junto al de Hill, perdura en cada sello coleccionado, convirtiendo a la filatelia en una herramienta educativa y un negocio millonario en el mercado de coleccionistas. Venezuela, con su rica tradición postal, ha sido parte de esta historia. Desde sellos que celebran su independencia hasta ediciones conmemorativas de eventos internacionales, el país refleja cómo la filatelia une pasado y presente. https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es
Con más de 13.000 años extinto, el lobo gigante renace en laboratorio como el primer caso exitoso de desextinción, gracias a la edición genética avanzada de Colossal Biosciences. Colossal Biosciences ha alcanzado un hito sin precedentes al presentar tres cachorros que combinan el ADN del lobo gris moderno con variantes genéticas del lobo gigante, especie desaparecida hace más de 13 000 años. Tras recuperar ADN fósil en 2021, el equipo identificó 20 genes clave asociados a mayor tamaño, densidad de pelaje y robustez ósea. Utilizando CRISPR, editaron células de lobo gris para crear embriones implantados en madres sustitutas caninas, dando lugar a Rómulo, Remo y Khaleesi, dos machos de seis meses y una hembra de dos meses, respectivamente. La directora científica de Colossal, Beth Shapiro, calificó a estas crías como “el primer caso de éxito de desextinción. Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, declaró en una reciente entrevista. Aunque los ejemplares permanecerán en cautiverio, este avance tecnológico podría aplicarse para proteger especies aún vivas, como el lobo rojo, en peligro crítico y limitado a Carolina del Norte. Este proyecto no solo desafía los límites de la biología sintética, sino que también plantea preguntas éticas sobre el bienestar animal y la conservación. Mientras algunos expertos abogan por protocolos rigurosos y marcos regulatorios que garanticen la responsabilidad ecológica, otros ven en la desextinción una herramienta para restaurar dinámicas de ecosistemas perdidos. De prosperar, la reintroducción de estos lobos podría revitalizar hábitats y equilibrar poblaciones de presas. Sin embargo, su éxito dependerá de evaluaciones de comportamiento en semilibertad y de la capacidad de estos animales para adaptarse a entornos naturales. Fuentes consultadas: Colossal Biosciences (2025). Press Release: First Giant Wolf Cubs. https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es