(Prensa Min Juventud y Deporte Especial Rio De Janeiro 18.08.2016) El venezolano Edgar Contreras obtuvo el octavo diploma olímpico para la delegación venezolana en los Juegos Río 2016, tras caer ante el español Joel González en combate de tae kwon do de la categoría 68 kilogramos.
El encuentro con el atleta europeo, campeón olímpico de Londres 2012 en el estamento 58 kg. finalizó 4-3.
“El combate estuvo bastante reñido, lo estudiamos durante el proceso de repechaje, pero lamentablemente no se dieron las cosas”, manifestó Contreras a su salida de la disputa con el español.
“Continuaré entrenando y preparándome para el próximo ciclo olímpico”, aseguró el joven atleta, sobrino de la medallista de bronce en Beijing 2008, en la misma disciplina deportiva.
Previamente, en la Arena Carioca 3 de Río Centro, el joven venezolano protagonizó una extraordinaria pelea con el turco Servet Tazegui, finalizando empatados a 4, y en el punto de oro consiguió avanzar.
Mientras, que en ronda de 16 perdió con marcador de 12-2 ante el campeón mundial, el representante de Rusia, Alexey Denisenko.
A su salida de este encuentro, el joven criollo indicó “estuvo un poquito complicado el combate con el ruso Denisenko, ya tenía cuatro meses trabajándolo y las cosas no se dieron como se planearon”, indicó el representante del estado Anzoátegui, noveno venezolano del tae kwon do que asiste a un evento multidisciplinario olímpico.
El criollo de 24 años se clasificó a la justa de Río de Janeiro en el Preolímpico Panamericano de Aguascalientes, México, donde ganó medalla de oro luego de vencer al boliviano Franco Ríos, al nicaragüense Sebastián Chavarría, al canadiense Maxime Potvin y al chileno Ignacio Morales.
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias