Prensa Mindeporte Caracas (20.08.14) La abanderada tricolor Robeylis Peinado avanzó a la final en el salto con garrocha de los II Juegos Olímpicos Juveniles de Nanjing, durante la jornada inaugural del atletismo, disputada en el estadio Olímpico de la ciudad china.
La garrochista del Distrito Capital logró una secuencia de saltos de 3.40 metros, 3.55 y 3.70 metros para finalmente conseguir el cupo a la final, prevista a celebrarse el sábado 23 de agosto, en horas de la mañana en Venezuela, con la participación de ocho atletas.
La criolla, quien se perfila como una de las favoritas para adjudicarse una medalla, se ubicó segunda por detrás de la representante de Suiza, Angélica Moser, que se clasificó con 3,80 metros.
“Estoy muy contenta por el desempeño que tuve en la eliminatoria, me siento muy bien y cómoda porque he trabajado muy fuerte en los entrenamientos”, indicó Peinado, quien destacó que se desenvolvió muy bien en la carrera corta.
“No siento presión por ser la abanderada, sé que todos los ojos están puesto en mi por tener ese privilegio, pero me esforzaré para brindar la medalla de oro que esperan tantos venezolanos”, recalcó Robeilys Peinado.
La garrochista caraqueña es subcampeona panamericana juvenil (4.40 metros), campeona en los Juegos Suramericanos Juveniles Lima 2013 (4.00 metros), y Juegos Bolivarianos Trujillo 2013 (4.30 metros, récord de competencia), además de medallista de plata en los Juegos Suramericanos Santiago 2014 (4.20 metros).
La criolla tiene su mejor registro en 4.40 metros y el segundo de 2014 (4.31).
En el primer día de competencia del atletismo de los Juegos Olímpicos, también participó la venezolana María Simancas, quien se ubicó quinta en su serie de 400 metros planos con tiempo de 56 segundos, 63 centésimas.
Asimismo, Samuel Cedeño que agenció marca de 14 segundos, 13 centésimas en los 110 vallas, subiendo su marca de inscripción (14.05) y Yerilda Zapata con 36.90 en el lanzamiento de disco). La única que logró avanzar a la final fue Peinado. FIN/ Enviada especial Nanjing Onelkys Meza
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias