El equipo está conformado por diversos profesionales, quienes enmarcarán su misión en tres acciones de trabajo en procura del bienestar de toda la comunidad del Club
Recientemente se realizó el acto solemne de juramentación de la nueva Junta Directiva del Valle Arriba Athletic Club (VAAC). El Salón Valle Arriba de este centro de bienestar integral fue el lugar donde el Comité Electoral, presidido por la socia Raiza Astorga, proclamó a los siete miembros que asumirán la dirección del Club para el período administrativo 2014-2017.
La nueva Junta Directiva está compuesta por un grupo diverso de profesionales y socios del Club: Alejandro Cárdenas, Ingeniero en Computación, Presidente; Ely Mekel, Comerciante, Vicepresidente; William Quijano, Contador público, Tesorero; Oscar Diesis, Abogado, Secretario; María Antonia Quiroz, Periodista, Vocal; Ricardo Hoyos, Publicista, Vocal; y Alberto Pinto, Médico Traumatólogo, Vocal.
El plan de la directiva entrante se centra en tres premisas: proteger, asegurar y mejorar el VAAC. Todo esto, con el objetivo de brindar un mejor servicio, tanto en lo interno como en lo externo. El desafío será lograr engranar al accionista con el entorno y el capital humano. Y para lograrlo, la Junta Directiva actual enfocará sus acciones a la vocación de servicio, actuando entre iguales, aún teniendo diferentes funciones.
El nuevo equipo de trabajo tiene como misión continuar presentando al VAAC como un Club familiar. Éste, al ser un lugar de esparcimiento, también ha venido transformándose de acuerdo a las necesidades de sus accionistas. En este sentido, la responsabilidad de la directiva, además, será responder a las demandas de los socios, sin olvidar otros aspectos fundamentales en la mejora infraestructural.
El mensaje final del nuevo equipo para toda la comunidad VAAC, se resume con la siguiente invitación – tanto a socios como empleados- de hacerse partícipes en los proyectos que se llevarán a cabo en el Club: “Vamos a escuchar propuestas y a comunicarlas. Pongamos todos un plan de trabajo, siempre con un objetivo,” enfatiza Alejandro Cárdenas.
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias