La pieza fue escrita por los integrantes del taller que dictaron los integrantes de la agrupación, Karin Valecillos, Giovanny García y Jesús Carreño en torno a lo que todos hemos vivido en los registros públicos.
Hacer un trámite en un registro público puede ser una odisea. A partir de esa situación que todos hemos vivido, los integrantes del taller teatral de la agrupación Tumbarrancho, dictado por Karín Valecillos, Jesús Carreño y Giovanny García en el Ateneo de Caracas y que abarcó dramaturgia, manejo de voz, expresión corporal y actuación, concibieron una obra “en tono de tragicomedia nacional” que nos habla de esa realidad tan venezolana que “no tiene nombre”.
Se trata de una presentación “en tono de tragicomedia nacional”, escrita a partir de diversas anécdotas que hablan de las contradicciones del ser venezolano. En ella, distintas historias convergen en un registro, donde cada uno de los personajes busca el éxito, la felicidad y el amor. Un universo de seres que, a través del humor y la ironía, nos muestran tal como somos.
Esto no tiene nombre es también un homenaje a esa manera de nombrar tan venezolana, y a esa frase que sale tan natural cuando, ante las situaciones insólitas que vivimos a diario, exclamamos: “¡Es que esto no tiene nombre!”.
Tumbarrancho Teatro es, definitivamente, una de las agrupaciones teatrales más destacadas del momento, con la audacia y la belleza de montajes que entroncan la realidad nacional con el imaginario universal. Temas como la masacre de El Amparo, la muerte de Kurt Cobain o la visita de Queen a Venezuela, han servido de punto de partida a este grupo de jóvenes talentos para ir construyendo el discurso de un país como fundamento dramático.
El grupo está integrado por egresados de escuelas e instituciones teatrales, como la Escuela de Arte Escénico Juana Sujo, el IIUDET, la UCAB, el Taller Nacional de Teatro del Rajatabla, la Escuela de Artes de la UCV y el Taller de Formación de la Compañía Nacional de Teatro, que han unido para recuperar al público teatral con montajes novedosos y multidisciplinarios.
La dirección de la pieza que ahora presentan, Esto no tiene nombre, está a cargo de Giovanny García; el coach de actuación es Jesús Carreño y la asesoría en el área de dramaturgia es de Karin Valecillos. El elenco está integrado por las actuaciones de Daniela Martínez, Elizabeth, García Jhansi Parada, Jonathan Mora, Leonardo Van Schrembeck, Julio Flores, Jorge Roig y Jhonny Torres.
La obra se presenta en cuatro funciones, del 25 de enero al 2 de febrero, sábados a las 7 pm y domingos a las 6, en la sala María Teresa Castillo del Ateneo de Caracas.
Las entradas, con un precio de Bs 80 para público general y Bs. 70 para estudiantes y tercera edad, están a la venta en solotickets.com y taquillas del Ateneo de Caracas, Prolongación Av. La Salle, Qta. La Colina, Colinas de Los Caobos.
Hay café-restaurant, estacionamiento y vigilancia privada.
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias