La serie más cool de aquella época llegó a la pantalla del canal desde el 1 de abril, con su explosiva carga de música, acción y estilo, de la mano de dos detectives encubiertos representados por Don Johnson y Philip Michael Thomas. Al aire de lunes a viernes en horario nocturno.
Narcos, palmeras y los embajadores del Miami de los ochenta: dos policías que lucen como uniformes sacos Armani y lentes oscuros, al mando de espectaculares autos deportivos e impactantes yates, van tras más violentos criminales del estado de La Florida. Desde el 1 de abril, TCM presenta la serie más icónica de aquellos años: Miami Vice. La cita es de lunes a viernes a las 8.30p.m.
Con un inédito glamour policial, Don Johnson y Philip Michael Thomas convirtieron a Miami en la capital del mundo durante aquella década. Los mejores autos, las mejores bikinis, los mejores delincuentes y los mejores detectives encubiertos: Crockett y Tubbs, quienes saben lidiar con el narcotráfico sin perder el estilo.
Creada por Anthony Yerkovich, la serie se produjo durante cinco temporadas, entre 1985 y 1989, y fue reconocida como una de las más influyentes en la historia de la televisión. A diferencia de otras basadas en procedimientos policiales, Miami Vice se inspiró en gran medida, en la cultura y música de esa década.
De la mano de sus historias muchas veces amargas, de una banda de sonido tan protagonista como el elenco, y de las habituales apariciones de actores, famosos y músicos cubriendo papeles secundarios, la serie se ganó con muy buenas armas un prestigio y un lugar privilegiado en el corazón de la crítica y la audiencia.
De acuerdo con la revista People, “fue la primera serie que parecía realmente nueva y diferente desde la aparición de la televisión en color”. Michael Mann, quien la produjo y le dio su estilo tan particular, dirigió la adaptación cinematográfica estrenada con éxito en 2006.
Regresa a los ochenta con Miami Vice, de lunes a viernes a las 8.30p.m.
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias