Expandirse al extranjero ofrece no solo un horizonte de desafíos, sino también una amplia gama de oportunidades para las empresas venezolanas. Esta estrategia no solo abre nuevos mercados, sino que también permite fortalecer su competitividad, optimizar procesos y consolidarse como actores relevantes en el escenario internacional.
Adoptar una visión internacional se ha vuelto esencial para el éxito de las empresas, especialmente en Venezuela, donde el contexto económico y social presenta desafíos únicos. En un entorno tan complejo, mirar más allá de las fronteras ofrece alternativas viables para el crecimiento y la diversificación.
Un reciente estudio de KPMG Venezuela, basado en una encuesta a 173 ejecutivos de empresas líderes en el país, revela datos alentadores: el 52% de las empresas ya participa en actividades internacionales, mientras que el 37% planea iniciar o aumentar su presencia internacional. Esta tendencia refleja un cambio significativo en la mentalidad empresarial venezolana, que busca adaptarse a un mundo globalizado.
Los principales destinos elegidos para la expansión son Colombia, Estados Unidos, Panamá y España. Estas naciones representan mercados estratégicos para las empresas venezolanas debido a sus lazos económicos, geográficos y culturales. La elección de estos países no es casual; responde a un análisis cuidadoso de oportunidades y riesgos, buscando maximizar el potencial de crecimiento.
Enfrentar mercados externos puede parecer intimidante, pero también ofrece inmensas posibilidades de innovación y desarrollo. Las empresas venezolanas están demostrando que, con la estrategia adecuada, pueden competir y triunfar en el ámbito internacional. Este enfoque no solo beneficia a las compañías individuales, sino que también contribuye al desarrollo económico del país, promoviendo una imagen positiva y dinámica de Venezuela en el mundo.
En conclusión, el camino hacia el éxito en mercados internacionales implica no solo enfrentar desafíos, sino también abrazar oportunidades con una visión estratégica clara y decidida. Las empresas venezolanas están listas para asumir este reto y destacar en el panorama global.
La Organización de las Naciones Unidas proclama el 18 de septiembre como Día Internacional de la Igualdad Salarial, con la finalidad de resaltar la importancia de equipar la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. La igualdad salarial o igualdad de remuneración se refiere al derecho de hombres y mujeres a recibir una remuneración equitativa por trabajos de igual valor. Este concepto considera factores como competencias, condiciones laborales, calificaciones y niveles de responsabilidad en el desempeño del puesto. Además, la igualdad salarial refuerza los derechos humanos y la igualdad de género, y cuenta con el respaldo de actores clave como la comunidad internacional, la sociedad civil, agencias de ONU Mujeres, los Estados Miembros y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como antecedente histórico, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1951 se estableció el Convenio sobre Igualdad de Remuneración, reconocido como el primer instrumento internacional que impulsó la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, ocupando posiciones en la primera línea de producción en varios países. La creación de este convenio surgió como respuesta a la desigualdad salarial, vista como una clara forma de discriminación laboral. Este hito marcó el comienzo de un avance significativo hacia una mayor igualdad de género en el mercado laboral, estableciendo las bases para eliminar brechas económicas y promover un entorno laboral más justo e inclusivo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La leyenda de Rómulo y Remo narra la historia de los fundadores míticos de Roma. Según el relato, Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas, estableció la ciudad de Alba Longa a orillas del río Tíber. A lo largo de los años, sus descendientes reinaron sobre esta ciudad, hasta llegar a Numitor y su hermano Amulio. Amulio destronó a Numitor y, para evitar que tuviera descendencia que reclamara el trono, obligó a su hija, Rea Silvia, a convertirse en sacerdotisa de la diosa Vesta, asegurando así su virginidad. Sin embargo, Marte, el dios de la guerra, se unió a Rea Silvia, quien dio a luz a los gemelos Rómulo y Remo. Temiendo por su vida, Amulio ordenó que los recién nacidos fueran arrojados al Tíber en una canasta. La corriente los llevó hasta la zona de las siete colinas, cerca de la desembocadura del Tíber. Allí, una loba llamada Luperca los descubrió mientras bebía agua. Ella los llevó a su guarida en el Monte Palatino y los amamantó hasta que un pastor los encontró. El pastor y su esposa criaron a los mellizos, quienes al llegar a la adultez restauraron a Numitor en el trono de Alba Longa. Rómulo y Remo decidieron fundar una nueva ciudad como colonia de Alba Longa en el lugar donde la loba los había protegido. Así nació Roma, con Rómulo y Remo como sus primeros reyes. El mito de la loba que amamantó a los gemelos ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos creen que la loba fue en realidad una mujer que cuidó de ellos, ya que el término latino “lupa” también se usaba para referirse despectivamente a las prostitutas de la época. Este relato, cargado de simbolismo, es fundamental para entender el origen mítico de una de las civilizaciones más influyentes de la historia. https://www.tiktok.com/@mscnoticias