La frase “Trick or treat” (en inglés) o “Dulce o truco” (en español) es una expresión comúnmente asociada con Halloween. Su origen se remonta a las tradiciones celtas y británicas, y ha evolucionado a lo largo de los años.
La festividad de Halloween tiene sus raíces en la festividad celta conocida como Samhain, que marcaba el final del verano y el inicio del invierno. Durante Samhain, se creía que los espíritus de los muertos regresaban a la Tierra, y se realizaban rituales para apaciguar a estos espíritus. En el siglo IX, la Iglesia Católica estableció el Día de Todos los Santos el 1 de noviembre, en un intento de cristianizar esta festividad pagana.
La frase “Trick or treat” se originó en Gran Bretaña y se utilizaba en una costumbre llamada “souling”. En el Día de Todos los Santos, los pobres iban de puerta en puerta pidiendo “soul cakes” (panecillos de las almas) a cambio de rezar por los difuntos de la familia del donante. Los niños iban a las casas y recitaban rimas como “A soul cake, a soul cake, have mercy on all Christian souls for a soul cake.” (Un panecillo de las almas, un panecillo de las almas, ten piedad de todas las almas cristianas a cambio de un panecillo de las almas).
La práctica de “trick or treat” tal como la conocemos hoy en día se popularizó en Estados Unidos en el siglo XX. Los niños comenzaron a disfrazarse y a visitar casas vecinas en busca de golosinas, diciendo “trick or treat”. La idea era que, si no se les daba un “treat” (dulce), los niños realizarían una travesura o “trick” en la casa. Esta costumbre se convirtió en una parte icónica de Halloween en América del Norte y se ha extendido a otras partes del mundo.
En resumen, la frase “Dulce o truco” en Halloween tiene sus raíces en las tradiciones celtas y británicas, y se ha convertido en una parte fundamental de la celebración moderna de Halloween.
El tercer lunes de enero es el día más triste del año. El Blue Monday, o Lunes Triste, es un fenómeno que ha capturado la atención de muchos, especialmente a nivel emocional y psicológico. Según el psicólogo Cliff Arnald, este día, que ocurre el tercer lunes de enero, es considerado el más triste del año. La combinación de factores emocionales y físicos que afectan a las personas durante este período contribuye a que muchos lo vivan con un sentimiento de depresión o desánimo. Tras las celebraciones navideñas, muchas familias aún no se han recuperado, tanto a nivel económico como emocional. Los excesos durante las fiestas, la falta de rutinas y el descontrol de la temporada festiva generan un desequilibrio en la vida diaria de las personas. A esto se suma la presión de los propósitos de Año Nuevo, que suelen parecer más difíciles de alcanzar conforme avanzan los días. Las metas, que en un inicio se veían como una motivación, se convierten en un recordatorio de las dificultades por superar, lo que provoca una profunda decepción. Este contexto emocional se ve reflejado en un alto índice de personas que sienten que sus expectativas para el inicio del año se desmoronan rápidamente. El Blue Monday se convierte así en un día emblemático para aquellos que se enfrentan a esta realidad emocional. Sin embargo, más allá del fenómeno en sí, es importante considerar que este sentimiento de tristeza puede ser superado si se cuentan con las herramientas adecuadas para enfrentar los desafíos personales, laborales y emocionales. Es fundamental reconocer este fenómeno como un proceso natural y tomar conciencia de la importancia de la salud mental para poder seguir adelante con una actitud positiva y resiliente. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La celebración del Espíritu de la Navidad es una tradición que combina elementos espirituales y culturales, especialmente popular en varios países de América Latina y algunas partes de Europa. Esta festividad ocurre el 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, marcando el día más corto y la noche más larga del año. Se considera un momento de reflexión, renovación y apertura para atraer energías positivas, armonía y prosperidad. Origen y significado Aunque no tiene un origen religioso específico, la celebración está vinculada al simbolismo de la luz que vence a la oscuridad, un concepto presente en muchas culturas. En esta fecha, se invita al Espíritu de la Navidad, una entidad simbólica asociada con la abundancia, el amor y la paz, a llenar los hogares con bendiciones. Rituales comunes Durante la noche del 21 de diciembre, las familias suelen reunirse para realizar rituales que promuevan la armonía y la prosperidad. Algunos de estos incluyen: Escribir deseos: Se escriben en papel los anhelos para el próximo año, tanto personales como colectivos. Limpiezas energéticas: Se realizan limpiezas en el hogar con incienso, velas aromáticas o aceites esenciales para atraer buenas energías. Cena especial: Se comparte una comida sencilla, generalmente vegetariana, en un ambiente de gratitud. Donaciones: Se fomenta el acto de dar, ya sea con regalos simbólicos o ayuda a quienes lo necesitan. Significado actual Hoy en día, el Espíritu de la Navidad es visto como una oportunidad para conectarse con lo esencial, reflexionar sobre el año que termina y proyectar intenciones positivas para el futuro. Más allá de las creencias personales, es una práctica que invita a valorar la gratitud, el amor y la generosidad como pilares para iniciar un nuevo ciclo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias