El nombre de Francisco de Miranda, uno de los principales precursores de la independencia de Venezuela y América Latina, está inscrito en el Arco del Triunfo en París, Francia. Esta inscripción se debe a su papel en la Revolución Francesa, donde se convirtió en general del ejército francés, y su contribución a la lucha por la libertad y la igualdad en Europa.
El Arco del Triunfo es un monumento ubicado en el centro de la Plaza Charles de Gaulle en París, Francia. Este monumento fue construido en honor a las victorias militares de Francia durante la Revolución y las guerras napoleónicas, y es uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad.
La inscripción del nombre de Francisco de Miranda en el Arco del Triunfo ocurrió en 1833, durante el reinado de Luis Felipe I de Francia. Miranda fue reconocido por su papel en la lucha por la libertad y la igualdad en Francia y Europa, así como por su contribución a la lucha por la independencia de Venezuela y América Latina.
El nombre de Francisco de Miranda está ubicado en la columna 23 del Arco del Triunfo en París, Francia. La columna en la que se encuentra su nombre se llama “Pillier des Prises de Malakoff”, que significa “Columna de las victorias de Malakoff”. Esta columna conmemora la victoria francesa en la Batalla de Malakoff durante la Guerra de Crimea en 1855.
Miranda participó activamente en la Revolución Francesa y fue nombrado general del ejército francés en 1792. Durante su estancia en Francia, Miranda se involucró en la lucha por la abolición de la monarquía y la creación de una república democrática. También propuso la creación de una confederación de naciones americanas para luchar contra el colonialismo y la opresión.
La inscripción del nombre de Francisco de Miranda en el Arco del Triunfo es un reconocimiento a su importante papel en la lucha por la libertad y la igualdad en Francia y Europa, así como en la lucha por la independencia de Venezuela y América Latina. Además de Miranda, otros líderes militares y políticos extranjeros tienen sus nombres inscritos en el monumento, en reconocimiento a su contribución en la lucha por la libertad y la justicia social en sus países.
La inscripción del nombre de Francisco de Miranda en el Arco del Triunfo es una prueba más del importante papel que este líder tuvo en la lucha por la independencia y la libertad en Venezuela y América Latina, así como en la lucha por la igualdad y la justicia social en Europa. Su nombre en el monumento es un recordatorio de su legado y de la importancia de la lucha por la libertad y la justicia social en todo el mundo.
La Organización de las Naciones Unidas proclama el 18 de septiembre como Día Internacional de la Igualdad Salarial, con la finalidad de resaltar la importancia de equipar la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. La igualdad salarial o igualdad de remuneración se refiere al derecho de hombres y mujeres a recibir una remuneración equitativa por trabajos de igual valor. Este concepto considera factores como competencias, condiciones laborales, calificaciones y niveles de responsabilidad en el desempeño del puesto. Además, la igualdad salarial refuerza los derechos humanos y la igualdad de género, y cuenta con el respaldo de actores clave como la comunidad internacional, la sociedad civil, agencias de ONU Mujeres, los Estados Miembros y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como antecedente histórico, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1951 se estableció el Convenio sobre Igualdad de Remuneración, reconocido como el primer instrumento internacional que impulsó la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, ocupando posiciones en la primera línea de producción en varios países. La creación de este convenio surgió como respuesta a la desigualdad salarial, vista como una clara forma de discriminación laboral. Este hito marcó el comienzo de un avance significativo hacia una mayor igualdad de género en el mercado laboral, estableciendo las bases para eliminar brechas económicas y promover un entorno laboral más justo e inclusivo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La leyenda de Rómulo y Remo narra la historia de los fundadores míticos de Roma. Según el relato, Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas, estableció la ciudad de Alba Longa a orillas del río Tíber. A lo largo de los años, sus descendientes reinaron sobre esta ciudad, hasta llegar a Numitor y su hermano Amulio. Amulio destronó a Numitor y, para evitar que tuviera descendencia que reclamara el trono, obligó a su hija, Rea Silvia, a convertirse en sacerdotisa de la diosa Vesta, asegurando así su virginidad. Sin embargo, Marte, el dios de la guerra, se unió a Rea Silvia, quien dio a luz a los gemelos Rómulo y Remo. Temiendo por su vida, Amulio ordenó que los recién nacidos fueran arrojados al Tíber en una canasta. La corriente los llevó hasta la zona de las siete colinas, cerca de la desembocadura del Tíber. Allí, una loba llamada Luperca los descubrió mientras bebía agua. Ella los llevó a su guarida en el Monte Palatino y los amamantó hasta que un pastor los encontró. El pastor y su esposa criaron a los mellizos, quienes al llegar a la adultez restauraron a Numitor en el trono de Alba Longa. Rómulo y Remo decidieron fundar una nueva ciudad como colonia de Alba Longa en el lugar donde la loba los había protegido. Así nació Roma, con Rómulo y Remo como sus primeros reyes. El mito de la loba que amamantó a los gemelos ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos creen que la loba fue en realidad una mujer que cuidó de ellos, ya que el término latino “lupa” también se usaba para referirse despectivamente a las prostitutas de la época. Este relato, cargado de simbolismo, es fundamental para entender el origen mítico de una de las civilizaciones más influyentes de la historia. https://www.tiktok.com/@mscnoticias