Ya han transcurrido 117 años desde su invención en Caracas y cada día el pan de jamón se convierte en una de las tradiciones venezolanas que pasa entre generaciones.
El pan de jamón es un pan relleno de jamón, uvas pasas y aceitunas verdes, por lo general, rellenas con pimiento o pimentón rojo. Es un pan típico de Venezuela, que forma parte de la gastronomía navideña del país. Existen algunas variantes en los ingredientes, tales como el jamón de pavo y el queso crema entre otros, y se ha creado una variante en el pan usando masa de hojaldre. Este pan es una creación venezolana de comienzos del siglo XX cuyo consumo y fabricación poco a poco se fue transformando en una costumbre navideña hasta hacerse imprescindible cada diciembre.
Lucas Ramella, propietario de la panadería Ramella (que estaba ubicada en la esquina de Gradillas, Caracas), en diciembre de 1905, se inspiró y elaboró un pan especial relleno con trozos de jamón.
Otras panaderías, como Solis y Montauban, le añadieron uvas pasas y aceitunas, para así dar forma al pan de jamón que actualmente todos disfrutamos y que es un elemento inseparable de la Navidad.
Originalmente se hacía con jamón “Ferrys” y se picaba en cuadritos de un centímetro. Se hacía así para aprovechar los restos de jamón Ferry que quedaban adheridos al hueso cuando se procedía al planchado.
Después de los años 40 el Pan de Jamón comenzó a hacerse con jamón en lonja.
El pan de jamón ha sufrido algunas alteraciones de la receta original. Ciertas panaderías utilizan pavo, otros utilizan masa de hojaldre, rica en mantequilla y más quebradiza.
Fue a partir de los años ochenta, que se publicaron las primeras recetas en revistas y periódicos. A partir de aquí el pan de jamón comienza a elaborarse en casa.
Algunas variantes más comercializadas: con pavo, con queso crema, vegetariano, de masa de hojaldre.
En 2014 se elaboró en Venezuela un Pan de Jamón de 20 metros, reconocido por el Récord Guinness como el más grande del mundo.
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El 17 de noviembre conmemora el Día Internacional del Síndrome de Smith Magenis, un hito que destaca la relevancia de esta condición genética descubierta en los años 80 por Ana Smith y Ellen Magenis, una pionera en genética molecular. Este síndrome, vinculado a una deficiencia en el cromosoma 17, afecta aproximadamente a 1 persona de cada 15.000/25.000 nacimientos, manifestándose con una variedad de síntomas físicos y conductuales, acompañados de un retraso mental de gravedad variable y anomalías congénitas. Las asociaciones dedicadas al Síndrome de Smith Magenis organizan eventos con el objetivo claro de sensibilizar tanto a la población en general como a los profesionales de la salud. Entre las metas fundamentales de estas iniciativas se encuentran: Impulsar la Detección Precoz: Fomentar la identificación temprana de la enfermedad, garantizando un abordaje más efectivo desde sus primeras etapas. Atender las Necesidades de los Afectados: Buscar soluciones integrales que aborden las necesidades terapéuticas, educativas y asistenciales de quienes conviven con este síndrome, así como proporcionar un sólido apoyo a sus familias. Promover la Investigación: Lanzar un llamamiento apasionado a la investigación, destacando la importancia de explorar y comprender más a fondo esta patología para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Generar Conciencia Pública: Ampliar el conocimiento general sobre el Síndrome de Smith Magenis es esencial. Con campañas educativas, se busca sensibilizar a la población acerca de la existencia de esta condición y fomentar la empatía y la comprensión.
El Día de los Muertos es una festividad tradicional mexicana que tiene raíces profundas en la cultura indígena precolombina de México, especialmente entre los pueblos aztecas, mayas, purepechas y totonacas. Esta celebración se lleva a cabo el 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con el Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos en el calendario católico, lo que es una muestra de la fusión de las tradiciones indígenas y europeas después de la conquista española en el siglo XVI. Las razones por las cuales se celebra el Día de los Muertos en México son variadas: Conexión con las creencias indígenas: Los pueblos indígenas de México tenían una profunda conexión con la muerte y creían que la vida después de la muerte era una parte natural del ciclo de la vida. Celebraban a sus muertos a través de rituales y ofrendas mucho antes de la llegada de los españoles. Sincretismo religioso: Después de la conquista española, la religión católica se combinó con las creencias indígenas para dar lugar a esta festividad. Los colonizadores españoles intentaron reemplazar las creencias indígenas con las suyas, pero en lugar de erradicar las tradiciones preexistentes, se incorporaron elementos católicos en la celebración de los muertos. Homenaje a los seres queridos fallecidos: El Día de los Muertos es una forma de honrar y recordar a los seres queridos que han fallecido. Las familias crean altares o ofrendas que incluyen fotos, velas, flores, alimentos y objetos personales de los difuntos para recibir sus espíritus y celebrar su memoria. Celebración de la vida: Aunque pueda parecer paradójico, el Día de los Muertos no es una festividad triste, sino más bien una celebración de la vida. Se cree que durante estos días, los difuntos regresan a visitar a sus seres queridos, y se les recibe con música, baile y comida. Conservación de la identidad cultural: El Día de los Muertos es una de las festividades más importantes en la cultura mexicana, y su celebración contribuye a la preservación de las tradiciones y la identidad cultural del país. En resumen, el Día de los Muertos en México es una festividad arraigada en las creencias indígenas, el sincretismo religioso y la conexión con los seres queridos fallecidos. Es una celebración única que combina elementos de alegría, respeto y espiritualidad, y juega un papel importante en la cultura mexicana.