Aproximadamente 21% de los pacientes con Covid-19 presentan lesiones cutáneas, lo que indica que la piel es uno de los órganos comprometidos durante la infección. La comunidad médica continúa el estudio de estos procesos, exhortando al cuidado diario y sistemático antes, durante y después de la enfermedad.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo las primeras noticias del coronavirus en 2019, se han logrado importantes avances científicos para hacerle frente, tratar sus padecimientos y atender los efectos secundarios.
En lo que respecta a las lesiones cutáneas asociadas al Covid-19, médicos y especialistas aún buscan entender estas señales clínicas y sintomatológicas, llegando a una conclusión: no todas las personas infectadas las desarrollan. Tampoco hay prevención conocida que evite la aparición de dichas lesiones, si es que han de presentarse.
Es por ello que no existen hasta el momento indicadores específicos que permitan asegurar, a primera vista, si algunas lesiones cutáneas que eventualmente aparecen en pacientes con Covid-19, son producto de esta enfermedad o de otra que pueda compararse con síntomas similares.
Reaprendiendo sintomatologías
La doctora Mara Loyo, médico especialista en dermatología, venereología y dermatología cosmética, afirma que son muchas las manifestaciones dermatológicas durante el Covid-19. “Aproximadamente 21% de los pacientes las presentan al inicio de la enfermedad o como única expresión. De manera que la piel es uno de los órganos más comprometidos durante la infección por Covid-19, aunque los dermatólogos aún estamos descubriendo estos procesos, al igual que toda la comunidad médica”.
Señala que, por lo general, las lesiones cutáneas asociadas a la COVID-19 no dejan ninguna secuela al desaparecer. “Con el Covid-19 estamos reaprendiendo sobre manifestaciones clínicas y sintomatológicas. Una de ellas, relacionada con la piel, fue el herpes zóster, que en realidad es el virus de la varicela zóster (llamada comúnmente ‘culebrilla’); así como la urticaria en forma de ronchas o habones rojos, que aparecen y desaparecen tal y como las que se presentan durante las alergias alimentarias”, indica.
Otra manifestación relacionada con el Covid-19 es lo que se conoce como “dedos de pies de Covid”, médicamente llamado “eritema pernio” y que en España se le dice “sabañón”. Se trata de una placa eritematosa, roja y dura en la piel de las manos, pies u orejas y está relacionada con el frío intenso. “En estas temporadas, muchas personas se acercan a fuentes de calor como radiadores o estufas, y se producen esas lesiones. Pero estas señales, sin antecedentes de exposición al calor, se producen también con el Covid-19”, dice la doctora Loyo.
Advierte que los pacientes quedan con algunas secuelas pos-Covid-19 ya que esta enfermedad produce una alteración inmunológica drástica, con una cascada inflamatoria muy importante. La más frecuente es una abundante caída del cabello, lo que puede resolverse con tratamiento médico, champú fortificante, vitaminas “y mucha paciencia”, dice la especialista.
Continuar con la rutina de cuidado de la piel
La única prevención es intentar no contagiarse del virus y reforzar las medidas de higiene propuestas por las autoridades sanitarias. En cualquier caso, indica la doctora Loyo que, al igual que cualquier individuo, el paciente pos-Covid-19 puede y debe continuar con su rutina diaria de limpieza y cuidado de la piel, utilizando productos científica y dermatológicamente comprobados, como Cetaphil®.
En este sentido, limpieza, humectación y protección son los tres pasos a seguir para mantener la piel lo más equilibrada y saludable posible después de superada la etapa de la enfermedad; recordando que el cuidado no se limita al rostro. Los brazos, piernas, espalda y tronco también merecen atención.
La humectación debe ser diaria y sostenida, con productos adecuados al tipo de piel. Lo ideal es hacerla inmediatamente después del baño, lo cual permite el paso óptimo del humectante.
Del mismo modo, es necesario el uso habitual de un protector solar con un SPF de 30 o superior, que proteja contra los rayos UV, causante de daños y envejecimiento de la piel.
La única prevención es no contagiarse del virus y reforzar las medidas de higiene que se han venido implementando, desde su aparición.
La Semana Santa, más que un feriado, es un período cargado de tradiciones arraigadas que invitan a la reflexión y la renovación espiritual. Una de estas prácticas significativas es la visita a los siete templos, una experiencia que trasciende la mera observancia para sumergirse en un profundo acto de devoción y conexión con la historia bíblica. La tradición, que se inicia la noche del Jueves Santo y culmina en la mañana del Viernes Santo, tiene sus raíces en Roma gracias a San Felipe Neri, y desde entonces ha reverberado en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de respeto hacia Jesús y su sacrificio por la humanidad. Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Jueves Santo marca un momento crucial en la historia cristiana: la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, donde instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Este acto simboliza el inicio de un camino hacia la redención, hacia la reconciliación con el prójimo y la interiorización de los valores de caridad promovidos por Jesús. Al recorrer los siete templos, los fieles no solo están siguiendo los pasos físicos de Jesús desde su captura hasta su crucifixión, sino que están participando en un acto de comunión espiritual, acompañando al Salvador en su trayectoria hacia el sacrificio y la resurrección. Cada uno de los siete templos representa una etapa crucial en este recorrido espiritual: Desde el Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní, donde Jesús oró y sudó sangre. Desde el huerto de Getsemaní hasta la casa de Anás, donde fue interrogado y maltratado. Desde la casa de Caifás hasta la primera comparecencia ante Poncio Pilatos, donde fue acusado injustamente. Desde la confrontación con Herodes hasta la segunda comparecencia ante Pilatos, donde fue sentenciado a muerte. Finalmente, desde la casa de Pilatos hasta el Monte Calvario, donde Jesús cargó con la cruz, fue crucificado y sepultado. Cada estación de este camino sagrado invita a los creyentes a reflexionar sobre el significado más profundo de la Pasión de Cristo y a renovar su compromiso con los valores cristianos de amor, perdón y redención. La visita a los siete templos se convierte así en una experiencia transformadora que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, guiando a los fieles hacia una conexión más íntima con su fe y su salvación. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias