La comunicación de los líderes que, para bien o para mal, encabezan el conflicto entre Rusia y Ucrania merece un análisis más allá de su discurso. En comunicación, el lenguaje no verbal tiene un impacto determinante en el significado que atribuimos a la palabra y es, en muchos casos, un elemento estratégico clave para influir en la opinión pública.
En este breve análisis no trato de definir quién es víctima o victimario, sino observar los códigos de comunicación que cada líder utiliza y la percepción deseada que quieren generar y la que probablemente esté generando en sus audiencias, demostrando cómo la comunicación es un recurso poderoso en tiempos de guerra.
Iniciemos con la proxemia, entendiendo por esta la forma en cómo el vocero organiza su espacio en relación con sus interlocutores. Si analizamos los videos y fotos que circulan en las redes y noticieros, por un lado, vemos al Presidente Putin haciendo intervenciones en TV sentado en una larga y lujosa mesa en su palacio de gobierno, estableciendo una distancia considerable con el resto de su equipo; por el otro, vemos al Presidente Zelenski en una pequeña mesa, muy casera, con su equipo de trabajo muy cerca, pronunciando su discurso hombro a hombro. En el primer caso, un ser que se considera supremo, que quiere proyectar control, mando, poder y derecho de emprender sus acciones; en el segundo, un ser cercano, que quiere transmitir unidad, mostrar un sólido bloque de resistencia que trabaja por un mismo ideal, la defensa de su territorio.
La vestimenta es otro canal de comunicación no verbal importante. Por un lado, el líder ruso en su traje y corbata impecable, argumentando desde el poder el por qué de sus acciones. Por el otro, el líder ucraniano en manga de camisa con ropa de faena, un poco de barba sin afeitar, demostrando que está trabajando junto a su pueblo y no tiene intención de rendirse. Sin duda este último siendo coherente con la invitación que le hizo a los ciudadanos de unirse y quedarse a defender al país ¡es uno más que está dando la lucha!
Por otro lado, las expresiones faciales en ambos casos son coherentes con sus respectivos discursos. Observamos a un líder ruso serio, que frunce el ceño cuando lanza una advertencia, una expresión que en lenguaje no verbal transmite un significado agresivo por parte de una persona con poca paciencia o señal de irritabilidad, haciendo pensar que es capaz de hacer cualquier cosa si no se cumplen sus exigencias o si continúan las agresiones contra su país. Por el otro, al líder ucraniano mostrando una expresión seria, realizando movimientos constantes de su cabeza para reafirmar sus posiciones, con el mentón en alto comunicando fortaleza y que sigue en pie de lucha.
Por último, observemos las posturas. El líder ruso siempre aparece sentado, en una actitud relajada, apoyando sus manos en la mesa, desde su despacho o sala de reuniones demostrando control de la situación y sobre todo poder y autoridad; es el estratega que ordena y da instrucciones. Por su parte, el líder ucraniano ha aparecido sentado en su despacho improvisado, de pie junto a un atrio o una mesa improvisada en mitad de un salón, en la calle caminando con su equipo de gobierno, siempre en una postura erguida, transmitiendo seguridad de sus acciones y demostrando que está trabajando y en acción para defender al país; es el estratega que acompaña a su equipo en la acción.
En comunicación existe una premisa máxima y es que “todo comunica, todo el tiempo”, nuestras palabras, nuestras expresiones, movimientos ¡TODO! Estos son tan solo algunos elementos que están utilizando estos líderes para conectar con sus audiencias, más allá de las posiciones políticas y si se está de acuerdo o no con la postura de cada uno, el hecho es que ambos están utilizando de forma efectiva a la comunicación no verbal como un elemento clave en su estrategia.
Fuente Lidia Pinto
Komunika Latam
La Semana Santa, más que un feriado, es un período cargado de tradiciones arraigadas que invitan a la reflexión y la renovación espiritual. Una de estas prácticas significativas es la visita a los siete templos, una experiencia que trasciende la mera observancia para sumergirse en un profundo acto de devoción y conexión con la historia bíblica. La tradición, que se inicia la noche del Jueves Santo y culmina en la mañana del Viernes Santo, tiene sus raíces en Roma gracias a San Felipe Neri, y desde entonces ha reverberado en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de respeto hacia Jesús y su sacrificio por la humanidad. Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Jueves Santo marca un momento crucial en la historia cristiana: la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, donde instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Este acto simboliza el inicio de un camino hacia la redención, hacia la reconciliación con el prójimo y la interiorización de los valores de caridad promovidos por Jesús. Al recorrer los siete templos, los fieles no solo están siguiendo los pasos físicos de Jesús desde su captura hasta su crucifixión, sino que están participando en un acto de comunión espiritual, acompañando al Salvador en su trayectoria hacia el sacrificio y la resurrección. Cada uno de los siete templos representa una etapa crucial en este recorrido espiritual: Desde el Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní, donde Jesús oró y sudó sangre. Desde el huerto de Getsemaní hasta la casa de Anás, donde fue interrogado y maltratado. Desde la casa de Caifás hasta la primera comparecencia ante Poncio Pilatos, donde fue acusado injustamente. Desde la confrontación con Herodes hasta la segunda comparecencia ante Pilatos, donde fue sentenciado a muerte. Finalmente, desde la casa de Pilatos hasta el Monte Calvario, donde Jesús cargó con la cruz, fue crucificado y sepultado. Cada estación de este camino sagrado invita a los creyentes a reflexionar sobre el significado más profundo de la Pasión de Cristo y a renovar su compromiso con los valores cristianos de amor, perdón y redención. La visita a los siete templos se convierte así en una experiencia transformadora que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, guiando a los fieles hacia una conexión más íntima con su fe y su salvación. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias