El Consejo Superior de la Universidad Monteávila (UMA) designó este 23 de febrero el nuevo equipo rectoral para el periodo 2022-2025. Este nombramiento se hará efectivo a partir del 1ero de julio de este mismo año, fecha hasta la cual se mantendrán al frente de sus cargos las actuales autoridades.
El Dr. Guillermo Fariñas Contreras será el nuevo rector de esta casa de estudios. Durante su gestión lo acompañarán en el Vicerrectorado Académico la profesora Mg. Carolina Amaya de Escobar, en el Vicerrectorado Administrativo, el profesor Esp. Orlando Pérez Caldera, mientras que en la Secretaría General de la Universidad fue ratificada la profesora Mg. Ana Beatriz Monteverde Baralt.
El profesor Fariñas, quien actualmente desempeña el cargo de presidente del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la UMA, es ingeniero de sistemas egresado de la Universidad Metropolitana y formó parte del grupo promotor de la Universidad Monteávila desde 1994, institución con la cual se ha mantenido estrechamente vinculado desde ese momento.
El nuevo rector cuenta también con una Maestría en Administración (MBA) del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y estudios en la Universidad de Navarra, España, donde obtuvo una maestría y el doctorado en Gobierno y Cultura de las Organizaciones.
El Consejo Superior agradeció la honorable labor del Dr. Francisco Febres-Cordero Carrillo, quien venía ejerciendo el cargo de rector desde julio de 2015. De igual forma, reconocieron el valioso trabajo de la vicerrectora académica, la Dra. María Eugenia Peña de Arias y de la vicerrectora administrativa, la Esp. Carolina Arcay de López y la Mg. Ana Beatriz Monteverde Baralt.
El acto formal de juramentación de las nuevas autoridades tendrá lugar el 9 de junio de este año, día en que el rector saliente también presentará su memoria y cuenta.
El 17 de noviembre conmemora el Día Internacional del Síndrome de Smith Magenis, un hito que destaca la relevancia de esta condición genética descubierta en los años 80 por Ana Smith y Ellen Magenis, una pionera en genética molecular. Este síndrome, vinculado a una deficiencia en el cromosoma 17, afecta aproximadamente a 1 persona de cada 15.000/25.000 nacimientos, manifestándose con una variedad de síntomas físicos y conductuales, acompañados de un retraso mental de gravedad variable y anomalías congénitas. Las asociaciones dedicadas al Síndrome de Smith Magenis organizan eventos con el objetivo claro de sensibilizar tanto a la población en general como a los profesionales de la salud. Entre las metas fundamentales de estas iniciativas se encuentran: Impulsar la Detección Precoz: Fomentar la identificación temprana de la enfermedad, garantizando un abordaje más efectivo desde sus primeras etapas. Atender las Necesidades de los Afectados: Buscar soluciones integrales que aborden las necesidades terapéuticas, educativas y asistenciales de quienes conviven con este síndrome, así como proporcionar un sólido apoyo a sus familias. Promover la Investigación: Lanzar un llamamiento apasionado a la investigación, destacando la importancia de explorar y comprender más a fondo esta patología para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Generar Conciencia Pública: Ampliar el conocimiento general sobre el Síndrome de Smith Magenis es esencial. Con campañas educativas, se busca sensibilizar a la población acerca de la existencia de esta condición y fomentar la empatía y la comprensión.
El Día de los Muertos es una festividad tradicional mexicana que tiene raíces profundas en la cultura indígena precolombina de México, especialmente entre los pueblos aztecas, mayas, purepechas y totonacas. Esta celebración se lleva a cabo el 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con el Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos en el calendario católico, lo que es una muestra de la fusión de las tradiciones indígenas y europeas después de la conquista española en el siglo XVI. Las razones por las cuales se celebra el Día de los Muertos en México son variadas: Conexión con las creencias indígenas: Los pueblos indígenas de México tenían una profunda conexión con la muerte y creían que la vida después de la muerte era una parte natural del ciclo de la vida. Celebraban a sus muertos a través de rituales y ofrendas mucho antes de la llegada de los españoles. Sincretismo religioso: Después de la conquista española, la religión católica se combinó con las creencias indígenas para dar lugar a esta festividad. Los colonizadores españoles intentaron reemplazar las creencias indígenas con las suyas, pero en lugar de erradicar las tradiciones preexistentes, se incorporaron elementos católicos en la celebración de los muertos. Homenaje a los seres queridos fallecidos: El Día de los Muertos es una forma de honrar y recordar a los seres queridos que han fallecido. Las familias crean altares o ofrendas que incluyen fotos, velas, flores, alimentos y objetos personales de los difuntos para recibir sus espíritus y celebrar su memoria. Celebración de la vida: Aunque pueda parecer paradójico, el Día de los Muertos no es una festividad triste, sino más bien una celebración de la vida. Se cree que durante estos días, los difuntos regresan a visitar a sus seres queridos, y se les recibe con música, baile y comida. Conservación de la identidad cultural: El Día de los Muertos es una de las festividades más importantes en la cultura mexicana, y su celebración contribuye a la preservación de las tradiciones y la identidad cultural del país. En resumen, el Día de los Muertos en México es una festividad arraigada en las creencias indígenas, el sincretismo religioso y la conexión con los seres queridos fallecidos. Es una celebración única que combina elementos de alegría, respeto y espiritualidad, y juega un papel importante en la cultura mexicana.