El Centro de Investigaciones y Estudios Fotográficos – CiEF del Centro de Artes Integradas CAI, inició sus actividades académicas con el profesor Carlos Martínez como nuevo director, y con la apertura de un nuevo período de diplomados que serán dictados a partir del 21 de febrero de 2022, entre los que se incluyen el Diplomado Básico en Fotografía, el Diplomado Avanzado en Fotografía y el Diplomado Especializado en Fotografía Artística.
Con una duración de 150 horas académicas, estos diplomados están avalados por el Centro Internacional de Actualización Profesional (CIAP) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y el Centro de Artes Integradas, y ofrecen a los estudiantes la oportunidad de optar por la Certificación Profesional en Fotografía, al cursar el Ciclo Básico (conformado por los diplomados Básico y Avanzado) y cualquiera de los diplomados del Ciclo Especializado.
El Diplomado Básico en Fotografía abarca cuatro módulos o materias, tales como Comunicación visual (Profesor Iván Amaya), Historia de la Fotografía (Profesor José Ramírez), Técnica fotográfica e Iluminación (Profesores Carlos Martínez y Carlos Ramos), y Laboratorio digital (Profesor Alejandro Morales).
El Diplomado Avanzado en Fotografía contempla los módulos: Edición fotográfica (Profesora Laura Morales), Estética fotográfica (Profesora Laura Morales), Proyecto fotográfico (Profesor Hernán Villar) y Construcción de portafolio (Profesor Luis Chacín).
Por su parte, el Diplomado Especializado en Fotografía Artística incluye las materias: Historia del arte (Profesor Iván Amaya), Curaduría y Fotografía (Profesor Félix Suazo), Tópicos contemporáneos (Profesor José Ramírez), Fotografía y escritura (Profesora Laura Morales).
Para información de costos y postulaciones escribir al correo [email protected] o llamar al teléfono 0212-2421161. Cabe destacar que es necesario ser bachiller, tener internet, y celular inteligente o computadora.
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El 17 de noviembre conmemora el Día Internacional del Síndrome de Smith Magenis, un hito que destaca la relevancia de esta condición genética descubierta en los años 80 por Ana Smith y Ellen Magenis, una pionera en genética molecular. Este síndrome, vinculado a una deficiencia en el cromosoma 17, afecta aproximadamente a 1 persona de cada 15.000/25.000 nacimientos, manifestándose con una variedad de síntomas físicos y conductuales, acompañados de un retraso mental de gravedad variable y anomalías congénitas. Las asociaciones dedicadas al Síndrome de Smith Magenis organizan eventos con el objetivo claro de sensibilizar tanto a la población en general como a los profesionales de la salud. Entre las metas fundamentales de estas iniciativas se encuentran: Impulsar la Detección Precoz: Fomentar la identificación temprana de la enfermedad, garantizando un abordaje más efectivo desde sus primeras etapas. Atender las Necesidades de los Afectados: Buscar soluciones integrales que aborden las necesidades terapéuticas, educativas y asistenciales de quienes conviven con este síndrome, así como proporcionar un sólido apoyo a sus familias. Promover la Investigación: Lanzar un llamamiento apasionado a la investigación, destacando la importancia de explorar y comprender más a fondo esta patología para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Generar Conciencia Pública: Ampliar el conocimiento general sobre el Síndrome de Smith Magenis es esencial. Con campañas educativas, se busca sensibilizar a la población acerca de la existencia de esta condición y fomentar la empatía y la comprensión.
El Día de los Muertos es una festividad tradicional mexicana que tiene raíces profundas en la cultura indígena precolombina de México, especialmente entre los pueblos aztecas, mayas, purepechas y totonacas. Esta celebración se lleva a cabo el 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con el Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos en el calendario católico, lo que es una muestra de la fusión de las tradiciones indígenas y europeas después de la conquista española en el siglo XVI. Las razones por las cuales se celebra el Día de los Muertos en México son variadas: Conexión con las creencias indígenas: Los pueblos indígenas de México tenían una profunda conexión con la muerte y creían que la vida después de la muerte era una parte natural del ciclo de la vida. Celebraban a sus muertos a través de rituales y ofrendas mucho antes de la llegada de los españoles. Sincretismo religioso: Después de la conquista española, la religión católica se combinó con las creencias indígenas para dar lugar a esta festividad. Los colonizadores españoles intentaron reemplazar las creencias indígenas con las suyas, pero en lugar de erradicar las tradiciones preexistentes, se incorporaron elementos católicos en la celebración de los muertos. Homenaje a los seres queridos fallecidos: El Día de los Muertos es una forma de honrar y recordar a los seres queridos que han fallecido. Las familias crean altares o ofrendas que incluyen fotos, velas, flores, alimentos y objetos personales de los difuntos para recibir sus espíritus y celebrar su memoria. Celebración de la vida: Aunque pueda parecer paradójico, el Día de los Muertos no es una festividad triste, sino más bien una celebración de la vida. Se cree que durante estos días, los difuntos regresan a visitar a sus seres queridos, y se les recibe con música, baile y comida. Conservación de la identidad cultural: El Día de los Muertos es una de las festividades más importantes en la cultura mexicana, y su celebración contribuye a la preservación de las tradiciones y la identidad cultural del país. En resumen, el Día de los Muertos en México es una festividad arraigada en las creencias indígenas, el sincretismo religioso y la conexión con los seres queridos fallecidos. Es una celebración única que combina elementos de alegría, respeto y espiritualidad, y juega un papel importante en la cultura mexicana.