La segunda edición del certamen espera que las producciones audiovisuales puedan resaltar la importancia del legado de los primeros inmigrantes y su contribución al desarrollo de Venezuela, enfatizando el impacto de los saberes y el hacer de los italianos
Caracas.- Luego del éxito de su primera edición y atendiendo al interés que despertó en la comunidad cinematográfica nacional, el Concurso Audiovisual “Fare Cinema – El inmigrante italiano” regresa este 2021 para premiar los mejores cortometrajes que rescaten la memoria de los hombres y mujeres que dejaron sus tierras para contribuir al desarrollo económico y social de Venezuela, difundiendo los valores de la familia y la cultura italiana, transformando el país a través de su trabajo.
Promovido por el Ministerio italiano de Relaciones Exteriores y de la Cooperación Internacional, el certamen se propone valorizar la industria del cine en el mundo, bajo la organización de la Embajada de Italia en Caracas, el Consulado General de Italia en Caracas, el Consulado de Italia en Maracaibo, el Instituto Italiano de Cultura de Caracas, el COM.IT.ES, la Cámara de Comercio Venezolano-Italiana (CAVENIT), la Società Dante Alighieri de Maracay y el Trasnocho Cultural.
La II edición del Concurso Audiovisual “Fare Cinema – El inmigrante italiano” está dedicado a “Los oficios de la emigración italiana en Venezuela” (I mestieri dell’emigrazione italiana in Venezuela), una oportunidad para resaltar la importancia del legado de los primeros inmigrantes y su contribución al desarrollo del país, enfatizando el impacto de los saberes y el hacer de los italianos, especialmente de los protagonistas de la ola migratoria que llegó desde el país europeo durante el siglo XX.
Si bien la historia de los italianos en Tierra de Gracia comienza con la llegada misma del marinero genovés Cristóbal Colón, que luego continuó cuando el mar trajo a otros compatriotas de la península itálica hasta el territorio venezolano, asentándose en algunas ciudades apartadas del país; no fue hasta el siglo XX que se registró un periodo masivo de inmigrantes italianos, impulsados por las devastadoras consecuencias que sufrieron los países europeos, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial.
La llegada de los inmigrantes italianos el siglo pasado se vio favorecida durante algunos años por condiciones propiciadas por el Estado venezolano y por la empatía social entre ambas culturas que permitió la fácil integración de los ciudadanos y que le ofreció la oportunidad de ser venezolano; es decir, que sintiera que Venezuela era también su casa.
Llegaron de todas las edades, de diferentes condiciones sociales, pero con el mismo deseo colectivo: la voluntad de trabajar, recuerda el prólogo del libro “Italia y Venezuela: 20 testimonios”, de Guadalupe Burelli. En este texto se añade que “el empuje y la necesidad de no fracasar los llevó a perfeccionar sus habilidades y poco a poco fueron copando todos los espacios, al punto que sería difícil encontrar un oficio donde un italiano no se haya destacado. El comercio, la industria, la cultura, la arquitectura, la construcción, la banca, la academia, la estética, la moda, la ciencia, la medicina, la agricultura, la ganadería, en fin, todas las áreas donde es posible el desempeño del hombre han sido terreno fértil para estos nuevos venezolanos”.
¿Quiénes pueden participar?
El Concurso Audiovisual “Fare Cinema – El Inmigrante Italiano” está dirigido a profesionales del área audiovisual, creativos, productores, directores, guionistas, cineastas y estudiantes de cine, así como cualquier persona interesada en la actividad audiovisual como medio de expresión artística. Este año, los creadores audiovisuales tendrán el reto de captar en sus producciones cómo cientos de inmigrantes lograron contribuir con sus esfuerzos a la transformación y modernización del país, dotados con los oficios que pudieron aprender en Italia, los escasos recursos financieros o herramientas que algunos trajeron en sus maletas, junto a sus visiones para encontrar, e incluso crear, oportunidades donde otros no las veían.
En la Italia de posguerra la mayoría de la población no tenía títulos universitarios. Además, necesitaban trabajar, producir dinero para subsistir y muchas personas se dedicaban por lo general a continuar los oficios que tradicionalmente desempeñaba su familia: costura, artesanía, agricultura o cría de animales. Otros poseían alguna formación como albañiles, carpinteros, mecánicos, técnicos, geómetras, panaderos, zapateros, mano de obra en construcciones, entre otras habilidades. Basándose en estos oficios lograron encontrar su posición en la nueva tierra, fundamentalmente en los ramos de la construcción, el comercio y los servicios, contribuyendo en muchas ocasiones a transferir sus conocimientos a la población venezolana. En un porcentaje mucho menor, pero no menos significativo, estaban los profesionales, empresarios, técnicos y gerentes.
Los esfuerzos de los inmigrantes europeos contribuyeron a que Venezuela, en plena efervescencia del boom petrolero, experimentara uno de los más altos crecimientos del mundo y Caracas se convirtiera en una de las capitales más modernas para la época.
¿Con qué debe relacionarse el contenido de la producción audiovisual?
Los italianos que vinieron a Venezuela se dedicaron desde sus primeros días en el país a trabajar, a aportar al progreso y la prosperidad, a sostener una vida tranquila, a ganarse un salario digno con la esperanza de alcanzar estabilidad económica personal y para su familia, así como en conformar un hogar, superando obstáculos como la pobreza y las barreras del idioma, fortalecidos en su fe, en los valores italianos, en el ahorro y con la mirada siempre puesta en un futuro mejor. Así, poco a poco, lograron echar raíces, conseguir recursos e invertir en sus propios negocios o empresas, que se fueron consolidando hasta convertirse en referencias comerciales o de la industria nacional, y en muchos casos, manteniéndose hasta nuestros días.
La incorporación de los inmigrantes italianos fue determinante en muchos ámbitos de la economía nacional. En los campos, ayudaron a introducir una agricultura moderna y en las ciudades se destacaron por colaborar en la industria de la construcción, en grandes obras arquitectónicas y por apoyar con la política de cemento armado impulsada desde el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. En el sector educación, fueron fundadores de instituciones educativas y desde el ámbito académico, hombres como Graziano Gasparini se dedicaron a la investigación, la promoción y la restauración de la arquitectura colonial venezolana.
Con sus visiones de la cultura, los italianos llegaron a Venezuela al ritmo de la tarantela, que sonaba especialmente desde sus centros sociales. Además, transmitieron su profundo amor por la música. Los maestros José Antonio Abreu y Rodolfo Saglimbeni son ítalo-venezolanos ejemplares y reconocidos en el mundo por su desempeño, que comenzó con la herencia de la tradición sonora de sus antepasados.
Por las calles desfilaba la moda italiana hecha en Venezuela, gracias a las confecciones de sastres y costureras. En materia de calzado, los inmigrantes se hicieron famosos por hacer los zapatos más finos y de más alta calidad. En cuanto a producción, aumentó la profesionalización de la elaboración de telas y se instalaron numerosas fábricas de calzado donde se incorporaron a los aprendices venezolanos para que adoptaran los conocimientos y destrezas de los maestros italianos.
Con los aromas de su cocina, los inmigrantes conquistaron paladares: abundaron los restaurantes especializados en gastronomía del país europeo; se instalaron las pastelerías italianas y las pastas -a la boloñesa, a la napolitana, al pesto o a la carbonara- se convirtieron en un plato indispensable de la dieta venezolana por su bajo precio y fácil preparación. Para la sobremesa, el café comenzó a hacerse en máquinas espresso. También se hizo popular en los menús la pizza, el gnocchi (ñoqui), la polenta, el bistec a la milanesa, el ossobuco, la mortadela y otros embutidos italianos.
¿Cómo es el proceso de inscripción?
Los cortometrajes que sean inscritos en la II edición del Concurso Audiovisual “Fare Cinema- El inmigrante italiano” deben ser inéditos, no habiendo sido expuestos, ni publicados con anterioridad en ningún medio, y no habiendo recibido premiación alguna. La duración mínima de las obras debe ser de 5 minutos y máximo 8, pueden ser del género documental o de ficción.
De acuerdo a lo establecido en las bases del concurso, cada participante puede inscribir un corto, que debe centrar su temática en los oficios o actividades económicas que desarrollaron los inmigrantes italianos que se vieron en la necesidad de salir de su país, tratando de superar la pobreza y cambiar su fortuna al llegar a Venezuela, un país que históricamente facilitó la inmigración de ciudadanos italianos.
El audiovisual debe publicarse en las plataformas YouTube en formato oculto y en HD 1920 x 1080 px. La recepción de las obras comienza este 03 de agosto y finalizará el 20 de noviembre de 2021. La inscripción debe formalizarse mediante el llenado del formulario del concurso, que está disponible en el sitio web de la Embajada de Italia en Caracas www.ambcaracas.esteri.it, www.cavenit.com o www.trasnochocultural.com y debe contener el enlace de Youtube (en modo oculto) del cortometraje que se desea postular.
Los premios
El jurado calificador estará formado por integrantes de las instituciones que organizan el certamen y anunciarán su veredicto el lunes 13 de diciembre de 2021. Los tres primeros lugares serán para obras realizadas por personas naturales mayores de 18 años, de cualquier nacionalidad, con residencia legal en Venezuela de al menos dos años. Asimismo, se entregará un premio especial en la “Categoría Jóvenes Talentos”, para creadores de 14 a 18 años de edad, de cualquier nacionalidad residenciados en Venezuela.
El premio al Primer Lugar será otorgado por la Embajada de Italia en Caracas, al Mejor Audiovisual “El inmigrante italiano” con un premio en metálico de US$2.500. El Segundo Lugar, otorgado por CAVENIT y el COM.IT.ES, está dotado con US$1.500 y el Tercer Lugar, patrocinado por CAVENIT y la Società Dante Alighieri de Maracay, es de US$1.000.
La Mención Especial para “Jóvenes Talentos”, otorgado por el Instituto Italiano de Cultura en Caracas, consta de un premio en metálico de US$1.000.
Este año, los organizadores del certamen han realizado algunos cambios en las bases del concurso para brindar mayor libertad creativa a los hacedores cinematográficos, y se espera que la participación sea mayor a la primera edición, cuando fueron reconocidos cuatro realizadores venezolanos por la calidad de sus obras. Dos de los cortometrajes ganadores de la primera edición, Me llamaban Pietro, del director Pedro Mercado y el cortometraje de ficción Trámite de Admisión, de Tulio Cavalli, comenzaron sus recorridos por festivales internacionales, y resultaron ganadores en el Festival de cortometrajes internacional Do Ut Des Film Festival, celebrado entre marzo y mayo, en la región Toscana, de Italia.
Para conocer todos los detalles del II Concurso Audiovisual “Fare Cinema. El inmigrante italiano” se pueden visitar los sitios www.ambcaracas.esteri.it, www.conscaracas.esteri.it, www.cavenit.com y www.trasnochocultural.com, así como estar atentos a las cuentas en redes sociales de Facebook: @Consolato Generale d’Italia a Caracas @cavenit, @trasnochocult Twitter: @ItalyinVEN @ItalyinCaracas @cavenit @trasnochocult e Instagram @consolatoitalia_caracas @cavenit @trasnochocult
Desde los cimientos del activismo ambiental hasta la urgente llamada a la acción de hoy, el Día de la Tierra ha evolucionado desde su modesto comienzo en 1968 hasta convertirse en un movimiento global que busca la preservación de nuestro planeta. En aquel entonces, el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, un punto de partida crucial donde los estudiantes escucharon a científicos destacados hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana. Dos años más tarde, en 1970, el senador y activista ambiental Gaylord Nelson propuso la creación de una agencia ambiental, desencadenando una manifestación masiva que atrajo a miles de estudiantes y comunidades de todo Estados Unidos. Esta presión social culminó en la creación de la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinadas a proteger nuestro medio ambiente, sentando así las bases para el movimiento ambiental moderno. En 1972, la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo reunió a líderes mundiales para abordar los problemas ambientales a escala global, marcando un hito en la conciencia ambiental mundial. El lema del Día Internacional de la Madre Tierra para el año 2024, “Planeta vs plásticos”, subraya la urgencia de abordar la crisis de los plásticos. La necesidad de reducir la producción de plásticos en un 60% para el año 2040 es imperativa, ya que estos contaminantes afectan directamente la salud humana y la salud del planeta. Es fundamental y urgente la necesidad de acabar con los plásticos por el bien de la salud humana y del planeta. Desde sus modestos inicios hasta su papel actual como plataforma para la conciencia ambiental global, el Día de la Tierra continúa inspirando a personas de todo el mundo a unirse en la lucha por un futuro sostenible. ¡Cada gesto cuenta en esta batalla por nuestro hogar compartido! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias