Eduardo Méndez muestra a Ciudad de México Queriendo en Público
Besar no es una manifestación de amor. Besar es la expresión más pura del deseo incontenible de fusionarse con el otro… Así, simple y naturalmente. Querer besar es un impulso que sale de los instintos, de la necesidad de contacto, caricias, calor y ternura.
Por eso, no es de extrañar que los deseos de besar nos sorprendan en cualquier lado. En la calle, en el metro, sentados frente a frente en un restaurante, en las plazas y parques. Cualquier lugar es el indicado para juntar los labios y lenguas en una caricia única.
Esos momentos lúbricos y fugaces hicieron clic en la lente del fotógrafo venezolano Eduardo Méndez, quien desde hace cuatro años reside en Ciudad de México y ha capturado más de mil imágenes inéditas de besos robados, pedidos y ofrendados en las calles de esa urbe. Esta colección se llama Queriendo en Público.
Ciudad de México la meca del amor
Eduardo Méndez recuerda que Jean-Luc Tournier, autor de la Pequeña Enciclopedia del Beso, explicó que “no hay acto alguno que permita una implicación voluntaria del ser tan total como el beso”.
Además, el fotógrafo agrega que “querer es desear y el deseo de besar se llama filemamanía. Siempre queremos más besos, porque el beso es una droga natural. El cerebro es adicto a la oxitocina, que se produce cada vez que nos besamos”.
Para Méndez, este es parte del sustento teórico de su propuesta, aunque le otorga mayor importancia a la parte sensorial: “cuando veo una pareja Queriendo en Público me emociono. Mi corazón comienza a bombear más de lo normal y es pura adrenalina”, expresa.
Asimismo, admite que lo entusiasma, apasiona y fascina ver toda la atmosfera que causan estos besos. “Es increíble ver la acción de besar en distintos espacios públicos. Cuando sucede no interrumpo la escena, no hay poses ni repeticiones, si pierdo una foto espero o sigo mi camino”.
Con su obra artística, Méndez pretende avalar a Ciudad de México como la ciudad del amor. “En cada cuadra, vagón del metro, mercado o espacio te encuentras con una prefecta escena de telenovela. No les importa la edad ni la orientación sexual para darse un beso”.
Queriendo en Público celebra a las parejas
“Fotografiar desconocidos me lleva a crear en mi mente historias sobre ellos, a tratar de imaginar quienes son, que les gusta y que los motiva. Hay momentos en los que hasta escucho sus declaraciones de amor, peleas o arreglos”, comparte Méndez.
A la vez, comenta que ese atributo espontáneo del deseo es lo que intenta captar en sus fotos. “Retratar la esencia de las personas y de su amor, a través de una narración fotográfica creada en tiempos perfectamente imperfectos basado en un fenómeno cultural: el beso”.
Queriendo en Público es la ocasión para afirmar la celebración del amor de pareja. De hecho, Méndez se inspira por una frase de Alfred de Musset: “El único lenguaje verdadero en el mundo es un beso”.
De esta manera, el fotógrafo desea, a través de su obra de arte poética y contemplativa, que los mexicanos, residentes y visitantes se apropien de una forma sutil de la ciudad con su amor.
Desde la óptica del autor
Queriendo en Público refleja a todo tipo de personas. “La única constante es no quebrar la atmósfera que crean las parejas”, puntualiza el fotógrafo y señala que la serie captura la notable diversidad de Ciudad de México.
Eduardo Méndez tiene una habilidad especial para captar miradas conmovedoras, emotivas y momentos de pasión y ternura. Además, prefiere el elemento sorpresa y le gusta ver pasar las transiciones, por eso no invita a las poses.
“No me interesa ser inteligente. Estoy interesado en dejar que la situación se desarrolle frente a mí y alejarme con una imagen digna. Intento no comenzar un proyecto con un concepto demasiado definido y restrictivo. Es más instintivo que eso”, indica.
“Dejaré que el trabajo se acumule y luego daré un paso atrás y lo veré como un todo, veré qué está pasando. Como decir… ¡Mmmm, eso es lo que estoy haciendo!”, explica.
Una habitación invisible
Para fotografiar besos se requiere mucha paciencia. “En algún momento, sin embargo, mi tema se involucra en el proceso y se convierte en una colaboración, nunca quiero sentir que estoy corriendo hacia ellos para robar una instantánea”.
Es como una habitación invisible que toma forma alrededor de la pareja y el artista. “Me fascina cómo construimos espacios muy privados en áreas públicas. Busco personas o parejas que están en ese espacio, así que me acerco con cuidado, tratando de no romper lo que construyeron. Todo está bastante tranquilo. En los mejores momentos, hay una verdadera comunión. Es como gatos tocándose las narices”.
¿Qué quiere mostrar Eduardo Méndez a sus espectadores?
“Espero que se relacionen con algunos de los sentimientos que capto en las imágenes. Que vean a las personas como personas, sin importar de dónde son. Lo importante es que ocupamos el mismo espacio. Trato de capturar lo que significa ser humano en entornos donde no estamos amenazados”.
Eduardo Méndez es un fotoperiodista nacido en Barquisimeto, Venezuela. Egresó en 2011 de la Universidad Católica Cecilio Acosta con el título de Comunicador Social e inició su experiencia laboral a los 18 años en un periódico local. A partir de ese momento se destacó por la impecabilidad y creatividad de su trabajo.
Desde 2015 reside en México y tiene más de 14 años detrás de una cámara. Estas vivencias le han permitido desarrollar su propio lenguaje fotográfico y participar en festivales en Venezuela, publicaciones en revistas internacionales y en libros, valiéndole el galardón de Periodismo Nacional Simón Bolívar y Deportivo de su país.
En una fusión de historia, espiritualidad y tradición, el Jueves Santo emerge como un día crucial en el calendario litúrgico cristiano. En los relatos bíblicos de San Lucas, San Juan, San Marcos y San Mateo, se encuentran los pilares que sustentan esta conmemoración. La última cena, un simbolismo tan profundo como la fe misma, donde Jesús compartió un momento trascendental con sus 12 discípulos. Esta cena, conocida también como la Santa Cena, resonó con la tradición judía al incluir el cordero pascual, trazando así un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En un gesto de profunda humildad, el lavatorio de los pies se erige como un acto de amor y servicio. Jesús, en un acto conmovedor, lavó los pies de sus discípulos, desafiando así las barreras sociales y enseñando la esencia del verdadero liderazgo. La narrativa bíblica también nos transporta al huerto de Getsemaní, donde Jesús, en un momento de angustia, buscó fuerza en la oración antes de enfrentar su destino. Este episodio conmueve por su humanidad y su conexión con las luchas espirituales de la humanidad. El arresto de Jesús a manos de Judas Iscariote sella el dramatismo de este día, marcando el inicio de los eventos que llevarían a la crucifixión y resurrección, pilares fundamentales de la fe cristiana. El Jueves Santo, marcado por su movilidad en el calendario, no se limita a una fecha fija, sino que se ajusta al ciclo lunar y estacional, subrayando así su conexión con los ritmos naturales y celestiales. En resumen, el Jueves Santo trasciende las páginas de la historia para impregnar nuestras vidas con su profundo significado espiritual. Desde la última cena hasta el arresto, este día nos invita a reflexionar sobre el amor, la humildad y la fortaleza en medio de la adversidad. ¡Cada momento cuenta en la narrativa del Jueves Santo! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias