La Universidad Metropolitana se dirige a la opinión pública en general ante la grave situación de las comunidades universitarias nacionales, que se extiende a todo el sistema educativo nacional.
En las últimas décadas, con una grave agudización en el último septenio, la actitud hostil desde el Estado hacia las Universidades autónomas y hacia el conocimiento en general, sumada a la situación de crisis económica y de servicios públicos generalizada, han mermado en la práctica el derecho a la educación.
Durante este último año, en el cual el mundo ha vivido en la angustia existencial que implica la pandemia del Covid-19, las consecuencias de esta hostilidad se han evidenciado en una sociedad crecientemente desigual: se ha incrementado la brecha educativa por la parálisis de hecho de todos los niveles de la educación pública, y se ha demostrado la incapacidad de los servicios públicos de atender a las poblaciones más vulnerables.
La Universidad Metropolitana, como institución de educación superior de gestión privada, no es ajena al sufrimiento de nuestras comunidades hermanas en las universidades nacionales. A la imagen de los campus solitarios e invadidos por el hampa y la maleza, se le suma el desolador panorama social: Compañeros, colegas, colaboradores y amigos han visto trastocadas sus vidas por penurias económicas y sanitarias; actuales y futuros estudiantes ven perjudicados sus años de formación intelectual. Todo esto dejará secuelas irreparables en el sistema educativo nacional.
Hasta ahora, la respuesta Estatal ante este drama ha sido por una parte, una presión compulsiva para retornar a los campus, sin que se haya controlado la propagación de la pandemia, ni se hayan mejorado sustancialmente las condiciones de los centros asistenciales que reciben a un creciente número de afectados; por otra parte, la promoción unilateral de mecanismos de control social y político solapados de un sistema salarial de por sí insuficiente.
Ante este cuadro, sumándonos a reiterados llamados de sectores de la sociedad civil, y al reciente comunicado del grupo de Universidades que hacen vida en la Asociación Venezolana de Rectores, hacemos un llamado a los organismos públicos y particulares de salud, para sumar esfuerzos en planes masivos de vacunación que priorice primeramente a las poblaciones más vulnerables y en riesgo, en la cual se incluyen miembros del personal sanitario prioritario nacional, casi todos vinculados a comunidades universitarias.
De la misma manera, exhortamos categóricamente a los responsables del poder en el país que, junto con un plan de inmunización masiva con vacunas avaladas científicamente, se refuercen las medidas para bajar la transmisión (incluyendo paliativos ante sus consecuencias económicas y sociales), y se mejore la capacidad de atención disponible, en atención a las recomendaciones sobre el particular de las Academias de Medicina y de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.
El país sigue sufriendo las consecuencias de una emergencia humanitaria compleja, agravadas por la pandemia global. La conciencia de los responsables del bienestar nacional debe atender a los múltiples llamados de la Nación, por encima de su interés político o particular coyuntural.
Desde la Universidad Metropolitana, en su Consejo Académico. Caracas, 8 de abril de 2020.
Desde los cimientos del activismo ambiental hasta la urgente llamada a la acción de hoy, el Día de la Tierra ha evolucionado desde su modesto comienzo en 1968 hasta convertirse en un movimiento global que busca la preservación de nuestro planeta. En aquel entonces, el Servicio de Salud Pública de EE. UU. organizó el Simposio de Ecología Humana, un punto de partida crucial donde los estudiantes escucharon a científicos destacados hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana. Dos años más tarde, en 1970, el senador y activista ambiental Gaylord Nelson propuso la creación de una agencia ambiental, desencadenando una manifestación masiva que atrajo a miles de estudiantes y comunidades de todo Estados Unidos. Esta presión social culminó en la creación de la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinadas a proteger nuestro medio ambiente, sentando así las bases para el movimiento ambiental moderno. En 1972, la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo reunió a líderes mundiales para abordar los problemas ambientales a escala global, marcando un hito en la conciencia ambiental mundial. El lema del Día Internacional de la Madre Tierra para el año 2024, “Planeta vs plásticos”, subraya la urgencia de abordar la crisis de los plásticos. La necesidad de reducir la producción de plásticos en un 60% para el año 2040 es imperativa, ya que estos contaminantes afectan directamente la salud humana y la salud del planeta. Es fundamental y urgente la necesidad de acabar con los plásticos por el bien de la salud humana y del planeta. Desde sus modestos inicios hasta su papel actual como plataforma para la conciencia ambiental global, el Día de la Tierra continúa inspirando a personas de todo el mundo a unirse en la lucha por un futuro sostenible. ¡Cada gesto cuenta en esta batalla por nuestro hogar compartido! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias