· La tercera entrega de esta colección está dedicada al fomento de valores y buenas prácticas para estimular la lecto-escritura
Fundación Empresas Polar presentó el libro Lo escribo yo. Mi familia, escrito por Maite Rotaeche e ilustrado por Gisela Arévalo, como parte de su compromiso de continuar ofreciendo materiales didácticos y al alcance de todos, que contribuyan a la educación de calidad.
La obra, diseñada para estimular el desarrollo de la creatividad de los jóvenes lectores, está integrada por 19 capítulos con un contenido que lleva al niño de la mano para que escriba historias libremente, desde sus afectos y experiencia propia. Al cierre, se ofrece un capítulo con orientaciones para el adulto que ejerce como mediador del proceso, de forma que se convierta en buen cómplice de las creaciones escritas.
“Convencidos de la importancia de fomentar el valor del trabajo creativo, en Fundación Empresas Polar celebramos la entrega de esta obra, en la cual se ofrece un cofre de sorpresas para que el niño experimente el placer de leer, se encuentre consigo mismo, con su potencialidad y con la libertad de crear y sentir el orgullo de escribir su historia y producir sus propios relatos”, expresó Leonor Giménez de Mendoza, Presidenta de Fundación Empresas Polar.
“Comulgamos con la idea de fomentar una educación de calidad bajo una visión integral”, agregó la presidenta de la institución. “Nuestro norte sigue siendo la formación del capital de relevo y estamos seguros de que esta significativa pieza contribuirá en la construcción de la nación que todos queremos, en armonía con el ambiente y en pro de una convivencia sana”.
Gisela Goyo, coordinadora de Ediciones Fundación Empresas Polar, apuntó por su parte que la publicación es más que un libro. “Incluye picardías que llevan al pequeño lector a que explore todo su potencial. La meta es que aprenda a expresar sus ideas, a inventar historias, registrar datos, crear personajes y que entre en contacto expresamente con nociones acerca del valor de la familia, el trabajo, la solidaridad y el respeto por el otro”.
Lo escribo yo. Mi familia, es el tercer título de la colección, antecedida por Lo escribo Yo (Mano Chucho) y Lo escribo yo. Mi comunidad.
“Fieles a nuestra política editorial, a la fecha de la presentación de esta obra se donó 60% del total de libros impresos a las bibliotecas de aquellas escuelas con las que trabajamos a lo largo y ancho del país.
Igualmente, una vez se agote la versión impresa, Lo escribo yo. Mi familia, podrá ser descargado desde BiblioFEP, la plataforma educativa en línea de Fundación Empresas Polar”, agregó Goyo.
La Organización de las Naciones Unidas proclama el 18 de septiembre como Día Internacional de la Igualdad Salarial, con la finalidad de resaltar la importancia de equipar la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. La igualdad salarial o igualdad de remuneración se refiere al derecho de hombres y mujeres a recibir una remuneración equitativa por trabajos de igual valor. Este concepto considera factores como competencias, condiciones laborales, calificaciones y niveles de responsabilidad en el desempeño del puesto. Además, la igualdad salarial refuerza los derechos humanos y la igualdad de género, y cuenta con el respaldo de actores clave como la comunidad internacional, la sociedad civil, agencias de ONU Mujeres, los Estados Miembros y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como antecedente histórico, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1951 se estableció el Convenio sobre Igualdad de Remuneración, reconocido como el primer instrumento internacional que impulsó la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, ocupando posiciones en la primera línea de producción en varios países. La creación de este convenio surgió como respuesta a la desigualdad salarial, vista como una clara forma de discriminación laboral. Este hito marcó el comienzo de un avance significativo hacia una mayor igualdad de género en el mercado laboral, estableciendo las bases para eliminar brechas económicas y promover un entorno laboral más justo e inclusivo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La leyenda de Rómulo y Remo narra la historia de los fundadores míticos de Roma. Según el relato, Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas, estableció la ciudad de Alba Longa a orillas del río Tíber. A lo largo de los años, sus descendientes reinaron sobre esta ciudad, hasta llegar a Numitor y su hermano Amulio. Amulio destronó a Numitor y, para evitar que tuviera descendencia que reclamara el trono, obligó a su hija, Rea Silvia, a convertirse en sacerdotisa de la diosa Vesta, asegurando así su virginidad. Sin embargo, Marte, el dios de la guerra, se unió a Rea Silvia, quien dio a luz a los gemelos Rómulo y Remo. Temiendo por su vida, Amulio ordenó que los recién nacidos fueran arrojados al Tíber en una canasta. La corriente los llevó hasta la zona de las siete colinas, cerca de la desembocadura del Tíber. Allí, una loba llamada Luperca los descubrió mientras bebía agua. Ella los llevó a su guarida en el Monte Palatino y los amamantó hasta que un pastor los encontró. El pastor y su esposa criaron a los mellizos, quienes al llegar a la adultez restauraron a Numitor en el trono de Alba Longa. Rómulo y Remo decidieron fundar una nueva ciudad como colonia de Alba Longa en el lugar donde la loba los había protegido. Así nació Roma, con Rómulo y Remo como sus primeros reyes. El mito de la loba que amamantó a los gemelos ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos creen que la loba fue en realidad una mujer que cuidó de ellos, ya que el término latino “lupa” también se usaba para referirse despectivamente a las prostitutas de la época. Este relato, cargado de simbolismo, es fundamental para entender el origen mítico de una de las civilizaciones más influyentes de la historia. https://www.tiktok.com/@mscnoticias