El Dr. José Gregorio Hernández nace en Isnotú, estado Trujillo. Estudia primeras letras en su pueblo natal y se traslada luego a Caracas, para estudiar en el Colegio Villegas. Estudia Medicina la Universidad Central de Venezuela, graduándose el 29 de junio de 1888. Presentó su tesis en: La doctrina de Laennec y La Fiebre Tifoidea en Caracas”, ambos relacionados con enfermedades bacterianas. Es considerado Fundador de la Bacteriología en Venezuela. Luego se traslada a su tierra natal para hacer medicina rural, donde recibe la noticia de que fue becado para cursar en Paris, estudios de Microscopía, Bacteriología, Histología y Fisiología Experimental.
José Gregorio Hernández, era un médico de un espíritu superior, entregado a su ejercicio, por entero, sin ningún afán de lucro, para quien la práctica de la medicina era una oportunidad de actuar en nombre de Dios, por lo que no aspiraba remuneración alguna por su trabajo.
El milagro aprobado por el Vaticano, que acerca a José Gregorio Hernández a la beatificación, se trata de una niña de 13 años que el 8 de marzo de 2017 sufrió un disparo en la cabeza de ladrones que le robaban la motocicleta a su padre, lo que le provocó una pérdida de masa encefálica.
El 29 de junio de 1919 en horas de la tarde, José Gregorio Hernández salió a la esquina de Cardones a atender a una enferma de escasos recursos, pero no pudo llegar porque fue atropellado en la esquina de Amadores, La Pastora, Caracas, Venezuela, y fue trasladado al Hospital Vargas, donde falleció por fractura en el cráneo ocasionada por el atropello.
El pasado 19 de Junio del 2020 la Conferencia Episcopal Venezolana anunció que el El Vaticano había oficializado la beatificación del doctor José Gregorio Hernández.
En un comunicado oficial emitido por la Santa Sede, resaltó la fuerte vocación religiosa de José Gregorio Hernández. “Comprendió que Dios lo estaba llamando a la vida laical, y se convirtió en Terciario Franciscano, de modo que, como san Francisco de Asís, reconoció el rostro de Jesús en cada enfermo”, puntualizó el Vaticano.
Además, el Vaticano señala que “una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se la daba”.
El sombrero, más que una simple prenda de vestir, ha sido un accesorio esencial a lo largo de la historia, con funciones que van desde la protección contra el clima hasta el reflejo de la identidad cultural. Compuesto por una copa y un ala que la rodea, su versatilidad lo ha convertido en un objeto emblemático. Se estima que su origen se remonta al Antiguo Egipto, donde los tocados reflejaban el estatus social. En la antigua Grecia, el gorro frigio era símbolo de libertad para los esclavos liberados. Otros diseños destacados fueron el píleo (Pilleus), una pieza ajustada sin ala, y el pétaso (Petasus), reconocido como el primer sombrero con ala, ideal para protegerse del sol durante los viajes. Con el paso de los siglos, el sombrero ha evolucionado no solo en materiales y estilos, sino también en su significado. Ha pasado de ser una herramienta de necesidad a un elemento de moda, adoptado en diversas culturas y épocas. Hoy en día, los sombreros no solo se asocian con la funcionalidad, sino que también son un símbolo de elegancia y personalidad, adaptándose a las tendencias contemporáneas sin perder su esencia histórica. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La celebración del Espíritu de la Navidad es una tradición que combina elementos espirituales y culturales, especialmente popular en varios países de América Latina y algunas partes de Europa. Esta festividad ocurre el 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, marcando el día más corto y la noche más larga del año. Se considera un momento de reflexión, renovación y apertura para atraer energías positivas, armonía y prosperidad. Origen y significado Aunque no tiene un origen religioso específico, la celebración está vinculada al simbolismo de la luz que vence a la oscuridad, un concepto presente en muchas culturas. En esta fecha, se invita al Espíritu de la Navidad, una entidad simbólica asociada con la abundancia, el amor y la paz, a llenar los hogares con bendiciones. Rituales comunes Durante la noche del 21 de diciembre, las familias suelen reunirse para realizar rituales que promuevan la armonía y la prosperidad. Algunos de estos incluyen: Escribir deseos: Se escriben en papel los anhelos para el próximo año, tanto personales como colectivos. Limpiezas energéticas: Se realizan limpiezas en el hogar con incienso, velas aromáticas o aceites esenciales para atraer buenas energías. Cena especial: Se comparte una comida sencilla, generalmente vegetariana, en un ambiente de gratitud. Donaciones: Se fomenta el acto de dar, ya sea con regalos simbólicos o ayuda a quienes lo necesitan. Significado actual Hoy en día, el Espíritu de la Navidad es visto como una oportunidad para conectarse con lo esencial, reflexionar sobre el año que termina y proyectar intenciones positivas para el futuro. Más allá de las creencias personales, es una práctica que invita a valorar la gratitud, el amor y la generosidad como pilares para iniciar un nuevo ciclo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias