San Cristóbal, 21 de mayo de 2020 (Prensa Deportivo Táchira).- Nació en Montevideo el 24 de noviembre de 1950 y en sus primeros pasos por el fútbol, no se imaginó que habría un profundo amor por el estado Táchira y su capital, San Cristóbal.
Se trata de “La Bruja” Julio César Silvera Blanco, quien llegó proveniente del laureado Nacional de Montevideo, con el objetivo de integrar las filas del Deportivo San Cristóbal en el año 1975 y aunque no pasaba por su mente quedarse en suelo venezolano, la tierra tachirense le encantó de tal manera, que se estableció para siempre.
El estratega charrúa, José “Pocho” Gil, fue el “culpable” de ese idilio, por cuanto fue quien lo convenció para que dejara el río de La Plata y viajara a la “Pequeña Venecia”, a defender los colores del San Cristóbal, aunque de una manera “engañosa”, por así decirlo.
“La persona que me trajo, me dijo que San Cristóbal era una ciudad balnearia. Yo vi el mapa y noté el Lago de Maracaibo cerca. En aquellos años, cuando veíamos por la televisión a blanco y negro, la araña y los pozos petroleros, pensábamos que habían super carreteras y autopistas para llegar a ese famoso balneario”, expresó.
En la tertulia, Silvera recordó que Esteban Beracochea fue quien introdujo las franjas en el uniforme del equipo, el cual era amarillo con vivos negros.
“Beracochea fue quien le comentó al técnico ‘Pocho’ Gil, la idea de conseguir unas franelas a rayas amarillas y negras, las cuales había enviado el club Atlético Peñarol de Uruguay”, expuso.
Tras quedar subcampeón de la Copa Venezuela en 1975 con el San Cristóbal, Silvera se trasladó a Mérida donde jugó un par de temporadas, pero el amor que ya había echado raíces en su corazón por la ciudad cordial, le hizo retornar en 1979.
Aunque no recuerda la cantidad de los goles que anotó jugando como extremo izquierdo, ese año sumó varias dianas, las cuales fueron vitales para alzar el primer trofeo, la inédita estrella para el equipo amarillo y negro.
¿Por qué “La Bruja”?
Tras hacer una pausa de cinco segundos, Silvera respondió que ese apodo se lo ganó de chico, en una época en la que era reconocido Juan Ramón “La Bruja” Verón, delantero de Estudiantes La Plata de Argentina, por ser caprichoso.
“Jugando en un equipo de la familia, donde estaba con mi padre y mi hermano mayor, me pusieron ‘La Bruja’ porque yo era medio caprichoso, no quería entregar el balón y el ‘Negro’ Barrio me bautizó y así quedé”, relató.
Julio César es padre de Julio Leonardo, nacido en Uruguay, de Pablo Mauricio (quien nació en Mérida) y de María José Silvera Coutinho da Silva (oriunda de San Cristóbal).
Actualmente, tiene un negocio familiar ubicado en Barrio Obrero, el cual está plagado de historia, con poster y caricaturas dedicadas al fútbol y a los colores amarillo y negro.
Se trata de un local donde más que vender comida rápida, comparte y conversa con quienes llegan allí, no solo para deleitarse con una suculenta hamburguesa a la brasa con estilo uruguayo, sino para convivir en familia y conocer historias de su época como futbolista, tanto en su natal Uruguay como en su adorada San Cristóbal. FIN/ Daniel Suárez. Fotos: Archivo DTFC/ Gennaro Pascale.
La Semana Santa, más que un feriado, es un período cargado de tradiciones arraigadas que invitan a la reflexión y la renovación espiritual. Una de estas prácticas significativas es la visita a los siete templos, una experiencia que trasciende la mera observancia para sumergirse en un profundo acto de devoción y conexión con la historia bíblica. La tradición, que se inicia la noche del Jueves Santo y culmina en la mañana del Viernes Santo, tiene sus raíces en Roma gracias a San Felipe Neri, y desde entonces ha reverberado en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de respeto hacia Jesús y su sacrificio por la humanidad. Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Jueves Santo marca un momento crucial en la historia cristiana: la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, donde instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Este acto simboliza el inicio de un camino hacia la redención, hacia la reconciliación con el prójimo y la interiorización de los valores de caridad promovidos por Jesús. Al recorrer los siete templos, los fieles no solo están siguiendo los pasos físicos de Jesús desde su captura hasta su crucifixión, sino que están participando en un acto de comunión espiritual, acompañando al Salvador en su trayectoria hacia el sacrificio y la resurrección. Cada uno de los siete templos representa una etapa crucial en este recorrido espiritual: Desde el Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní, donde Jesús oró y sudó sangre. Desde el huerto de Getsemaní hasta la casa de Anás, donde fue interrogado y maltratado. Desde la casa de Caifás hasta la primera comparecencia ante Poncio Pilatos, donde fue acusado injustamente. Desde la confrontación con Herodes hasta la segunda comparecencia ante Pilatos, donde fue sentenciado a muerte. Finalmente, desde la casa de Pilatos hasta el Monte Calvario, donde Jesús cargó con la cruz, fue crucificado y sepultado. Cada estación de este camino sagrado invita a los creyentes a reflexionar sobre el significado más profundo de la Pasión de Cristo y a renovar su compromiso con los valores cristianos de amor, perdón y redención. La visita a los siete templos se convierte así en una experiencia transformadora que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, guiando a los fieles hacia una conexión más íntima con su fe y su salvación. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias