Y sataniza el capital
(Valencia-Venezuela). El abogado y profesor universitario Leoncio Landáez afirma que la Ley de Precios Acordados de 2018 no deroga la Ley de Precios Justos de 2015, solo que 3 años después, trató de “flexibilizar” el desdén por el mercado que la ley de Precios Justos causó (Dakazo, desabastecimiento, escasez, inflación, corrupción).
El dos veces presidente de la Asociación de Ejecutivos del estado Carabobo y actual Secretario de Fedecámaras Carabobo sostiene que “ambas normas atentan contra las libertades económicas y derecho a la propiedad establecidos en la constitución, promueven la satanización del capital, la falta de inversión y la innovación en la optimización de la estructura costo de la industria/comercio.”
A través de sus redes sociales @Leonciopablo, Landáez –indica- que la Ley de Precios Acordados con 11 artículos solo regula a quienes el ejecutivo nacional haya convocado para “fijar” (no acordar) productos considerados
“priorizados” por el Estado, siendo que todo productor que no haya sido convocado para fijar sus precios, seguirá normado por la Ley de Precios Justos, y entre otras, la obligación de mantener el máximo de 30% de utilidad luego de costos y gastos máximos fijados.
“Se debe resaltar que la Ley de Precios Justos mantiene vigente los delitos: expendio de bienes vencidos, especulación, importación de bienes nocivos, alteración fraudulenta, acaparamiento, boicot, reventa, condicionamiento, contrabando, usura, entre otros.”
Landáez reflexiona “se nos inculcó que el valor de un producto proviene de su costo; no. Peor, que el precio del producto lo acuerda el productor con el Estado; no. El valor de un producto lo fija el mercado, lo acuerda vendedor y comprador”. No importa la estructura costo, capacidad instalada o calidad de un producto, si nadie lo quiere: se tiene el ejemplo actual del petróleo (se le tiene que pagar al comprador para que se lo lleve).
Al contrario, si todos lo quieren, vale más.
Concluye indicando que solo el estímulo a la inversión creará más empresas, éstas, más empleo y más impuestos para el Estado; en conclusión, más bienestar para todos. “Tanto Estado como sea necesario, tanto mercado como sea posible”.
El tercer lunes de enero es el día más triste del año. El Blue Monday, o Lunes Triste, es un fenómeno que ha capturado la atención de muchos, especialmente a nivel emocional y psicológico. Según el psicólogo Cliff Arnald, este día, que ocurre el tercer lunes de enero, es considerado el más triste del año. La combinación de factores emocionales y físicos que afectan a las personas durante este período contribuye a que muchos lo vivan con un sentimiento de depresión o desánimo. Tras las celebraciones navideñas, muchas familias aún no se han recuperado, tanto a nivel económico como emocional. Los excesos durante las fiestas, la falta de rutinas y el descontrol de la temporada festiva generan un desequilibrio en la vida diaria de las personas. A esto se suma la presión de los propósitos de Año Nuevo, que suelen parecer más difíciles de alcanzar conforme avanzan los días. Las metas, que en un inicio se veían como una motivación, se convierten en un recordatorio de las dificultades por superar, lo que provoca una profunda decepción. Este contexto emocional se ve reflejado en un alto índice de personas que sienten que sus expectativas para el inicio del año se desmoronan rápidamente. El Blue Monday se convierte así en un día emblemático para aquellos que se enfrentan a esta realidad emocional. Sin embargo, más allá del fenómeno en sí, es importante considerar que este sentimiento de tristeza puede ser superado si se cuentan con las herramientas adecuadas para enfrentar los desafíos personales, laborales y emocionales. Es fundamental reconocer este fenómeno como un proceso natural y tomar conciencia de la importancia de la salud mental para poder seguir adelante con una actitud positiva y resiliente. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La celebración del Espíritu de la Navidad es una tradición que combina elementos espirituales y culturales, especialmente popular en varios países de América Latina y algunas partes de Europa. Esta festividad ocurre el 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, marcando el día más corto y la noche más larga del año. Se considera un momento de reflexión, renovación y apertura para atraer energías positivas, armonía y prosperidad. Origen y significado Aunque no tiene un origen religioso específico, la celebración está vinculada al simbolismo de la luz que vence a la oscuridad, un concepto presente en muchas culturas. En esta fecha, se invita al Espíritu de la Navidad, una entidad simbólica asociada con la abundancia, el amor y la paz, a llenar los hogares con bendiciones. Rituales comunes Durante la noche del 21 de diciembre, las familias suelen reunirse para realizar rituales que promuevan la armonía y la prosperidad. Algunos de estos incluyen: Escribir deseos: Se escriben en papel los anhelos para el próximo año, tanto personales como colectivos. Limpiezas energéticas: Se realizan limpiezas en el hogar con incienso, velas aromáticas o aceites esenciales para atraer buenas energías. Cena especial: Se comparte una comida sencilla, generalmente vegetariana, en un ambiente de gratitud. Donaciones: Se fomenta el acto de dar, ya sea con regalos simbólicos o ayuda a quienes lo necesitan. Significado actual Hoy en día, el Espíritu de la Navidad es visto como una oportunidad para conectarse con lo esencial, reflexionar sobre el año que termina y proyectar intenciones positivas para el futuro. Más allá de las creencias personales, es una práctica que invita a valorar la gratitud, el amor y la generosidad como pilares para iniciar un nuevo ciclo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias