26 de marzo: un día para tomar conciencia
El 26 de marzo es el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, aprovechamos esta ocasión para alertar y crear conciencia sobre esta patología, una enfermedad que afecta en gran porcentaje a las mujeres jóvenes.
A escala mundial, es el tercer tipo de cáncer más frecuente en las mujeres. En Venezuela, es el segundo, después del cáncer de mama, registrándose como el más frecuente en mujeres jóvenes, sobre todo en edades comprendidas entre los 35 y 55 años.
El cáncer de cuello uterino o cáncer cervical se origina en las células que revisten el cuello uterino, la parte inferior del útero (matriz). Estas células no se tornan en cáncer de repente, sino que las células normales del cuello uterino primero se transforman gradualmente con cambios precancerosos, que si progresan se tornan malignos.
La Dra. María Belén Fuentes, oncólogo de Oncosalud, señaló que: “se usan varios términos para describir estos cambios precancerosos, incluyendo neoplasia intraepitelial cervical (NIC), lesión intraepitelial escamosa (LIE) y displasia. Estos cambios se pueden detectar mediante la prueba de Papanicolaou (citología) y se pueden tratar para prevenir el desarrollo del cáncer”.
El VPH es responsable de más del 90% de los casos
Varios factores de riesgo aumentan la probabilidad de padecer cáncer de cuello uterino. El factor de riesgo más importante es la infección con el virus del papiloma humano (VPH). Sin embargo, existen otros factores como el tabaquismo; las fumadoras tienen aproximadamente el doble de probabilidades respecto a las no fumadoras de padecer este tipo de cáncer, otro de ellos es el sobrepeso, la malnutrición y el uso continuo de anticonceptivos orales.
Un enemigo silente
Las mujeres con cáncer de cuello uterino en etapa temprana y lesiones premalignas usualmente no presentan síntomas. Los síntomas a menudo no comienzan hasta que el cáncer se torna invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son: sangrado vaginal anormal, una secreción vaginal inusual (la secreción puede contener algo de sangre y se puede presentar entre sus periodos o después de la menopausia) y dolor durante las relaciones sexuales (coito), destacó la Dra. Fuentes.
La prueba de Papanicolaou es una prueba de detección, no de diagnóstico. Por lo tanto, el resultado anormal de una prueba de Papanicolaou podría significar que es necesario realizar otras pruebas como la colposcopia (con biopsia) y un raspado endocervical, con el fin de determinar si en realidad hay un cáncer o una lesión premaligna.
Después de que la mujer ha sido diagnosticada con cáncer de cuello uterino, los médicos tratarán de determinar si el cáncer se ha extendido fuera del cuello uterino y, de ser así, qué tanto. Este proceso es referido como estadificación. Las etapas del cáncer de cuello uterino van desde la etapa I (1) a la IV (4). Por regla general, mientras más bajo sea el número, la extensión del cáncer es menor. Un número más alto, como la etapa IV, significa un cáncer más avanzado.
Las opciones para tratar a cada paciente con cáncer de cuello uterino dependen de la etapa de la enfermedad así como también pueden influir en sus opciones la edad del paciente, estado general de salud, circunstancias individuales y preferencias.
Detección temprana es la clave
El tratamiento de todas las condiciones previas al cáncer puede ser sencillo con procedimientos quirúrgicos, que van desde una electro fulguración de las lesiones en el cuello uterino hasta la realización de un procedimiento quirúrgico denominado cono de cuello uterino, mediante el cual se elimina toda la zona enferma, manteniendo intacto el resto del útero. De esta manera el tratamiento en esta etapa es más económico, más sencillo y mantiene la posibilidad reproductiva de la mujer.
Este tipo de cáncer es prevenible, debido a que pueden pasar de 10 a 15 años desde que la persona adquiere la infección por el VPH hasta que se convierte en una lesión maligna, por esta razón, es sumamente importante que la mujer acuda al médico, con el fin de lograr el diagnóstico oportuno y reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.
La Semana Santa, más que un feriado, es un período cargado de tradiciones arraigadas que invitan a la reflexión y la renovación espiritual. Una de estas prácticas significativas es la visita a los siete templos, una experiencia que trasciende la mera observancia para sumergirse en un profundo acto de devoción y conexión con la historia bíblica. La tradición, que se inicia la noche del Jueves Santo y culmina en la mañana del Viernes Santo, tiene sus raíces en Roma gracias a San Felipe Neri, y desde entonces ha reverberado en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de respeto hacia Jesús y su sacrificio por la humanidad. Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Jueves Santo marca un momento crucial en la historia cristiana: la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, donde instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Este acto simboliza el inicio de un camino hacia la redención, hacia la reconciliación con el prójimo y la interiorización de los valores de caridad promovidos por Jesús. Al recorrer los siete templos, los fieles no solo están siguiendo los pasos físicos de Jesús desde su captura hasta su crucifixión, sino que están participando en un acto de comunión espiritual, acompañando al Salvador en su trayectoria hacia el sacrificio y la resurrección. Cada uno de los siete templos representa una etapa crucial en este recorrido espiritual: Desde el Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní, donde Jesús oró y sudó sangre. Desde el huerto de Getsemaní hasta la casa de Anás, donde fue interrogado y maltratado. Desde la casa de Caifás hasta la primera comparecencia ante Poncio Pilatos, donde fue acusado injustamente. Desde la confrontación con Herodes hasta la segunda comparecencia ante Pilatos, donde fue sentenciado a muerte. Finalmente, desde la casa de Pilatos hasta el Monte Calvario, donde Jesús cargó con la cruz, fue crucificado y sepultado. Cada estación de este camino sagrado invita a los creyentes a reflexionar sobre el significado más profundo de la Pasión de Cristo y a renovar su compromiso con los valores cristianos de amor, perdón y redención. La visita a los siete templos se convierte así en una experiencia transformadora que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, guiando a los fieles hacia una conexión más íntima con su fe y su salvación. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias