Las filtraciones masivas de credenciales corporativas son cada vez más frecuentes. Tras escándalos como los protagonizados en los últimos doce meses por plataformas como Ashley Madison, Dropbox o Yahoo, el robo de contraseñas de gigantes de internet parece haberse convertido, tristemente, en algo más que una excepción.
Si bien cabría pensar que los principales afectados por este tipo de filtraciones son los internautas de a pie, lo cierto es que las grandes corporaciones no se escapan. A pesar de la seguridad que las empresas pueden contratar para sus sistemas, lo cierto es que un reciente estudio devela que el 97 % de las 1.000 compañías más grandes del mundo se ven afectadas por estas filtraciones provocadas por ciberdelincuentes.
Muchos usuarios recurren a su correo corporativo a la hora de abrir una cuenta en cualquiera de esos servicios que, pasado el tiempo, sufren algún tipo de ataque. Y la situación de riesgo puede llegar a ser mucho mayor en caso de que los empleados de la empresa utilicen siempre la misma contraseña, tanto para el correo profesional como para acceder a estas plataformas.
Según una investigación reciente, las filtraciones que más afectaron a las grandes compañías fueron las sufridas por LinkedIn, el pasado mes de mayo, y Adobe, en 2013. No es de extrañar que estos sean los robos de credenciales que más han comprometido la seguridad de otras empresas, pues lo habitual es que sus usuarios accedan a estos servicios por motivos profesionales, utilizando por tanto sus datos corporativos para ello.
No obstante, los casos de LinkedIn y Adobe no son los únicos que han puesto en peligro la ciberseguridad de la amplia mayoría de las multinacionales. De hecho, el estudio devela que la famosa filtración de credenciales de Ashley Madison también puso en peligro cientos de miles de contraseñas corporativas vinculadas a grandes empresas.
El peligro que supone que cualquiera de estas filtraciones afecte a las cuentas corporativas va mucho más allá del simple daño a la reputación de una empresa. De hecho, según un reciente informe del Ponemon Institute, el coste medio para las compañías por cada una de estas filtraciones es de 4 millones de dólares. Con estos datos, no queda duda de la necesidad de exigir que los empleados utilicen cuentas distintas a la corporativa y, por supuesto, que utilicen contraseñas distintas como una medida obligatoria de seguridad para cualquier organización.
El tercer lunes de enero es el día más triste del año. El Blue Monday, o Lunes Triste, es un fenómeno que ha capturado la atención de muchos, especialmente a nivel emocional y psicológico. Según el psicólogo Cliff Arnald, este día, que ocurre el tercer lunes de enero, es considerado el más triste del año. La combinación de factores emocionales y físicos que afectan a las personas durante este período contribuye a que muchos lo vivan con un sentimiento de depresión o desánimo. Tras las celebraciones navideñas, muchas familias aún no se han recuperado, tanto a nivel económico como emocional. Los excesos durante las fiestas, la falta de rutinas y el descontrol de la temporada festiva generan un desequilibrio en la vida diaria de las personas. A esto se suma la presión de los propósitos de Año Nuevo, que suelen parecer más difíciles de alcanzar conforme avanzan los días. Las metas, que en un inicio se veían como una motivación, se convierten en un recordatorio de las dificultades por superar, lo que provoca una profunda decepción. Este contexto emocional se ve reflejado en un alto índice de personas que sienten que sus expectativas para el inicio del año se desmoronan rápidamente. El Blue Monday se convierte así en un día emblemático para aquellos que se enfrentan a esta realidad emocional. Sin embargo, más allá del fenómeno en sí, es importante considerar que este sentimiento de tristeza puede ser superado si se cuentan con las herramientas adecuadas para enfrentar los desafíos personales, laborales y emocionales. Es fundamental reconocer este fenómeno como un proceso natural y tomar conciencia de la importancia de la salud mental para poder seguir adelante con una actitud positiva y resiliente. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La celebración del Espíritu de la Navidad es una tradición que combina elementos espirituales y culturales, especialmente popular en varios países de América Latina y algunas partes de Europa. Esta festividad ocurre el 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, marcando el día más corto y la noche más larga del año. Se considera un momento de reflexión, renovación y apertura para atraer energías positivas, armonía y prosperidad. Origen y significado Aunque no tiene un origen religioso específico, la celebración está vinculada al simbolismo de la luz que vence a la oscuridad, un concepto presente en muchas culturas. En esta fecha, se invita al Espíritu de la Navidad, una entidad simbólica asociada con la abundancia, el amor y la paz, a llenar los hogares con bendiciones. Rituales comunes Durante la noche del 21 de diciembre, las familias suelen reunirse para realizar rituales que promuevan la armonía y la prosperidad. Algunos de estos incluyen: Escribir deseos: Se escriben en papel los anhelos para el próximo año, tanto personales como colectivos. Limpiezas energéticas: Se realizan limpiezas en el hogar con incienso, velas aromáticas o aceites esenciales para atraer buenas energías. Cena especial: Se comparte una comida sencilla, generalmente vegetariana, en un ambiente de gratitud. Donaciones: Se fomenta el acto de dar, ya sea con regalos simbólicos o ayuda a quienes lo necesitan. Significado actual Hoy en día, el Espíritu de la Navidad es visto como una oportunidad para conectarse con lo esencial, reflexionar sobre el año que termina y proyectar intenciones positivas para el futuro. Más allá de las creencias personales, es una práctica que invita a valorar la gratitud, el amor y la generosidad como pilares para iniciar un nuevo ciclo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias