Durante los primeros 18 años recibimos el 90% del total de la radiación solar que percibiremos el resto de nuestra vida
En la etapa joven hay más exposición no controlada al sol, lo cual tiene efectos nocivos acumulativos, crónicos e irreversibles en la piel
A muchas personas les gusta disfrutar de la playa y el sol radiante, sin embargo pocas conocen los riesgos que esto implica. Generalmente se tiene un concepto errado con relación a la coloración que adquiere la piel al exponerla al sol; se cree que es sinónimo de belleza e incluso de salud y que mientras más oscura se torne, mejor es el bronceado. Pero lo cierto es que ese bronceado no es más que la expresión física de un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo para evitar el daño ocasionado ante repetidas y prolongadas exposiciones a las radiaciones UV.
En el vocabulario cotidiano se ha colado el término ¨bronceado saludable¨, pero éste no existe. Las radiaciones solares son responsables de lesiones agudas inmediatas (insolaciones) y de quemaduras solares tardías o crónicas que generan foto envejecimiento y queratosis actínica. En el primero se trata del envejecimiento prematuro, el desgaste cutáneo que le quita a la piel su elasticidad y lozanía. La queratosis se refiere a lesiones ocasionadas por el daño solar, expresadas en áreas de resequedad y rugosidad de la piel al tacto, localizadas en la cara, cuero cabelludo, cuello, dorso de manos y antebrazos y suelen ser consideradas como cáncer cutáneo.
La magnitud del daño producido por las radiaciones dependerá del tiempo de exposición de la persona a los rayos UV y de las características de la piel, ya que mientras más blanca sea, mayor probabilidad de daño tendrá. La edad también es un factor clave, tanto niños como ancianos son más sensibles. En estos grupos el uso del protector solar debe ser permanente y adecuado.
Las horas de mayor intensidad solar están comprendidas entre 10 de la mañana y 4 de la tarde. Los vidrios no impiden el efecto de los rayos UV; los claros transmiten el 72% de los mismos, lo que implica que la exposición puede ocurrir bien sea conduciendo el automóvil o en el interior de nuestras casas u oficinas. Casi el 50% de la exposición de rayos ultravioleta (UV) y rayos infrarrojos (IR) ocurre en lugares con sombra y esta cifra aumenta en las superficies reflectivas como nieve, arena y agua.
De todos estos datos se desprende la importancia del concepto de foto-educación, lo que llamamos coloquialmente el “cuidado de la piel”. El aprendizaje es clave a edades tempranas puesto que son los jóvenes quienes más se exponen al sol para estar a la moda con un tono de piel envidiable, sin saber que antes de cumplir veinte años, corren el riesgo de recibir el 90% de la radiación solar que una persona debería acumular durante toda su vida.
Por eso se insiste en que una excelente medida es el uso de bloqueadores solares con factor de protección no menor a 30+ (alta protección) y de máxima protección FPS 50+. Estos productos deben ser aplicados de manera abundante, por lo menos 20 minutos antes de la exposición solar, además de ser resistentes al agua y cosméticamente aceptables (comprobados por laboratorios especializados).
Recordemos que el FPS se refiere a la protección contra el enrojecimiento de la piel y que no existe un bronceado seguro o sin riesgos. Además del protector solar es recomendable usar ropa adecuada, sombreros de ala ancha (10cm) y lentes de sol, aún en días nublados.
La Semana Santa, más que un feriado, es un período cargado de tradiciones arraigadas que invitan a la reflexión y la renovación espiritual. Una de estas prácticas significativas es la visita a los siete templos, una experiencia que trasciende la mera observancia para sumergirse en un profundo acto de devoción y conexión con la historia bíblica. La tradición, que se inicia la noche del Jueves Santo y culmina en la mañana del Viernes Santo, tiene sus raíces en Roma gracias a San Felipe Neri, y desde entonces ha reverberado en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de respeto hacia Jesús y su sacrificio por la humanidad. Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Jueves Santo marca un momento crucial en la historia cristiana: la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, donde instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Este acto simboliza el inicio de un camino hacia la redención, hacia la reconciliación con el prójimo y la interiorización de los valores de caridad promovidos por Jesús. Al recorrer los siete templos, los fieles no solo están siguiendo los pasos físicos de Jesús desde su captura hasta su crucifixión, sino que están participando en un acto de comunión espiritual, acompañando al Salvador en su trayectoria hacia el sacrificio y la resurrección. Cada uno de los siete templos representa una etapa crucial en este recorrido espiritual: Desde el Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní, donde Jesús oró y sudó sangre. Desde el huerto de Getsemaní hasta la casa de Anás, donde fue interrogado y maltratado. Desde la casa de Caifás hasta la primera comparecencia ante Poncio Pilatos, donde fue acusado injustamente. Desde la confrontación con Herodes hasta la segunda comparecencia ante Pilatos, donde fue sentenciado a muerte. Finalmente, desde la casa de Pilatos hasta el Monte Calvario, donde Jesús cargó con la cruz, fue crucificado y sepultado. Cada estación de este camino sagrado invita a los creyentes a reflexionar sobre el significado más profundo de la Pasión de Cristo y a renovar su compromiso con los valores cristianos de amor, perdón y redención. La visita a los siete templos se convierte así en una experiencia transformadora que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, guiando a los fieles hacia una conexión más íntima con su fe y su salvación. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias