Por Nutrición Sin Más
@nutricionsinmas
Debido a la mala fama justificada que está ganando el azúcar, las personas que se preocupan un poco por su salud y quieren llevar una alimentación sana intentan evitar su consumo a toda costa.
Por este motivo, la industria alimentaria ha lanzado una variedad de productos etiquetados como “light”, caracterizados por contener edulcorantes artificiales libres de calorías en lugar de azúcares añadidos.
Un ejemplo de estos productos “light” son las bebidas endulzadas, a las que se les ha añadido sustancias artificiales como sacarina, ciclamato, aspartamo, acesulfamo-k o sucralosa, responsables de su sabor dulce.
Puesto que estos edulcorantes artificiales no contienen calorías, lo lógico es pensar que su etiquetado como “light” es correcto y que su consumo no provoca un aumento de peso.
Pero… ¿hasta qué punto son saludables estas sustancias artificiales? ¿Es verdad que no están asociadas con la obesidad u otras enfermedades metabólicas?
Analicemos la relación entre las bebidas “light” con edulcorantes artificiales y varias enfermedades:
Síndrome metabólico
Algunas de las señales que indican que una persona padece síndrome metabólico son las siguientes:
o Niveles elevados de triglicéridos.
o Niveles bajos de colesterol HDL.
o Presión sanguínea alta.
o Niveles elevados de glucosa en ayunas.
o Obesidad abdominal
Cuando se manifiestan 3 o más de estos síntomas, es muy probable que la persona padezca síndrome metabólico, un trastorno que puede provocar enfermedades cardíacas, diabetes y derrames cerebrales.
De acuerdo con varios estudios observacionales, el consumo de bebidas con edulcorantes artificiales aumenta en casi un 40 % el riesgo de síndrome metabólico.
Depresión y parto prematuro
Diversos estudios científicos han probado el vínculo existente entre el consumo de bebidas “light” endulzadas artificialmente y el riesgo (30 % mayor) de sufrir depresión.
Por otro lado, un estudio realizado en Dinamarca a 59 334 mujeres embarazadas concluyó que existía un 38 % más de riesgo de tener un parto prematuro cuando se consumía una ración de bebidas dietéticas al día y un 78 % más de riesgo cuando se consumían 4 raciones al día.
Diabetes tipo 2
La diabetes es una enfermedad que se asocia comúnmente con el consumo de azúcar y la obesidad.
Por este motivo, hay quien piensa que las bebidas “light” con edulcorantes artificiales (libres de calorías) no suponen ningún peligro para las personas diabéticas.
Sin embargo, la ciencia dice todo lo contrario.
Según varios estudios, el consumo de este tipo de bebidas aumenta drásticamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, especialmente en mujeres.
Obesidad
La relación entre las bebidas dietéticas y la obesidad y el aumento de peso aún no está muy clara.
Por un lado, existen estudios que confirman el aumento de riesgo de padecer obesidad cuando se toman bebidas endulzadas artificialmente.
Pero por otro lado, también hay estudios que no muestran diferencias en cuanto al aumento de peso entre personas que consumen estas bebidas y personas que no lo hacen.
Aunque la mayoría de los estudios son estudios epidemiológicos que no pueden probar una relación causa-efecto, lo cierto es que sí que hay una relación estadística entre el consumo de bebidas con edulcorantes artificiales y varias enfermedades.
Una vez más, se cumple el dicho de “las apariencias engañan”…
El araguaney es un árbol emblemático de Venezuela y es conocido por su hermosa floración amarilla que cubre sus ramas. Su nombre científico es Tabebuia chrysantha y pertenece a la familia Bignoniaceae. El araguaney es considerado el árbol nacional de Venezuela debido a su belleza y prominencia en el paisaje venezolano. El Día del Araguaney se celebra el 29 de mayo de cada año en Venezuela. Esta fecha fue establecida en honor al araguaney como un símbolo de la belleza natural del país. El araguaney se encuentra principalmente en la región central de Venezuela, pero también se puede encontrar en otras áreas del país. La elección del araguaney como árbol nacional y la celebración de su día se basa en su importancia cultural y estética para los venezolanos. La floración del araguaney marca el inicio de la temporada de lluvias en Venezuela y se considera un signo de renacimiento y esperanza. La exuberante floración amarilla del araguaney se ha convertido en un símbolo de la identidad nacional y se representa en el arte, la literatura y la música venezolana. El Día del Araguaney se celebra con actividades y eventos que destacan la belleza del árbol y promueven la conservación de la flora y fauna venezolana. Es una ocasión para resaltar la importancia de proteger y preservar el patrimonio natural del país.
En un pequeño pueblo llamado Güigüe, al sur del Lago de Valencia en Venezuela, se encuentra un antiguo reloj que cautiva la atención de propios y extraños. Este fascinante artefacto, creado por hábiles artesanos españoles en el siglo XIX, va más allá de la simple medición del tiempo. Además de ser un reloj, alberga un termómetro, un barómetro y una elegante veleta en su parte superior. El reloj, conocido como “El Reloj de Güigüe”, ostenta dos placas que revelan parte de su historia. Una de ellas lleva grabado el nombre “Hacienda El Trompillo, General J.V. Gómez”, mientras que la otra muestra con orgullo los datos “El Trompillo, altura sobre el nivel del mar 472 metros, distancia a Maracay 58 Kms”. Estas inscripciones revelan sus vínculos con figuras prominentes del pasado. En aquel entonces, el ilustre presidente venezolano, Antonio Guzmán Blanco, trajo consigo este reloj hasta el pueblo para llevar un control preciso de las jornadas laborales de sus trabajadores en las extensas tierras que atendían. Sin embargo, la historia adquiere un giro sorprendente cuando el reloj cambia de dueño y pasa a manos del dictador que gobernaba Venezuela, el General Juan Vicente Gómez. Se cuenta que, poco antes de su muerte, consciente de que sus posesiones iban a pasar a otras manos, maldijo el reloj. Según los cuentos que se transmiten de generación en generación en el pueblo, el reloj se detuvo exactamente en el momento de su fallecimiento. Después de aquel suceso, el reloj fue trasladado al pueblo en un estado de deterioro total, ya que anteriormente se encontraba en el patio central de la Hacienda El Trompillo. Actualmente, reposa en la plaza Ávila de Guigue, junto a la imponente iglesia local. Aunque fue reparado en su momento para marcar las horas parroquiales del pueblo, el destino parece jugarle malas pasadas. Se dice que cada vez que el reloj es reparado, una serie de acontecimientos trágicos se desencadenan. Un operario italiano, encargado de su mantenimiento, logró ponerlo en funcionamiento nuevamente, pero pagó un alto precio por ello, pues el día de su regreso a su tierra natal, encontró la muerte de manera súbita. La leyenda cobra aún más fuerza cuando Andrés Mijares, gran amigo del italiano, decide honrar su memoria reparando el reloj. Con valentía y determinación, logra que el mecanismo vuelva a funcionar, pero solo por un día. Al día siguiente, el reloj se detiene nuevamente, marcando la hora exacta de la muerte de Mijares. A partir de ese momento, nadie se atrevió a tocar el reloj por temor a la supuesta maldición que lo rodea. Después de muchos años un relojero se ofreció para arreglarlo y después de un poco de dificultad logro ponerlo en marcha por unas semanas antes de detenerse abruptamente, a la misma hora en que este relojero perdió a vida en una ciudad cercana. Desde entonces se corrió la Leyenda en toda la región central de Venezuela, de que aquel que repara “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida. Fuente de la Información: Steemit