La transformación propiciada por el auge de las tecnologías de la información hace ya años que se ha acelerado, y especialmente en los últimos debido a la adopción masiva de Internet y los dispositivos móviles. Todos, los individuos a nivel particular, y también las empresas, nos hemos imbuido de ‘lo digital’, que marca en la actualidad nuestra forma de actuar, comprar, trabajar… y, en definitiva, de vivir. Esta realidad ha marcado también un antes y un después en otro segmento: el de la seguridad de la información, que cada vez es más complejo.
Y se hace más complejo en la medida en que nos apoyamos más en la tecnología para ser más productivos, para mantenernos conectados con nuestros seres queridos o para ganar competitividad en el mercado. Lamentablemente, para los ciber-delincuentes, la ventana más pequeña que descuidemos puede ser el punto de entrada que están buscando para apropiarse acceder a información que ellos pueden transformar en dinero o usar para beneficio personal, así lo comentó Roxana Hernández, gerente general de Panda Security para Venezuela.
Según datos de la consultora IDC, las empresas son cada vez más conscientes de los riesgos existentes en el mercado –que van desde una infección por uno de los múltiples malwares que existen, ya extendidos a cualquier plataforma y dispositivo, hasta una amenaza persistente avanzada– y casi un 50% de las compañías europeas ( 45% para ser exactos) han incrementado sus presupuestos de seguridad en 2014. Según otro de los grandes de la consultoría de TI, Gartner, el miedo a los ciberataques dirigidos está haciendo que el 40% de las grandes compañías dispongan, en 2018, planes de gran calado para blindarse ante estos riesgos. Planes de los que en la actualidad carecen y que van mucho más allá de disponer de controles preventivos como los firewalls, los tradicionales antivirus y la gestión de vulnerabilidades, y que siguen una aproximación más global e integrada de todas las áreas de la seguridad.
En este contexto, la propia forma de comprar y vender seguridad en el mercado ha cambiado también de modo radical. Según aseguran analistas independientes del sector TIC, las empresas del sector ya no venden seguridad sino que ésta se ha convertido en una palanca necesaria para vender cualquier aspecto relacionado con la tecnología: cloud, big data, Internet de las cosas, movilidad…
Digamos que la seguridad se ha convertido en un ‘building block’ para casi cualquier aspecto. De hecho, estas macrotendencias conllevan en sí mismas fórmulas más sofisticadas de seguridad de la información. Por ejemplo, el big data y la analítica permiten modelar comportamientos de cara a prevenir ataques.
Soluciones más sofisticadas e inteligentes ofrecidas como servicio
En general, la tendencia del mercado pasa por la oferta de soluciones de seguridad más sofisticadas e inteligentes que se ofrecen como servicio. Los servicios de seguridad avanzados, gestionados y basados en el modelo cloud están en auge. Como ya no es posible poner murallas como antes, ahora hay que proteger las empresas desde abajo, desde el propio procesador de los equipos hasta los niveles más altos.
En esta nueva aproximación la seguridad debe ser contemplada como un concepto más global que incluya más aspectos desde las comunicaciones hasta el almacenamiento, pasando por muchos más elementos. La clave, ante este mundo más complejo, es, por un lado, que la seguridad esté inmersa en una solución completa de cloud, y, por otro, que abarque distintas capacidades para dar un servicio más integral.
El precio de estar seguros
Con este escenario más complejo, con “los malos siendo cada vez más malos y más listos”, con la proliferación de “ataques más sofisticados que usan diferentes formatos y, en definitiva, más complejos de atajar”, cabe la pregunta, ¿les cuesta ahora más dinero a las empresas estar seguras? No tiene por qué. De hecho el precio de los productos ha bajado en los últimos años, sobre todo con el auge de la modalidad cloud. Lo que ocurre es que ahora las empresas tienen que protegerse de más cosas. Se ha abierto el abanico de los riesgos y por eso las inversiones en seguridad cada vez son más elevadas.
Obviamente, la inversión que realizan las grandes corporaciones sigue siendo mayor que la de empresas más pequeñas. Pero afortunadamente parece que la concienciación está llegando a todas. Y es que, todos somos cada vez más conscientes de que un ataque mal encajado puede además de costar mucho dinero, tener un impacto importante en la imagen de marca. Otra cosa es cómo se articule, pero la concienciación existe y también en la más alta escala jerárquica dentro de las compañías. Aun así, las pymes son las más vulnerables. Desafortunadamente suelen ser las menos preparadas y las principales víctimas de muchos ataques.
En una fusión de historia, espiritualidad y tradición, el Jueves Santo emerge como un día crucial en el calendario litúrgico cristiano. En los relatos bíblicos de San Lucas, San Juan, San Marcos y San Mateo, se encuentran los pilares que sustentan esta conmemoración. La última cena, un simbolismo tan profundo como la fe misma, donde Jesús compartió un momento trascendental con sus 12 discípulos. Esta cena, conocida también como la Santa Cena, resonó con la tradición judía al incluir el cordero pascual, trazando así un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En un gesto de profunda humildad, el lavatorio de los pies se erige como un acto de amor y servicio. Jesús, en un acto conmovedor, lavó los pies de sus discípulos, desafiando así las barreras sociales y enseñando la esencia del verdadero liderazgo. La narrativa bíblica también nos transporta al huerto de Getsemaní, donde Jesús, en un momento de angustia, buscó fuerza en la oración antes de enfrentar su destino. Este episodio conmueve por su humanidad y su conexión con las luchas espirituales de la humanidad. El arresto de Jesús a manos de Judas Iscariote sella el dramatismo de este día, marcando el inicio de los eventos que llevarían a la crucifixión y resurrección, pilares fundamentales de la fe cristiana. El Jueves Santo, marcado por su movilidad en el calendario, no se limita a una fecha fija, sino que se ajusta al ciclo lunar y estacional, subrayando así su conexión con los ritmos naturales y celestiales. En resumen, el Jueves Santo trasciende las páginas de la historia para impregnar nuestras vidas con su profundo significado espiritual. Desde la última cena hasta el arresto, este día nos invita a reflexionar sobre el amor, la humildad y la fortaleza en medio de la adversidad. ¡Cada momento cuenta en la narrativa del Jueves Santo! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias