Daniel Martínez Pérez – PRENSA ATLÉTICO VENEZUELA (@AtleticoVzla)
Atlético Venezuela, en su amplia gama de entrenadores a lo largo de las diversas categorías menores y el primer plantel, cuenta con la figura de un hombre que día a día trabaja por el bienestar del fútbol. Esa persona es Javier Merlano, mejor conocido como “Jáquima”. Él es el primero en decir presente en cada entrenamiento y partido que enfrente el cuadro nacional en cualquiera de sus diversas divisiones.
El popular Jáquima, no solo aporta su experiencia y sabiduría, sino que también es el encargado de llevar las riendas de las categorías Sub 16 y Sub 18 en la Liga Distrital, donde los jóvenes nacionales han dejado sensaciones positivas en sus actuaciones.
Fútbol en estado puro
Merlano es de esos hombres que no descuidan ningún detalle a la hora de trabajar en la semana. Siempre supervisa con atención que los más pequeños de la institución cumplan al pie de la letra las tareas que se les encomienda realizar dentro del terreno de juego. Su voz suena con alegría y seriedad al mismo tiempo, ya que trata de hacer del entrenamiento algo serio y ameno.
El amor de Jáquima por el fútbol se da desde que era pequeño, ya que en la zona donde nació, este deporte es algo primordial y que hoy en día lo sigue disfrutando como si fuese la primera vez. “Yo nací en Barranquilla, y allí lo que se vive es puro fútbol. Desde muy pequeño, hacíamos una especie de bola de trapo y con eso jugábamos. En ese entonces allá nos gustaba mucho ver a equipos como Junior de Barranquilla y Petroleros de Puerto Colombia, ya que esos equipos eran referencia para uno”, señaló.
Para el entrenador, lo primordial es su vida es esta disciplina y le motiva ver el rostro sonriente de cada joven al que entrena, ya que esto les abre paso hacia un futuro prometedor alejado de los malos hábitos. “Me despierto desde muy temprano pensando de manera positiva, me gusta llegar a la cancha y ver muchachos siempre valoren mis acotaciones o consejos y los pongan en práctica. Mi ideal es que ellos lleguen muy lejos en esta profesión, pero si no llegan, que sean buenas personas y grandes referencias para quienes los rodean”.
Jáquima no solo es un entrenador y consejero, sino que también tuvo la oportunidad de ser futbolista y gracias a esto, sabe cómo trabajar dentro y fuera de las canchas. “Desde muy joven jugué en un equipo llamado Juventud Católica, y disputé partidos con la Selección del barrio donde vivía, donde nos enfrentábamos a otros grandes equipos. También jugué un torneo en el estado Zulia, que fue el que me mostró que esta profesión era lo que quería hacer por el resto de mi vida”, sostuvo con alegría.
El estratega conoce las cualidades de cada niño que se enfunda la camiseta del cuadro nacional, ya que día a día está allí con ellos. En todas las categorías, se ve un respeto y admiración mutua entre los jugadores y Javier Merlano. “Aquí uno ve en las cara de los chamos muchos sueños y muchas ganas por salir adelante. En este semillero vienen niños de barrio, de clase media y alta, pero todos trabajan juntos en la búsqueda de un mismo sueño. Los más pequeños se fijan mucho en el primer equipo, ya que las aspiraciones son llegar hasta ese sitio y mucho más”.
¿Por qué el apodo de “Jáquima”?
Muchos no saben que el nombre de Jáquima es Javier Merlano, ya que rara vez se le llama así, pero detrás de este apodo hay una historia bien particular, que desde hace mucho tiempo hasta la fecha, hacen que el entrenador sea bastante popular por su seudónimo. “Hace muchos años estuve disputando un partido en el Estadio Brígido Iriarte, y allí ejercía de central, pero era de esos que corría bastante, e incluso hacia autopases. Con mi velocidad recorría la cancha sin problemas y unos fanáticos que estaban afuera gritaban que no me podían parar, que parecía un caballo y que debían ponerme una jáquima para frenarme, y desde entonces me llaman así”, concluyó.
El entrenador, sigue trabajando con la alegría que lo caracteriza en pro del crecimiento del fútbol en el cuadro nacional y confía en que este nuevo año las cosas salgan mucho mejor que el pasado, y para eso trabaja junto a los diversos entrenadores y cuerpos técnicos del conjunto atlético.
PRENSA – ATLÉTICO VENEZUELA CF
La Semana Santa, más que un feriado, es un período cargado de tradiciones arraigadas que invitan a la reflexión y la renovación espiritual. Una de estas prácticas significativas es la visita a los siete templos, una experiencia que trasciende la mera observancia para sumergirse en un profundo acto de devoción y conexión con la historia bíblica. La tradición, que se inicia la noche del Jueves Santo y culmina en la mañana del Viernes Santo, tiene sus raíces en Roma gracias a San Felipe Neri, y desde entonces ha reverberado en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de respeto hacia Jesús y su sacrificio por la humanidad. Según la enseñanza de la Iglesia Católica, el Jueves Santo marca un momento crucial en la historia cristiana: la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, donde instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Este acto simboliza el inicio de un camino hacia la redención, hacia la reconciliación con el prójimo y la interiorización de los valores de caridad promovidos por Jesús. Al recorrer los siete templos, los fieles no solo están siguiendo los pasos físicos de Jesús desde su captura hasta su crucifixión, sino que están participando en un acto de comunión espiritual, acompañando al Salvador en su trayectoria hacia el sacrificio y la resurrección. Cada uno de los siete templos representa una etapa crucial en este recorrido espiritual: Desde el Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní, donde Jesús oró y sudó sangre. Desde el huerto de Getsemaní hasta la casa de Anás, donde fue interrogado y maltratado. Desde la casa de Caifás hasta la primera comparecencia ante Poncio Pilatos, donde fue acusado injustamente. Desde la confrontación con Herodes hasta la segunda comparecencia ante Pilatos, donde fue sentenciado a muerte. Finalmente, desde la casa de Pilatos hasta el Monte Calvario, donde Jesús cargó con la cruz, fue crucificado y sepultado. Cada estación de este camino sagrado invita a los creyentes a reflexionar sobre el significado más profundo de la Pasión de Cristo y a renovar su compromiso con los valores cristianos de amor, perdón y redención. La visita a los siete templos se convierte así en una experiencia transformadora que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, guiando a los fieles hacia una conexión más íntima con su fe y su salvación. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias