A las 11 am del pasado lunes. Unos 200 niños con su uniforme de Educación Física ingresaban al campo de fútbol de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) con inocencia. En el ecuador del rectángulo de juego los esperaban los efectivos del elenco de Tercera División del Atlético Venezuela. Ninguno de los chicos estaba enterado que minutos después compartirían con los futbolistas. Sorpresa total.
Los integrantes del filial del conjunto nacional, cansados físicamente por el exigente entrenamiento que habían realizado durante dos horas bajo el mando de los profesores Manolo Contreras y Enrique García, se alegraron al observar los rostros de felicidad de todos los niños que forman parte del Plan Vacacional que realiza el voluntariado de la UCAB e hicieron una clínica de fútbol que duró una hora.
La actividad transcurrió con mucha alegría: los niños estaban emocionados por compartir con los futbolistas del Atlético. Al momento que sonó el silbato final del entrenador Enrique García, ningún chico quería detener el balón. Los jugadores tampoco. La felicidad de los presentes reinó en el campo de fútbol de la casa de estudios de Antímano, bajo un radiante sol que iluminó al Oeste de la Capital.
Éxito rotundo en la actividad
Pili Méndez, coordinadora del voluntariado UCAB, se mostró satisfecha con la clínica realizada y agradeció el apoyo brindado por el cuadro nacional, fiel promotora de las actividades de labor social. “Estamos muy agradecidos con el Atlético Venezuela por esta oportunidad. Los niños comenzaron haciendo un circuito deportivo con otras disciplinas, pero ninguno de ellos sabía que su última estación era fútbol con los integrantes del Atlético. Todos se sorprendieron al entrar a la cancha”, indicó.
Respecto a quienes integran la actividad, Méndez aseveró que “estos niños que vienen al Plan Vacacional con el voluntariado de la Universidad Católica Andrés Bello, trabajan todo el año con nosotros buscando superar el rendimiento escolar. Son de escuelas de varias zonas populares como Antímano, La Vega, Las Mayas, Kennedy, San Agustín y Caricuao”, culminó con una alegría en su rostro.
Por su parte, Roberto Rodríguez, defensor de la escuadra filial del Atlético, agradeció la presencia de los niños, quienes le sacaron muchas sonrisas en los 60 minutos de la clínica de fútbol. “Me contentó muchísimo compartir con los niños. Todos estaban felices porque jugamos un rato y fue una sorpresa para ellos. Les pude enseñar bastante cosas que ellos no tenían en conocimiento”, confesó.
“Guti” alabó la actividad y aspira a que se continúe realizando, para seguir aportando alegrías a la comunidad. “Actividades como éstas siempre son importantes, porque motiva a los niños a que le tomen más gusto al fútbol. Yo también fui un niño y recuerdo que siempre quise ver a jugadores de cerca”, cerró el zaguero, quien en la pasada temporada actuó con la categoría Sub 20.
El voluntariado de la Universidad Católica Andrés Bello tiene planificado continuar realizando este tipo de actividades con los niños pertenecientes a las zonas populares. Atlético Venezuela estará allí, diciendo presente en el apoyo constante a la labor social, como lo ha hecho desde su fundación.
En una fusión de historia, espiritualidad y tradición, el Jueves Santo emerge como un día crucial en el calendario litúrgico cristiano. En los relatos bíblicos de San Lucas, San Juan, San Marcos y San Mateo, se encuentran los pilares que sustentan esta conmemoración. La última cena, un simbolismo tan profundo como la fe misma, donde Jesús compartió un momento trascendental con sus 12 discípulos. Esta cena, conocida también como la Santa Cena, resonó con la tradición judía al incluir el cordero pascual, trazando así un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En un gesto de profunda humildad, el lavatorio de los pies se erige como un acto de amor y servicio. Jesús, en un acto conmovedor, lavó los pies de sus discípulos, desafiando así las barreras sociales y enseñando la esencia del verdadero liderazgo. La narrativa bíblica también nos transporta al huerto de Getsemaní, donde Jesús, en un momento de angustia, buscó fuerza en la oración antes de enfrentar su destino. Este episodio conmueve por su humanidad y su conexión con las luchas espirituales de la humanidad. El arresto de Jesús a manos de Judas Iscariote sella el dramatismo de este día, marcando el inicio de los eventos que llevarían a la crucifixión y resurrección, pilares fundamentales de la fe cristiana. El Jueves Santo, marcado por su movilidad en el calendario, no se limita a una fecha fija, sino que se ajusta al ciclo lunar y estacional, subrayando así su conexión con los ritmos naturales y celestiales. En resumen, el Jueves Santo trasciende las páginas de la historia para impregnar nuestras vidas con su profundo significado espiritual. Desde la última cena hasta el arresto, este día nos invita a reflexionar sobre el amor, la humildad y la fortaleza en medio de la adversidad. ¡Cada momento cuenta en la narrativa del Jueves Santo! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias