La tasa de supervivencia al cáncer de ovario está directamente relacionada con el estadio en que se diagnostique la enfermedad
Caracas, mayo 2014. Cada 08 de mayo se conmemora la Lucha contra el Cáncer de Ovario, una enfermedad silente que afecta la glándula femenina productora y secretora de hormonas sexuales y óvulos, y que, por su alta incidencia, es recomendable que todas las mujeres se realicen anualmente una evaluación ginecológica de rutina.
Según la World Cancer Research Fund International (WCRFI), en el año 2012 se presentaron 6.7 millones de casos de cáncer en mujeres de todo el mundo, siendo el de ovario el séptimo tipo más frecuente (4% del total de cáncer).
El cáncer de ovario se desarrolla principalmente en mujeres entre los 60 y los 70 años de edad y se divide en varios subtipos: el más común es el epitelial, el cual se forma en la superficie del ovario (el epitelio del ovario) y representa aproximadamente un 90% de los tumores primarios de ovario; además, también puede originarse en otros tejidos dentro del ovario, los cuales son llamados no epitelial.
Para detectar la enfermedad a tiempo, “es importante que se conozcan los factores de riesgo que se han identificado, como son la nuliparidad (mujeres que nunca han dado a luz), primer embarazo a una edad mayor de 35 años, enfermedad inflamatoria pélvica y personas con dos o más familiares directos con historia de cáncer de ovario”, así lo expresó la Dra. Esther Arbona, oncólogo médico del Instituto Médico La Floresta y del Centro Médico Docente La Trinidad.
Los síntomas que pueden sugerir que una persona puede padecer de cáncer de ovario son: inflamación y dolor abdominal o pélvico, sensación de llenura después de comer, síntomas urinarios como aumento en la frecuencia o urgencia para la micción.
La buena noticia es que, aunque este tipo de cáncer no es predecible, es factible aumentar la detección de la enfermedad en estadios más tempranos, donde ésta es más susceptible a tratamientos curativos. Para ello se cuenta actualmente con la combinación de exámenes como el ultrasonido transvaginal y Ca125, que es un marcador tumoral, y se realiza mediante una prueba de sangre, especialmente en personas que tengan alto riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer.
La Dra. Arbona recalcó la importancia de la detección temprana de esta enfermedad, debido a que la tasa de supervivencia está directamente relacionada con el estadio en que se diagnostique, se considera que: en el estadio I la supervivencia a los 5 años es de 80-94%, en el estadio II es de 57-66%, y en los estadios avanzados (III y IV) se ubica entre 45-18%, de manera que lo ideal y la mejor recomendación es la evaluación ginecológica anual de rutina.
Aunque generalmente el 70% de los cánceres de ovarios son diagnosticados en un estadio avanzado, la tecnología ha permitido entender mejor la enfermedad y diseñar mejores estrategias para su tratamiento.
Las nuevas terapias dirigidas demostraron un gran beneficio para esta patología, ya que al combinarlas con la quimioterapia tradicional, y continuar luego de ella con el uso de bevacizumab como tratamiento de mantenimiento, se ha obtenido una mejoría en la sobrevida del paciente sin que la enfermedad avance aún más. Adicionalmente, al combinar Bevacizumab con quimioterapia tradicional en pacientes que presentan recaída, se ha conseguido un beneficio clínico, lo cual ha representando un avance en el tratamiento del cáncer de ovario.
Para una paciente, el sufrir de cáncer de ovario puede afectarla por múltiples razones, principalmente porque el diagnóstico de cáncer incide psicológicamente en cualquier persona, y porque físicamente implica una cirugía mayor, en la cual se debe extraer el útero y los ovarios, lo cual, en edades jóvenes, tiene muchas implicaciones, incluyendo la fertilidad, la sexualidad, el riesgo de osteoporosis, entre otras. Por otra parte, para aquellas pacientes que requieren de quimioterapia, esto implica un cambio en sus vidas, ya que deben someterse a un tratamiento con efectos colaterales, los cuales influyen en su vida diaria, su trabajo, vida social y familiar.
Por todo esto, en conmemoración a la Lucha contra el Cáncer de Ovario, es importante recalcar la importancia de que las mujeres acudan al ginecólogo anualmente para practicarse un chequeo general, a fin de que cualquier irregularidad pueda ser diagnosticada a tiempo, y de esta manera, la paciente tendrá una alta tasa de supervivencia y una buena calidad de vida durante el tratamiento.
La Organización de las Naciones Unidas proclama el 18 de septiembre como Día Internacional de la Igualdad Salarial, con la finalidad de resaltar la importancia de equipar la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. La igualdad salarial o igualdad de remuneración se refiere al derecho de hombres y mujeres a recibir una remuneración equitativa por trabajos de igual valor. Este concepto considera factores como competencias, condiciones laborales, calificaciones y niveles de responsabilidad en el desempeño del puesto. Además, la igualdad salarial refuerza los derechos humanos y la igualdad de género, y cuenta con el respaldo de actores clave como la comunidad internacional, la sociedad civil, agencias de ONU Mujeres, los Estados Miembros y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como antecedente histórico, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1951 se estableció el Convenio sobre Igualdad de Remuneración, reconocido como el primer instrumento internacional que impulsó la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, ocupando posiciones en la primera línea de producción en varios países. La creación de este convenio surgió como respuesta a la desigualdad salarial, vista como una clara forma de discriminación laboral. Este hito marcó el comienzo de un avance significativo hacia una mayor igualdad de género en el mercado laboral, estableciendo las bases para eliminar brechas económicas y promover un entorno laboral más justo e inclusivo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La leyenda de Rómulo y Remo narra la historia de los fundadores míticos de Roma. Según el relato, Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas, estableció la ciudad de Alba Longa a orillas del río Tíber. A lo largo de los años, sus descendientes reinaron sobre esta ciudad, hasta llegar a Numitor y su hermano Amulio. Amulio destronó a Numitor y, para evitar que tuviera descendencia que reclamara el trono, obligó a su hija, Rea Silvia, a convertirse en sacerdotisa de la diosa Vesta, asegurando así su virginidad. Sin embargo, Marte, el dios de la guerra, se unió a Rea Silvia, quien dio a luz a los gemelos Rómulo y Remo. Temiendo por su vida, Amulio ordenó que los recién nacidos fueran arrojados al Tíber en una canasta. La corriente los llevó hasta la zona de las siete colinas, cerca de la desembocadura del Tíber. Allí, una loba llamada Luperca los descubrió mientras bebía agua. Ella los llevó a su guarida en el Monte Palatino y los amamantó hasta que un pastor los encontró. El pastor y su esposa criaron a los mellizos, quienes al llegar a la adultez restauraron a Numitor en el trono de Alba Longa. Rómulo y Remo decidieron fundar una nueva ciudad como colonia de Alba Longa en el lugar donde la loba los había protegido. Así nació Roma, con Rómulo y Remo como sus primeros reyes. El mito de la loba que amamantó a los gemelos ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos creen que la loba fue en realidad una mujer que cuidó de ellos, ya que el término latino “lupa” también se usaba para referirse despectivamente a las prostitutas de la época. Este relato, cargado de simbolismo, es fundamental para entender el origen mítico de una de las civilizaciones más influyentes de la historia. https://www.tiktok.com/@mscnoticias