La Talla Baja Idiopática (TBI) es una condición que se caracteriza por la ausencia -luego de realizar los estudios necesarios con médicos especialistas- de una causa conocida que explique que el niño esté por debajo de la estatura esperada para su edad y sexo. Es decir, el niño presenta una talla inferior al percentil 3 ó -2,5 de la curva de crecimiento cuya causa no es conocida.
Para diagnosticar la TBI, se deben evaluar varios aspectos como por ejemplo: estatura y peso al nacer, proporciones corporales, ausencia de enfermedad orgánica, trastornos cromosómicos o genéticos conocidos, endocrinopatías y trastornos psicoafectivos.
En este sentido la Dra. Anabel Mejías, médico adjunto del Servicio de Endocrinología del Hospital Dr. Domingo Luciani, indicó que “todo paciente que presente talla baja debe ser referido a un especialista para realizarle un estudio adecuado, el cual va más allá de ubicarlo en una curva de crecimiento y realizarle una determinación de edad ósea. Estos exámenes sólo permiten distinguir las variantes consideradas normales como son: la talla baja genética familiar y el retardo constitucional del crecimiento, de aquellas variantes que se califican como patológicas”.
Es importante destacar que no cualquier médico puede tratar la Talla Baja Idiopática. “El niño debe ser evaluado por un especialista endocrinólogo quien debe ser el encargado de determinar cuál es el momento oportuno para iniciar el tratamiento. En algunos pacientes es necesario que se les prescriba tratamiento con hormona de crecimiento”, agregó Mejías. Existen otras opciones médicas que dependerán de la situación particular de cada paciente. Sin embargo, según la doctora, es recomendable una adecuada nutrición y practicar alguna actividad física, que realizada de forma regular optimiza el crecimiento en todo niño.
En relación con las complicaciones o problemas de salud que pudiesen presentar los pacientes a largo plazo al ser diagnosticados con TBI, la especialista afirmó: “El impacto más importante se deriva de la esfera psicosocial”.
Para finalizar, la Dra. Anabel Mejías resaltó que los niños que presentan trastornos de crecimiento pueden acudir entre otras opciones, a la Unidad de Endocrinología UNI-ENDO, donde profesionales del área se encargan de atender de forma integral a los pacientes con talla baja, así como orientar y solventar dudas a familiares sobre esta condición.
Para mayor información sobre UNI-ENDO los interesados pueden comunicarse a través de los números (0212) 986.14.42 – (0212) 986.27.76, o dirigirse al Centro Comercial Plaza Las Américas. Primera Etapa. Nivel Mirador. Local V-57.
La Organización de las Naciones Unidas proclama el 18 de septiembre como Día Internacional de la Igualdad Salarial, con la finalidad de resaltar la importancia de equipar la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. La igualdad salarial o igualdad de remuneración se refiere al derecho de hombres y mujeres a recibir una remuneración equitativa por trabajos de igual valor. Este concepto considera factores como competencias, condiciones laborales, calificaciones y niveles de responsabilidad en el desempeño del puesto. Además, la igualdad salarial refuerza los derechos humanos y la igualdad de género, y cuenta con el respaldo de actores clave como la comunidad internacional, la sociedad civil, agencias de ONU Mujeres, los Estados Miembros y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como antecedente histórico, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1951 se estableció el Convenio sobre Igualdad de Remuneración, reconocido como el primer instrumento internacional que impulsó la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, ocupando posiciones en la primera línea de producción en varios países. La creación de este convenio surgió como respuesta a la desigualdad salarial, vista como una clara forma de discriminación laboral. Este hito marcó el comienzo de un avance significativo hacia una mayor igualdad de género en el mercado laboral, estableciendo las bases para eliminar brechas económicas y promover un entorno laboral más justo e inclusivo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias
La leyenda de Rómulo y Remo narra la historia de los fundadores míticos de Roma. Según el relato, Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas, estableció la ciudad de Alba Longa a orillas del río Tíber. A lo largo de los años, sus descendientes reinaron sobre esta ciudad, hasta llegar a Numitor y su hermano Amulio. Amulio destronó a Numitor y, para evitar que tuviera descendencia que reclamara el trono, obligó a su hija, Rea Silvia, a convertirse en sacerdotisa de la diosa Vesta, asegurando así su virginidad. Sin embargo, Marte, el dios de la guerra, se unió a Rea Silvia, quien dio a luz a los gemelos Rómulo y Remo. Temiendo por su vida, Amulio ordenó que los recién nacidos fueran arrojados al Tíber en una canasta. La corriente los llevó hasta la zona de las siete colinas, cerca de la desembocadura del Tíber. Allí, una loba llamada Luperca los descubrió mientras bebía agua. Ella los llevó a su guarida en el Monte Palatino y los amamantó hasta que un pastor los encontró. El pastor y su esposa criaron a los mellizos, quienes al llegar a la adultez restauraron a Numitor en el trono de Alba Longa. Rómulo y Remo decidieron fundar una nueva ciudad como colonia de Alba Longa en el lugar donde la loba los había protegido. Así nació Roma, con Rómulo y Remo como sus primeros reyes. El mito de la loba que amamantó a los gemelos ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos creen que la loba fue en realidad una mujer que cuidó de ellos, ya que el término latino “lupa” también se usaba para referirse despectivamente a las prostitutas de la época. Este relato, cargado de simbolismo, es fundamental para entender el origen mítico de una de las civilizaciones más influyentes de la historia. https://www.tiktok.com/@mscnoticias