Atlético Venezuela trabaja con un extraordinario cuerpo técnico que vela por el desarrollo de sus futbolistas y porque se cumplan las metras trazadas por ellos y la directiva de la institución. Entre este grupo que trabaja día a día con los jugadores, se encuentra Rafael Martínez, preparador de arqueros.
Martínez trabaja a diario junto con Javier Toyo, Wilver Jiménez, Bryant Martin y Asdrúbal Chávez para mantenerlos en forma y realizar trabajos especiales y tácticos que les ayuden a la hora de defender el arco atlético en el campeonato local. Pese a que Toyo sea un fijo en el pórtico nacional, el preparador se concentra en todos por igual.
Trabaja con uno de sus ídolos
Rafael Martínez jugó como portero en toda su vida y para él es especial poder desempeñar su rol con Atlético Venezuela. Se siente privilegiado por compartir con jugadores que día a día le simplifican el trabajo por su profesionalismo y seriedad. “El ambiente con los muchachos es bien ameno, todos se comprometen en cada uno de los trabajos. A veces cuando la semana no ha ido tan bien, el ambiente está tenso, pero uno trata de romper el hielo para animarlos, pero cuando todo marcha bien sale mucho mejor el trabajo”.
Para el preparador de porteros es especial trabajar junto con Javier Toyo, a quién desde joven vio jugar y siente admiración por él. “En lo particular es un gran compromiso porque cuando era chamo lo vi y sé que ganó muchas copas. Uno trata de aportarle lo que uno sabe para que él se mantenga como ha venido y pueda mejorar”, dijo Martínez que destacó lo orgulloso que se siente por compartir con él. “Es un orgullo y un compromiso para seguir mejorando, tanto para él como para el resto de los arqueros que vienen subiendo”, señaló.
Martínez ve fundamental la unión del cuerpo técnico con los jugadores, que permite conseguir buenos resultados y lograr cosas positivas. “Es algo fundamental en este grupo, porque la cohesión viene desde el cuerpo técnico y yo creo que eso se refleja en los jugadores porque todos vamos para un mismo norte y se hace más fácil”, aseveró, destacando que entre todos se pueden apoyar y criticar en un ambiente constructivo.
Se trabaja con todos por igual
El cuadro nacional cuenta con cuatro guardametas en la primera plantilla, lo que hace a José Hernández tener varias opciones por si Toyo no puede estar disponible. Martínez destaca lo importante que es trabajar con todos por igual. “Uno trata de darle la misma responsabilidad a todos, pero en ciertos momentos si hay que enfocarse un poco más en Toyo en casos de pelota parada, pero en general se trata que todos sean igual, yo siempre les digo que en cualquier momento le puede tocar a ellos”.
Wilver Jiménez y Bryant Martín ya han tenido la oportunidad de jugar en Primera División, y para Martínez, ambos jugadores supieron responder con bastante solvencia debido al arduo trabajo semanal. “Ya una vez le tocó o Bryant y otra a Wilver y gracias a Dios respondieron bien. La parte psicológica es muy importante, para que no se desmotiven y no pierdan esas ganas de jugar porque en cualquier momento les puede volver a tocar”, sostuvo con mucha serenidad.
En el ámbito del fútbol siempre se ha dicho que el trabajo de arquero es oscuro y aparte, pero para Martínez esto no aplica en Atlético Venezuela, ya que a José Hernández le gusta trabajar con todos sus elementos. “Hay momentos en la semana en los que sí se trabaja aparte, sobre todo la parte técnica, pero en general uno trata de estar a la par en el trabajo con José (Hernández) que es mucha realidad de juego”, agregó el preparador de arqueros nacionales.
Toda una vida como portero
Martínez, también conocido como “Chino” tiene un vínculo especial con la función de los arqueros ya que desde muy joven se desempeñó en esta posición en el equipo de su colegio, el San Agustín del Paraíso. “Toda mi vida he sido arquero, desde chamito en el San Agustín. No tuve la oportunidad de ser profesional porque me dediqué a mis estudios”, señaló Rafael, quién gracias a esto decidió compartir sus experiencias en su antiguo colegio y ahora en Atlético Venezuela. “Trabajé en el San Agustín un tiempo, después me gradué en la universidad y tuve la oportunidad de venir al Atlético con José (Hernández) a quién le agradezco esta oportunidad”.
Rafael Martínez sueña con seguir creciendo como profesional y que su aporte junto al resto del cuerpo técnico ayuden al Atlético Venezuela en sus aspiraciones. “En lo personal seguirme superando y seguir aprendiendo, porque creo que en esta profesión con esta globalización uno debe seguir aprendiendo cosas. Tener una experiencia afuera y realizar cursos o congresos”.
Para él, su meta con el equipo es poder conseguir el objetivo trazado por toda la institución: alcanzar un torneo internacional. “Debemos seguir creciendo como grupo y seguir haciéndonos fuertes, para cumplir los objetivos, que es conseguir un cupo a una Copa Sudamericana y siempre estar en un buen ambiente de trabajo”, finalizó.
Martínez es sólo un ladrillo de ese bloque que conforma el sólido cuerpo técnico de Atlético Venezuela. La soledad del trabajo de ser arquero es para él sólo un mito porque con su trabajo constante y mancomunado, es otro que va por más.
En una fusión de historia, espiritualidad y tradición, el Jueves Santo emerge como un día crucial en el calendario litúrgico cristiano. En los relatos bíblicos de San Lucas, San Juan, San Marcos y San Mateo, se encuentran los pilares que sustentan esta conmemoración. La última cena, un simbolismo tan profundo como la fe misma, donde Jesús compartió un momento trascendental con sus 12 discípulos. Esta cena, conocida también como la Santa Cena, resonó con la tradición judía al incluir el cordero pascual, trazando así un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En un gesto de profunda humildad, el lavatorio de los pies se erige como un acto de amor y servicio. Jesús, en un acto conmovedor, lavó los pies de sus discípulos, desafiando así las barreras sociales y enseñando la esencia del verdadero liderazgo. La narrativa bíblica también nos transporta al huerto de Getsemaní, donde Jesús, en un momento de angustia, buscó fuerza en la oración antes de enfrentar su destino. Este episodio conmueve por su humanidad y su conexión con las luchas espirituales de la humanidad. El arresto de Jesús a manos de Judas Iscariote sella el dramatismo de este día, marcando el inicio de los eventos que llevarían a la crucifixión y resurrección, pilares fundamentales de la fe cristiana. El Jueves Santo, marcado por su movilidad en el calendario, no se limita a una fecha fija, sino que se ajusta al ciclo lunar y estacional, subrayando así su conexión con los ritmos naturales y celestiales. En resumen, el Jueves Santo trasciende las páginas de la historia para impregnar nuestras vidas con su profundo significado espiritual. Desde la última cena hasta el arresto, este día nos invita a reflexionar sobre el amor, la humildad y la fortaleza en medio de la adversidad. ¡Cada momento cuenta en la narrativa del Jueves Santo! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias