26 febrero 2013.– GE Healthcare recibe el 2013 con cambios importantes en su estructura. Joe Shrawder, quien cuenta con una experiencia de 26 años trabajando para GE, ha sido designado presidente y CEO de GE Healthcare para América Latina.
El ejecutivo reemplazará a Rogerio Patrus, quien tras 36 años de vida profesional, 13 de ellos trabajando para GE, ha decidido retirarse. Rogerio deja a la empresa un legado de énfasis en las necesidades del cliente, resultados financieros positivos, y el establecimiento de América Latina como una de las regiones más prometedoras para el crecimiento de GE Healthcare.
Actual presidente y CEO de Cirugía en GE Healthcare, Shrawder ha ocupado puestos de dirección en distintas áreas de la empresa, ofreciendo soluciones, tecnologías e innovación. Ante este nuevo reto, aportará su gran conocimiento en el negocio de la atención a la salud, en conjunto con resultados sólidos y una perspectiva global para impulsar el crecimiento de GE Healthcare en la región.
En los últimos años, Shrawder ha tenido la oportunidad de visitar frecuentemente América Latina, donde además de conocer el enorme potencial que la región representa para el negocio, jugó un rol importante en el establecimiento de la primera planta de GE Healthcare en América del Sur, lanzada hace dos años en Contagem (Minas Gerais). Recientemente, apoyó la iniciativa de producir los arcos quirúrgicos Brivo OEC 850 en Brasil.
Joe Shrawder estará basado en la ciudad de Sao Paulo y a partir del próximo mes comenzará un proceso de transición con el anterior presidente Rogerio Patrus y su integración con los profesionistas y clientes de la región.
Shrawder nació en los Estados Unidos. Estudió una Licenciatura en Energía Eléctrica en la Universidad de Pennsylvania y es Economista por la Universidad de Wharton.
Su carrera profesional incluye posiciones en los negocios de Aeroespacial, Iluminación, Materiales Especiales y Healthcare, realizando funciones de manufactura, ingeniería, mercadotecnia, gestión de productos, distribución, servicios y dirección general.
El 28 de agosto de 1859, el mundo fue testigo de un fenómeno celestial sin precedentes. Auroras boreales iluminaron cielos inusuales, desde Madrid hasta Santiago de Chile y más allá. Pero este espectáculo no fue solo una maravilla visual; fue el preludio de un evento cósmico que cambiaría la historia tal como la conocemos. Pocos días después, el renombrado astrónomo Richard Carrington presenció una explosión de luz blanca en la superficie del Sol desde su jardín en Londres. Dos enormes llamaradas despidieron una energía equivalente a más de diez mil millones de bombas atómicas. Esta observación, conocida como el “Evento Carrington”, marcó el inicio de la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años. La gran eyección de masa coronal del año 1859 desencadenó el caos tecnológico en todo el mundo. Las líneas telegráficas cayeron, se quemaron y operadores resultaron heridos. La red de telégrafos colapsó durante 14 horas en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, debido a la sobrecarga eléctrica atmosférica, los telégrafos continuaron enviando mensajes de larga distancia sin necesidad de baterías. Este evento histórico resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante los caprichos del universo. El Evento Carrington nos recuerda la fragilidad de nuestra civilización en un cosmos que siempre está en movimiento. Desde entonces, los científicos han estudiado este suceso para comprender mejor las tormentas solares y desarrollar medidas de protección. En resumen, el Evento Carrington de 1859 no solo fue un espectáculo celestial, sino también un recordatorio de nuestra dependencia de la tecnología y nuestra conexión con el cosmos. Este episodio histórico sigue fascinando y sirve como un llamado de atención sobre los misterios y peligros del espacio exterior.
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias