Su jerarquía y experiencia la demuestra en cada entrenamiento. Muchos se impresionan de la calidad futbolística con la que cuenta a sus 36 años. Formó parte de la Selección Nacional de Venezuela en la era del llamado “Boom Vinotinto”, también fue uno de los primeros en consolidarse en las ligas del extranjero cuando pocos confiaban en los jugadores venezolanos allende nuestras fronteras. Es el “Turbo”, una figura indiscutible de las páginas bordadas en dorado del balompié nacional.
Héctor Augusto González Guzmán nació en Caracas el 4 de noviembre de 1977, pero se trasladó a Valencia desde temprana edad, ciudad donde se residenció y se estableció junto a sus familiares. Es un correcaminos del fútbol: en diferentes lugares del mundo han confiado en su profesionalismo y en 19 años de trayectoria ha integrado las filas de 16 escuadras: ocho de Venezuela, tres de Argentina, dos de Ecuador, dos de Chipre y una de Bulgaria.
Amante de todos los deportes
“Juego fútbol desde que tengo uso de razón. Jugué en el colegio allá en Valencia, estuve en el Club Italiano Venezolano, la Hermandad Gallega; siempre existió la pelota a mi alrededor”, manifiesta Héctor sobre sus primeros pasos en el balompié.
En su infancia, fue multifacético, ya que practicó varios deportes: “Me gustaba el karate, soy cinturón negro. Jugué béisbol y baloncesto como todo venezolano, la verdad al ser mis padres muy atléticos la consigna era mantenernos ocupados y aprovechar el tiempo libre para hacer deporte, sobretodo el fútbol. Siempre me desempeñé mejor en el fútbol y el karate”, recuerda el dorsal “20” nacional.
En su adolescencia le llegó el momento de decidir por cual deporte inclinarse y su decisión no hay que dudarla. Eligió el fútbol por diversos factores: “Creo que el hecho de tener a mi familia y a mis padres apoyándome fue importante. Recuerdo de joven a los 14 años cuando iba a entrenar con mi viejo; no recuerdo un partido de fútbol en mis inicios donde mis padres o mis abuelos no estuviesen presentes”.
Un gitano del fútbol
En su carrera ha tenido la oportunidad de vivir en 13 ciudades del mundo, de esas prefiere solamente una: “Tuve la posibilidad de estas en muchos sitios junto con mi familia pero si tengo que decidirme por una diría que mi ciudad favorita ha sido Lárnaca, en Chipre”, acota González.
Héctor recuerda a todos los equipos donde actuó con gran cariño, de cada uno tiene una experiencia positiva, pero en el sur del continente fue donde observó gran nivel: “Jugué en muchos equipos, gracias a Dios siempre me fue bien deportivamente, tengo lindas experiencias y vivencias en los distintos clubes donde estuve, pero si tengo que resaltar alguna, creo que fueron esos tres años en la Liga Argentina, es un fútbol muy competitivo, entre los mejores a nivel mundial”, revela.
En Argentina jugó en tres instituciones, siempre siendo de los más queridos de las hinchadas de los respectivos clubes: “Jugué en Olimpo donde tuvimos un excelente año, luego pasé a Colón, un equipo mucho más importante y mi último año fue en Quilmes, en los últimos dos tuve la posibilidad de jugar copas internacionales”, asevera el caraqueño de nacimiento y valenciano de corazón.
Actor protagonista en “El Centenariazo”
El 31 de marzo de 2004, en un partido correspondiente a las Eliminatorias Sudamericanas Rumbo a Alemania 2006, la Vinotinto visitó a Uruguay en el Estadio Centenario de Montevideo, la cancha donde se disputó la primera Copa del Mundo. Venezuela tuvo una noche de gloria, alcanzó una hazaña, disputó el que hasta hoy ha sido el encuentro más importante en la historia del fútbol venezolano: goleó categóricamente 0-3 a la celeste.
Uno de los goleadores fue Héctor, quien marcó el 0-2 en el minuto 67. En las retinas de muchas personas aún está grabada la celebración del “Turbo”, con la cabellera rubia para la ocasión. “Del Centenariazo siempre he dicho que simplemente fue un gol que pude marcar, vine del banco y aporté a la Selección para conseguir tres puntos importantes. El día después uno fue entendiendo lo que sucedió esa noche, con el correr de los años uno se da cuento de lo importante que fue ese resultado para la historia de nuestro fútbol, y que fue muy importante para mi desarrollo personal y sin lugar a dudas, es la noche más importante de toda mi carrera futbolística”, afirma sin dudar ni un ápice.
Respecto a su popular apodo, comenta que se lo colocó un periodista venezolano: “El Turbo” me lo dio Juan Andrés Daza de Meridiano TV en un partido de Copa Libertadores con el Caracas FC jugando contra Morelia y fue uno de esos días en los que estaba más rápido de lo normal y el lateral izquierdo del equipo rival era algo lento, así que exploté esa virtud de la velocidad y así me apodó y así se quedó”.
No descuida ningún detalle
Cuenta con 36 años de edad y todavía se le observa realizando diversas actividades para cuidar su físico. Es un amante de los ejercicios: “Cuando eres joven a veces no se le hace caso al tema del cuidado personal con el tema de comida y hacer actividades extra futbolísticas para mantenerte en forma y es algo que se va aprendiendo con el pasar del tiempo, ya yo tengo unos cinco años que practico cosas extras a mi trabajo como lo es el Yoga, Pilates o gimnasio. Hay que tratar de estirar la carrera el mayor tiempo posible”, revela.
En sus 19 años de experiencia profesional, ha tenido la oportunidad de compartir camerino con cientos de jugadores, pero sus amigos son los que convivieron con él en la Selección: “El fútbol me ha dejado muchos amigos, como lo es mi hermano (Raúl “Pollo” González), Leopoldo Jiménez, Alexander “Pequeño” Rondón, Andrés Rouga y los hermanos Mea Vitali (Miguel y Rafael). Gracias a Dios el fútbol me ha dado personas de mucha confianza a la cual le tengo mucho cariño”, indica el amante de la buena pasta y fiel admirador de su familia: “Ellos son lo más importante en mi vida”.
El mediocampista se siente privilegiado de su profesión: “Tengo suerte de poder ganarme la vida haciendo lo que me gusta hacer, no todo el mundo tiene la suerte de poder hacerlo, después de la familia y la salud, el fútbol es lo más importante”, comenta quien se decanta por el fútbol vistoso, pero añade que “hoy en día se ha vuelto muy resultadista”. Partiendo de ese punto, gusta del estilo impartido por el par de técnicos más exitosos en la actualidad del fútbol mundial: “Estoy en el medio de los dos, para la vista, Guardiola ha conseguido que sus equipos jueguen de manera más vistosa, en tanto que Mourinho es un poco más resultadista”, enfatiza.
Quiere lo mejor para el fútbol venezolano
El “Turbo” deja un claro mensaje en beneficio del campeonato local, aspira a que existan mejorías y que crezca en los próximos años. “En el fútbol venezolano tiene que mejorar mucho, si bien es cierto que se creció cuando se hizo la Copa América aquí, hicieron nuevos estadios y otras cosas, pero cuando estas dentro de los equipos de acá te das cuenta que no ha cambiado, sigue siendo ese torneo tan desorganizado”, comenta.
Héctor González es uno de los futbolistas artífices en la evolución del fútbol profesional venezolano, aportó con grandes actuaciones a la Vinotinto y además ha sido uno de los jugadores con más experiencias actuando en el extranjero. Atlético Venezuela se hincha de orgullo al contar en sus filas con un profesional a cabalidad como el “Turbo”, quien no tiene límite en su dilatada y exitosa trayectoria y sin dudarlo, sigue yendo por más.
En una fusión de historia, espiritualidad y tradición, el Jueves Santo emerge como un día crucial en el calendario litúrgico cristiano. En los relatos bíblicos de San Lucas, San Juan, San Marcos y San Mateo, se encuentran los pilares que sustentan esta conmemoración. La última cena, un simbolismo tan profundo como la fe misma, donde Jesús compartió un momento trascendental con sus 12 discípulos. Esta cena, conocida también como la Santa Cena, resonó con la tradición judía al incluir el cordero pascual, trazando así un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En un gesto de profunda humildad, el lavatorio de los pies se erige como un acto de amor y servicio. Jesús, en un acto conmovedor, lavó los pies de sus discípulos, desafiando así las barreras sociales y enseñando la esencia del verdadero liderazgo. La narrativa bíblica también nos transporta al huerto de Getsemaní, donde Jesús, en un momento de angustia, buscó fuerza en la oración antes de enfrentar su destino. Este episodio conmueve por su humanidad y su conexión con las luchas espirituales de la humanidad. El arresto de Jesús a manos de Judas Iscariote sella el dramatismo de este día, marcando el inicio de los eventos que llevarían a la crucifixión y resurrección, pilares fundamentales de la fe cristiana. El Jueves Santo, marcado por su movilidad en el calendario, no se limita a una fecha fija, sino que se ajusta al ciclo lunar y estacional, subrayando así su conexión con los ritmos naturales y celestiales. En resumen, el Jueves Santo trasciende las páginas de la historia para impregnar nuestras vidas con su profundo significado espiritual. Desde la última cena hasta el arresto, este día nos invita a reflexionar sobre el amor, la humildad y la fortaleza en medio de la adversidad. ¡Cada momento cuenta en la narrativa del Jueves Santo! https://www.tiktok.com/@mscnoticias
El Domingo de Ramos es el día que marca el inicio de la Semana Santa en la tradición cristiana, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día está lleno de simbolismo y significado religioso para los cristianos, pero en términos de “misterios”, podrían interpretarse algunos aspectos simbólicos o teológicos: La entrada triunfal de Jesús: Este evento, mencionado en los evangelios, es la base del Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un burro, mientras la multitud lo aclama y lo saluda con ramas de palma y ropas extendidas en su camino. El misterio aquí radica en la comprensión del significado de esta entrada en el contexto de la misión de Jesús y su relación con el reino de Dios. El cambio de actitud de la multitud: Es intrigante cómo la multitud que aclama a Jesús en su entrada triunfal el Domingo de Ramos luego se convierte en la misma multitud que lo rechaza y pide su crucifixión pocos días después. Este cambio repentino de actitud puede ser objeto de reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de las lealtades populares. El simbolismo de las palmas y las ramas: En muchas tradiciones cristianas, se llevan palmas y ramas durante las celebraciones del Domingo de Ramos como símbolo de victoria y triunfo. Estos elementos pueden representar la victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que Jesús trae consigo, pero también pueden ser interpretados como un recordatorio de la naturaleza efímera de los triunfos terrenales. El comienzo de la Semana Santa: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, un período de intensa reflexión y conmemoración para los cristianos. Este tiempo está lleno de rituales y tradiciones que recuerdan los eventos finales de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión y resurrección. Los misterios aquí son los propios misterios de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y su significado para la salvación de la humanidad. En resumen, el Domingo de Ramos está envuelto en una serie de misterios religiosos y simbolismos que invitan a la reflexión y la contemplación sobre la fe cristiana y el significado de la vida y la obra de Jesucristo. https://www.tiktok.com/@mscnoticias